lunes, 24 de julio de 2023

De las comedias ligeras al cine de autor, Jane Birkin en diez papeles inolvidables (I)

Desde “La Pirata” hasta “Cajas”, Birkin ha marcado el cine con su presencia divertida o trágica, siempre poderosa en sus encarnaciones.
Jane Birkin irrumpe en el cine en pleno Swinging London, en una escena inquietante y desnuda. Con piernas y una sonrisa deslumbrante, será, en la pantalla, tanto divertida como trágica. Como siempre, Jane Birkin condujo su carrera como actriz como condujo su vida, mezclando lo íntimo y lo público. Tocaba para los hombres de su vida (Gainsbourg, Doillon…), con sus hijas, en su casa, tanto Jane como tantas otras… Si tuviéramos que elegir diez, podríamos pasar de principiante a pirata de las pantallas, De la comedia al cine de autor.

1. Blow-up-Deseo de una mañana de verano (Blow-up, 1966), de Michelangelo Antonioni

Jane Birkin tenía apenas 20 años y tres pequeños papeles cinematográficos a sus espaldas cuando Michelangelo Antonioni la contrató para su evocación del Londres de los Swinging Sixties. ¿Su personaje? Una modelo que el héroe fotógrafo encarnado por David Hemmings martirizará durante una sesión muy desvestida. “Mi esposo (John Barry) estaba convencido de que nunca me atrevería a que me fotografiarán desnuda desde que apagué la luz para hacer el amor. Así que acepté la escena como un desafío”, diría la actriz muchos años después con su franqueza habitual. El escándalo provocado por la escena en cuestión, por breve que sea, hará mucho por su popularidad, especialmente en Francia…
Jane Birkin y David Hemmings en Blow-up (Deseo de una mañana de verano) (1966)

2. La piscina (La piscine, 1969), de Jacques Deray

Jane tiene 22 años, esta es la primera vez que actúa en un largometraje francés. Ella es Penélope, la hija de Harry (Maurice Ronet), ex amante de Marianne (Romy Schneider), en una relación con Jean-Paul (Alain Delon). Los otros tres son estrellas, pero es imposible quitar los ojos de ese cuerpo tan esbelto y sexy a la vez, de esa mirada que logra soñar y provocar en concierto. Con su bikini blanco, camina como si bailáramos en esta villa de Ramatuelle, pone un disco en el tocadiscos y Delon queda atónito ante esta criatura de otro lugar, esculpida, destinada a derretir la cámara. 
Jane Birkin en La piscina (1969)

3. La mostaza se sube a la nariz (La moutarde me monte au nez, 1974), de Claude Zidi 

Primera colaboración cómica entre Claude Zidi, Pierre Richard y Jane Birkin, antes  de Las carreras de un banquero (La course à l'échalote), un año después. Ataviada con seda blanca y rizos vaporosos, Jane B. interpreta a Jackie Logan, una estrella de cine que, tras inverosímiles coincidencias, se cruza con un pequeño profesor de matemáticas (Pierre Richard). La química entre los dos es perfecta: el esbelto encanto y la autoburla de uno, el tempo burlesco del otro electrifican esta simpática comedia popular típica de los años 1970. A medio camino entre su guepardo domesticado -alias "Minou"- y las referencias en broma a  El ángel azul, de Joseph von Sternberg, Jane Birkin inventa un nuevo personaje femenino, que se pegará a su piel, entre vampiresa y titi, traviesa sex-symbol de una década más libre. 
Jane Birkin y Pierre Richard en La mostaza se sube a la nariz (1974)

4. Te amo... pero yo no (Je t'aime moi non plus, 1976), de Serge Gainsbourg

En palabras de Jacques Morice, la ópera prima de Gainsbourg fue la historia de " una chica andrógina [que] se enamora de un apuesto camionero queer que, de mutuo acuerdo, la sodomiza violentamente, gritando tanto (¿de dolor o de placer?) que no tienen adónde ir." La lesbiana, por supuesto, es Jane B., con una camiseta sin mangas blanca y el pelo (en una toalla) muy corto, mucho más inquietante que la propia película (singular ciertamente, pero muy anticuada), en particular cuando chupa crema espárragos. "Serge me filmó como realmente era: yo misma", aseguró cuarenta y cinco días después del rodaje…
Jane Birkin en Te amo... pero yo no (1976)

5. La pirata (Le pirate, 1984),  de Jacques Doillon

“Es uno de los textos más bellos que he tenido que representa”, confiaba Jane Birkin hace dos años a la revista Première. Será para siempre la conmovedora Alma, el ojo de esta película ciclónica dirigida por Jacques Doillon, su compañera de entonces, una historia de amor apasionado (en plural), del que ella es la hoguera, el verdugo y la víctima. Atrapada entre dos fuegos, el de su marido (Andrew Birkin) y el de una mujer a la que ama (Maruschka Detmers). En el Festival de Cine de Cannes de 1984, la cruda puesta en escena, toda en paroxismos -así como la representación, entonces muy rara, de la homosexualidad femenina- desencadenó un escándalo. Jane Birkin enfrentó sin descanso los insultos y las burlas, y defendió la película hasta el final de la proyección oficial… y de su vida como actriz.
Jane Birkin y Maruschka Detmers en La pirata (1984)
(cont.)

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