lunes, 10 de julio de 2023

Las cinco mejores películas de Sídney Pollack (I)

5. Los tres días del Cóndor (Three Days of the Condor, 1975)

Joseph Turner es miembro de la CIA y se dedica a estudiar posibles mensajes en clave en diferentes textos que se publican. Así comienza a investigar a la agencia americana y su implicación con una misteriosa organización secreta. La agencia le pisa los talones para eliminar a Turner, pues es el único que puede descubrirlos. Mientras tanto, una serie de crímenes se van sucediendo. Sydney Pollack dirige a Robert Redford en este thriller de espionaje, cuya acción no pierde interés en ningún momento. Buen guión y puesta en escena, a pesar de que el film acuse una estética muy marcada en los setenta, lo que contribuye a que se vaya desfasando con los años. Por otro lado, destaca la presencia de la enigmática Faye Dunaway y de secundarios de la talla de Max Von Sydow o Cliff Robertson. Pollack hace en Los tres días del Cóndor un trabajo de montaje preciso, se aleja de los ornamentos innecesarios y pone en funcionamiento toda su munición cinematográfica para servir a una historia angustiosa y poblada de interrogantes que sólo al final aspiran a poder tener alguna interpretación. El guion de Lorenzo Semple Jr. y David Rayfiel, fue adaptado de la novela de 1974 Six Days of the Condor, de James Grady.

4. Tootsie (1982)

Dustin Hoffman da vida a Michael Dorsey, un actor que se las ve y se las desea para encontrar un trabajo en el mundo de la televisión. El caso es que sus esfuerzos se revelan vanos por su fama de hombre difícil. Un día tiene una idea. ¿Qué ocurriría si adoptara otra personalidad?, ¿y si esa personalidad fuera la de una mujer? Haciéndose pasar por Dorothy, Michael consigue ser seleccionado para un programa de televisión, que gracias a él (o a ella) se convierte en un tremendo éxito de audiencia. A partir de aquí Michael pasa por un montón de peripecias y situaciones al tener que mantener en secreto su doble identidad. Y los problemas crecen cuando se enamora de una joven actriz que trabaja en su mismo programa. Una divertida comedia, insignia de los años 1980, de enredo y situaciones equívocas, protagonizada por el camaleónico Dustin Hoffman. Le acompaña en el reparto Jessica Lange, que ganó un Oscar de la Academia en la categoría de mejor actriz secundaria (la película fue acreedora de 10 nominaciones a estos premios). Sydney Pollack  dirige la cinta demostrando ser tan eficaz dirigiendo comedias como dramas.

3. Danzad, danzad malditos (They Shoot Horses, Don't They?, 1969)

A principios de los años 1930, en plena Gran Depresión, un par de cientos de personas se apuntan a un maratón de baile cuyo premio es de 1.500 dólares. La pareja que quede en pie, ganará. 
Ésta es la premisa del angustioso drama dirigido por Sydney Pollack en 1969 y protagonizado por un elenco actoral impecable, capitaneado por una Jane Fonda inmensa a la que siguen Michael Sarrazin, Susannah York, Bruce Dern, Red Buttons y Gig Young, que se llevó el Oscar al mejor actor de reparto por su papel de inmoral conductor del concurso. Con esta película, que es uno de los que marcaron al grupo del Nuevo Hollywood, Pollack logra hacer un estudio de personajes vitriólico, donde ninguno de ellos se salva de las fauces del hambre, de la mala suerte, del pesimismo… Muchos acuden solos al concurso, dispuestos a unirse a quien sea con tal de ganar el dinero, porque en un mundo que les ha arrebatado todo, el dinero se convierte en su única esperanza. Por eso todos ellos, sin excepción, van humillándose cada vez más para tratar de vencer. Por eso serán capaces de sacar la peor versión de sí mismos. Por eso a medida que pasan los días, cinco, quince, treinta, donde sólo pueden dormir 10 minutos cada varias horas, irán perdiendo la razón, los referentes, cualquier asidero moral al que aferrarse.
Esta adaptación de la obra ¿Acaso no matan a los caballos? de Horace McCoy estuvo nominada a nueve Oscar (sin incluir el de mejor película) y fue una película vehicular para entender la cinematografía que atacaba la línea de flotación del sueño americano y que triunfó en los años 1970, al estilo de Cowboy de medianoche, Tarde de perros (Lumet), El padrino (Coppola), Apocalypse Now (Coppola), Taxi Driver (Scorsese), Pink Flamingos (Waters), El cazador (Cimino) o Alguien voló sobre el nido del cuco (Forman). Danzad, danzad malditos es un angustioso relato sobre la pobreza, la supervivencia y el hambre (si no ganan, como dice Dern, al menos comerán siete veces al día mientras siguen bailando). Pero esas miserias no las padecen sólo los contendientes, sino todo un país, también mostrado a través de ese conductor del concurso que estará dispuesto a hacer lo que sea para que su espectáculo tenga más repercusión, más morbo, más titulares; y, el otro es el público, esa masa que va creciendo a medida que estos personajes son cada vez menos, están cada vez más demacrados, más desesperados, más enloquecidos, más humillados. Perfecta metáfora de los “reality” televisivos modernos que convierten la desesperación humana en un espectáculo. Perfecta analogía de nosotros mismos como espectadores. Perfecto retrato del relativismo moral que directores como Pollack supieron reflejar como nadie en películas tan cáusticas y claustrofóbicas como ésta, sin un halo de esperanza.
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario