viernes, 10 de enero de 2020

Jean Giono y el cine: una relación tormentosa


La noticia de la próxima inauguración de una apasionante exposición en MuCem, Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo de Marsella, nos recordó a Jean Giono, quien tan mal aceptó la adaptación de sus obras a la gran pantalla. 
Traicionado por Pagnol, incomprendido por sus primeros proyectos cinematográficos, el escritor de Manosque (Alpes-de-Haute-Provence, Francia), tardó años en trasladar su poesía al cine.
Jean Giono (1895-1970) se definió a sí mismo como "un artesano de la imagen". En sus novelas, por supuesto, pero también para el cine, como lo recuerda la gran exposición organizada por el Mucem de Marsella en honor del escritor. No pensamos en las adaptaciones de sus libros por directores más o menos inspirados (y a menudo "menos" que "más": en un Jean-Paul Rappeneau saliendo con los honores de El húsar en el tejado (Le hussard sur le toit, 1995), o en Émile Couzinet con su Le Bout de la route (1949) o Christian Marquand con Les Grands Chemins (1962). Pero los intentos de Giono de hacer realidad su propio sueño del cine: un arte que transfigurara la realidad al liberarse de las convenciones de la novela y el teatro. 
Lamentablemente, el sueño del poeta a menudo han destrozado las realidades técnicas y económicas de la industria del cine. El autor de Que ma joie demeure (1935) lo ha dicho en varias ocasiones: el cine, el arte colectivo, es una acumulación de limitaciones, mientras que la literatura ofrece libertad.

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