sábado, 6 de abril de 2019

Agnès Varda en diez películas emblemáticas (I)

Como ya informamos en otra entrada anterior, la directora de cine francesa Agnès Varda ha fallecido recientemente, a la edad de 90 años, Desde su primer largometraje La Pointe-Courte, en 1955, fue autora de una docena de películas de ficción y numerosos documentales. Presentamos, a continuación, presentamos diez películas, seleccionadas entre toda su filmografía, que creemos son representativas de toda su carrera

1.- Cleo de 5 a 7 (Cléo de 5 à 7, 1961)

Cleo es una joven y bella cantante que está esperando los resultados de unas pruebas médicas. Una adivina que lee las cartas le predice que tiene cáncer y que va a morir. Mientras pasa el tiempo esperando los resultados, conoce a un joven soldado que está a punto de ser enviado a Argelia y que le confiesa sus temores a morir. La película hace una reflexión sobre el amor a la vida, la falta de humildad y la muerte. Cleo es una joven frívola y aburguesada que sólo se preocupa por su belleza y que se ve amanazada por la muerte. Una muerte que, para ella, es fealdad: Mientras seas guapa, estarás mucho más viva que los demás.
Corinne Marchand en Cleo de 5 a 7 (1961)

2.- La felicidad (Le bonheur, 1965)

François es un joven carpintero casado y con dos hijos. A pesar de que su vida conyugal con Thérese es placentera, cuando conoce a Emilie, no puede evitar sentirse atraído por ella y acaban teniendo una aventura. El verdadero problema es que no consigue aclararse con sus sentimientos: ama a su mujer y también a su amante, pero no sabe a cuál de las dos ama más. Si en Cleo de 5 a 7 Varda antecede el cliché de la figura femenina en el cine, en La felicidad construye el relato a partir de ello, englobándolo además con la institución social favorita del conservadurismo: la familia nuclear clásica. es una amarga ironía en la que prevalecen, en primer plano, los deseos y egoísmos de su personaje masculino, François, mientras que en un plano menos superficial —pero no por ello menos importante, ya que ahí reside el verdadero valor discursivo de la cinta— emergen todo un cúmulo de reivindicaciones feministas que dan buena muestra del necesario ideario de la cineasta francesa.
Claire Drouot, Jean-Claude Drouot, Olivier Drouot y Sandrine Drouot en La felicidad (1965)

3.- Lions Love (1969)

A finales de los 60 en Los Angeles, un trío (Viva, superstar de Warhol, con Gerome Ragni y James Rado, melenudos autores del musical Hair) experimenta el amor libre. La espléndida casa con piscina bañada por la transparente luz californiana en la que viven es como una mansión del Hollywood de los años 30 pasada por el tamiz de la Factory. Una cineasta de la costa este (Shirley Clarke) irrumpe en este hogar en el que la vida es una delirante obra de teatro. Es el fin de una era y el comienzo de otra. Del star system a las estrellas del underground. De la militancia a los políticos convertidos en vedettes del circo mediático. Una película que recoge el espíritu de su tiempo con un sentido del hedonismo y el juego que la convierte en hermana natural de cintas como Sedmikrasky (Chytilova), Who are you, Polly Magoo? (Klein) o Modesty Blaise (Losey).

4.- Daguerrotipos  (Daguerréotypes, 1976)

Agnès Varda filma la calle Daguerre, en el distrito 14º de París, donde ella vivía. Filma a los comerciantes, al carnicero, a la panadera, al tendero de ultramarinos, al peluquero, a sus vecinos. Trasciende la vida apacible del francés medio. Hace un homenaje a lo cotidiano. Uno de los grandes documentales del cine moderno. 

5.- Una canta, la otra no (L'une chante, l'autre pas, 1977)

Presenta las vidas de dos mujeres en la Francia de 1970, con el movimiento feminista en el que participó Varda como telón de fondo. Pomme y Suzanne se conocen cuando Pomme ayuda a Suzanne a abortar después de un tercer embarazo que no puede costear. Perderán el contacto, pero se volverán a encontrar diez años después. Pomme es cantante y Suzanne trabajadora comunitaria. A pesar de sus diferencias, seguirán siendo amigas, compartiendo varios conflictos y afirmando sus identidades femeninas.
Thérèse Liotard y Valérie Mairesse en Una canta, la otra no (1977)
(cont.)

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