sábado, 20 de octubre de 2018

Ingmar Bergman : 15 películas de una retrospectiva excepcional (I)

El pasado julio (concretamente, el 14) se cumplió el primer centenario del nacimiento de uno de los directores de cine clave de la segunda mitad del siglo XX, el sueco Ingmar Bergman. Desde este blog queremos hacerle un pequeño homenaje a través de sus películas más emblemáticas. Desde Música en la oscuridad a Sonata de otoño, descubriremos, por orden cronológico, la filmografía de este cineasta. 
Ingmar Bergman con Birger Malmsten en una proyección privada

1.- Tortura (1944)

Un profesor de latín, apodado Calígula por su carácter paranoico, goza persiguiendo a uno de sus alumnos y satisface su sadismo en una joven vendedora de un estanco. Primer guión escrito por un joven Ingmar Bergman, poco después convertido en uno de los grandes cineastas de la segunda mitad del siglo XX. Casualmente y debido a una repentina enfermedad del realizador Alf Sjöberg, Bergman tuvo que sustituirlo dirigiendo la última secuencia de la película, iniciándose de esta forma tan improvisada como director. El estreno sueco de la película provocó un fuerte escándalo debido a su crítica al programa educativo escandinavo.


2.- Música en la oscuridad (Musik i mörker, 1948)

Representativa película de los comienzos de Bergman, entonces un joven realizador sometido a la buena voluntad de los productores, Música en la oscuridad es una película que acepta dirigir a regañadientes y de la que sólo se atrevió a decir: "Todo lo que recuerdo, es que me decía durante el rodaje, asegúrate que no sea muy aburrida. Era mi única ambición". El resultado es mucho más interesante de lo que esperaba, a pesar de un guión de fotonovela, entre el melodrama y la tragedia: Un soldado, que se ha quedado ciego a causa de un accidente, encuentra trabajo como pianista en un restaurante, pero no consigue acostumbrarse a que lo vean como un inválido. Una joven obrera se fijará en él y tratará de reconfortarlo... De la ceguera y la lágrima simple, Bergman se sirve para sugerir que el cine puede ser, y lo demostrará, una cuestión de alma, de invisibilidad. Y la pasión por la música, que atraviesa transversalmente toda su obra, resuena ya aquí con autenticidad. Una película que tiene el atractivo de la curiosidad y la fuerza de una hermosa promesa. 

3.- Prisión (Fängelse, 1949)

Para la primera película que Svensk Filmindustri, el gran estudio para el que trabaja, le autoriza a ser director y también guionista, Bergman imagina una historia curiosa: en un estudio de cine, un joven director recibe la visita de un ex profesor de matemáticas que le propone el desafío de hacer una película sobre el tema: "Nuestro mundo es el infierno y el diablo lo dirige todo"... Pero, lejos de proyectores, es "la vida real" (primer título previsto) lo que resulta ser infernal, con la historia de una joven prostituta obligada a abandonar a su hijo. Llena de ideas y deseos de luchar con el bien y el mal, Prisión es un melo drama empujado por un gran apetito de cine, que se expresa de una manera ecléctica, desde el realismo puro hasta el onirismo muy inspirado. Un Bergman desconocido pero ya se dibuja incipientemente el gran creador. 

4.- Juegos de verano (Sommarlek, 1951)

Una bailarina de ballet recibe en su camerino, de un misterioso portador, el diario personal del hombre que fue su primer amor. Ella recuerda su verano juntos... Si el aroma de un antiguo cine sentimental se cierne sobre Juegos de Verano, la sorpresa es constante. Los recuerdos solares en los que la heroína se sumerge se revelan llenos de sombras, el frío gana a los amantes, la tragedia amenaza, la muerte aparece bajo los rasgos de una anciana mujer enferma... Audaz confrontación entre felicidad y desgracia, Juegos El verano es una película fundamental que anuncia tanto a Monika (donde encontraremos el paisaje del archipiélago de Estocolmo, la fusión con la naturaleza), El Séptimo Sello (interrogante sobre la muerte) y Fresas salvajes (la reminiscencia como principio narrativo y soledad en la nostalgia). Comprendemos porque Bergman, tan duro con él mismo, siempre ha apreciado esta obra de juventud.

5.- Un verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1953)

Es la primera película mítica de Bergman, en principio debido a su curioso destino: considerada una obra menor con aromas de un vulgar erotismo, Un verano con Mónica se convirtió en la joya para los directores de la Nouvelle Vague. Truffaut le citará en Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959) y Godard decretará que es: "la película más original del más original de los cineastas". Rodada en exteriores, en el archipiélago de Estocolmo, con medios escasos, un guión depurado (una chica ama a un chico para después abandonarlo), todos los principios del cine moderno, despojado de cualquier convención, están ya presentes en esta obra. Para simbolizar esta nueva libertad, vemos la famosa mirada que  Monika  dirige a la cámara, a nosotros y también, en principio, enamorado de su actriz, Harriet Andersson. Una película en estado de gracia. 

6.- Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens Leende, 1955)

Para conseguir de la Svensk Filmindustri el derecho de hacer películas que no se valoraran exclusivamente por el éxito, Bergman debió durante mucho tiempo rodar comedias que reportarán dinero al estudio.  Esta es tan hermosa que se cuenta entre los clásicos del director. Es una trama amorosa, orquestada de forma brillante: El abogado Fredrik Egerman (Gunnar Björnstrand) es un hombre maduro que vive una relación platónica con Anne (Ulla Jacobsson), su joven y virginal esposa. Henrik, hijo de un matrimonio anterior, persigue a Petra (Harriet Andersson), la doncella de la familia. Una actriz llamada Desiree (Eva Dahlbeck), antigua amante de Fredrik, está en la ciudad y él la visita, pero ahora ella tiene un nuevo amante, el Conde Malcom, casado con Charlotte. Todos estan invitados a una fiesta durante un fin de semana en la propiedad de la madre de Desiree. Charlotte intenta seducir a Fredrik para vengarse de Desiree. Mientras tanto, Anne, la casta esposa de Fredrik, se da cuenta de lo mucho que le atrae su hijastro. Inspirada en la obra teatral de Shakespeare, El sueño de una noche de verano, por Shakespeare, y por Marivaux, la película está magníficamente escrita: ingeniosos, los diálogos giran alrededor de los juegos de roles entre hombres y mujeres. En el Festival de Cine de Cannes de 1956, Sonrisas de una noche de verano recibió el Premio al Humor Poético. Una forma de distinguir su mezcla de ligereza y refinamiento.

7.- El séptimo sello (Det sjunde inseglet, 1957)

La imagen de la Muerte, que aparece desde los primeros minutos hasta un caballero que regresa de las Cruzadas, fue suficiente para introducir a El Séptimo Sello en la historia del cine. Pero toda la película es sorprendente, un fresco desenfrenado que muestra a una humanidad atrapada por el miedo: la peste negra, la bruja, un cielo amenazador, el infierno presente en la tierra pero la perspectiva de morir sigue siendo insoportable de todos modos... Para estos mortales asustados, la muerte no tendrá problemas para hacerlos jugar y engañarlos, antes de conducirlos a un baile macabro que queda grabado, también, en la memoria del séptimo arte. La fuerza de El Séptimo Sello es ser tanto una especie de un relato bíblico como una confesión eminentemente personal: son sus propios demonios los que Bergman proyecta aquí, quien no temía que le llamasen miedoso. El lugar que le da a los artistas en este apocalípsis sugiere que sólo ellos han encontrado una manera de sobrevivir a las perspectivas más oscuras. La película de un cineasta capaz, al mismo tiempo que afirma su talento visionario, nos abre su alma.
(cont.)

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