domingo, 19 de noviembre de 2023

Veinte operas primas española a redescubrir (III)

(cont.)

11. Acción mutante (1993), de Alex de la Iglesia

Considerada una obra de culto en nuestro país y fuera de él (por ejemplo, Japón), Acción mutante causó un gran impacto en la sociedad española acostumbrada a películas sobre la guerra civil, dramas amorosos y comedias ligeras. El debut de Alex de la Iglesia marcó un antes y un después en el modo de hacer cine en España. En el futuro, una banda terrorista formada por seres deformes liderada por Ramón (Antonio Resines), siembra el terror en el país, pretendiendo vengarse de los ricos y guapos para tomar el mando. Podría considerarse la primera película de ciencia-ficción española, algo en los años 1990 reservado únicamente para las producciones americanas. La película es también una comedia, que se presenta como sátira política y una crítica hacia como los medios manipulan a la sociedad. Acción mutante combinó ambientes sucios con escenas de acción, gore sin tapujos y una banda sonora de Def con Dos de lo más cañera. Este bizarro cóctel tan característico lo encontraríamos en posteriores películas del director como El día de la bestia (1997).
Acción mutante (1993)

12. Salto al vacío (1995), de Daniel Calparsoro 

La joven Alex malvive mediante un negocio de tráfico de armas que tiene montado con un grupo de amigos. Es una chica algo bruta y sus ademanes masculinos hacen que los chicos la traten como uno más, pero ella está enamorada de Javi, y no sabe cómo hacérselo saber. Además, la continua violencia y peligro que rodea su vida no es lo mejor para su futuro. Quiere dejarlo y no sabe cómo. Oscura película de Daniel Calparsoro sobre unos jóvenes traficantes. El protagonismo radica en Najwa Nimri y la decisión que está decidida a tomar se concreta durante un día y medio, tiempo en el que transcurre el film. La película tiene una estética muy particular, que no gustará a todos, y por momentos el ritmo decae y se pierde en esa atmósfera putrefacta y deprimente en la que está envuelta la historia.
 Najwa Nimri en Salto al vacío (1995)

13. Antártida (1995), de Manuel Huerga

María (Ariadna Gil) es una heroinómana, frustrada cantante de rock, que acaba de perder a su novio por una sobredosis. Es una chica desesperada, sin ninguna ilusión, incapaz de superar su adicción, sólo con ganas de acabar de una vez por todas con su existencia. Un día conoce a Rafa (Carlos Fuentes), un animoso joven, ratero de poca monta, que casualmente ha robado una importante cantidad de droga. A Rafa le gusta María y a la vez siente lástima por ella. A María, Rafa le es indispensable porque le suministra droga, mientras tratan de vender el alijo. Lo que no saben es que los verdaderos dueños del material son unos poderosos delincuentes sin escrúpulos, que tratan de ajustarles las cuentas. Un emocionante 'road movie', inusual en el cine español, con un ritmo trepidante. El guión es del novelista Francisco Casavella, autor entre otras de la excepcional novela Un enano español se suicida en Las Vegas. Cuenta con todos los ingredientes del género, además de que sus personajes protagonistas, sobre todo en el lado positivo de Rafa, rezuman buenos sentimientos. Ariadna Gil, como yonqui que ha tocado fondo, está cautivadora. Carlos Fuentes, en su primer papel para el cine, tiene un desparpajo elogiable.
Ariadna Gil en Antártida (1995)

14. Tesis (1996), de Alejandro Amenábar

Posiblemente la ópera prima más célebre de nuestra lista. Con veinticuatro años Alejandro Amenábar se alzó con el Goya a mejor dirección novel, mejor guion original y mejor película con esta cinta. En los años 1990 la apuesta por nuevos géneros se continuó abriendo, y Amenábar se hizo eco con este thriller con aires hitchconianos, que a día de hoy es considerada una película de culto. Ángela (Ana Torrent), que prepara una tesis sobre violencia audiovisual, descubre muerto a su director en la videoteca de la facultad. Junto a Chema (Fele Martínez) intentaran resolver el misterio de la muerte que también esconde una serie de desapariciones. Tesis se atreve a entrar en el mundo de las snuff movies y ejecuta una crítica hacia la morbosidad que buscan los programas de televisión o el cine. El director hace partícipe al espectador de la trama, haciéndole cuestionarse si él/ella forma parte también de ese público morboso. La carrera de Amenábar se vio catapultada tras el éxito de Tesis, consolidándose como un director de escaso volumen de obras pero todas de enorme calidad, tales como Abre los ojos (1997), Los otros (2001) o Mar adentro (2004).
Fele Martínez y Ana Torrent en Tesis (!996)

15. Familia (1996), de Fernando León de Aranoa

Para celebrar su 55º aniversario, el solitario Santiago contrata a una peculiar compañía de teatro para que se haga pasar por su familia. Rodeado de los actores que encarnan a su madre, su mujer, sus hijos, su hermano y su cuñada, Santiago empieza los rituales propios de la conmemoración. Cuando el guionista Fernando León decidió pasarse a la realización no pudo hacerlo de mejor manera ya que recibió el Goya a la mejor dirección novel. Fue Elías Querejeta quien, después de ver su corto Sirenas, decidió producir la película que le convirtió automáticamente en uno de los valores más importantes del joven cine español. Con un planteamiento similar al de Dulces horas, de Carlos Saura, Familia se plantea como una obra teatral clásica, ya que presenta una situación única, en un solo espacio donde los personajes interaccionan y en un tiempo no superior a un día. Y es que a León le preocupa más el tratamiento de los personajes que la técnica empleada para mostrar la historia. Y esta humildad visual se traduce en una historia sencilla, pero bien contada.
Familia (1996)
(cont.)

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