Viento en las velas (A High Wind in Jamaica), es una película británica, estrenada el 16 de junio de 1965, dirigida por Alexander MacKendrick y protagonizada por Anthony Quinn, James Coburn, Deborah Baxter, Isabel Dean, Nigel Davenport, Gert Fröbe, Lila Kedrova, Dennis Price. Productora y distribuidora: 20th Century Fox.
Sinopsis argumental: En 1860, unos niños son embarcados en la nave Clorinda, que dirige el capitán Marlope, con el fin de ser repatriados desde Jamaica a Londres, donde tendrán que ir al colegio. Durante una de las frecuentes borracheras del capitán, el barco es asaltado por unos piratas, que se llevan a los niños como parte del botín.
Comentario: Se basa en la novela A High Wind In Jamaica (1929), de Richard Hugues.
La película desarrolla un relato de piratas y niños, en el que se invierten los roles. Los piratas se comportan como niños y los niños se convierten en una pesadilla insoportable para los piratas, que devienen víctimas de los pequeños. El film desmonta el mito de los piratas feroces, que son como niños grandes, manejados por Emily y sus hermanos. La vitalidad incontenible y la ingenuidad de los menores les llevan a realizar innumerables travesuras, que implican la ocupación de hecho de la nave y la pérdida de control de los piratas sobre la misma y sobre los riesgos que asumen. Entre niños y piratas se entabla una sorda lucha de poder, que propicia la captura de la embarcación por los ingleses y la liberación de los niños. Enfrentados al peso de la ley en Jamaica, los niños explican los hechos de los que han sido testigos con silencios y verdades a medias que provocan la desgracia de los piratas. Se plantean al espectador dos cuestiones principales: la ambigüedad de la inocencia de los niños y la alegoría del triunfo de la burguesía (comerciantes, armadores, industriales y productores agrícolas) sobre los piratas, que obstaculizan la adecuada progresión de la actividad económica.
La música, de Larry Adler, se inspira en melodías hispanas, a las que añade composiciones que realzan el clima de dislocación de relaciones que se respira en la nave pirata. La fotografía, de Douglas Slocombe, subraya la ferocidad infantil de Chávez y la exigente circunspección de Emily. Son escenas destacadas la del alboroto de los niños deslizándose sobre la cubierta, los cruces de miradas tiernas de Chávez y altivas de Emily y la intervención del eficaz Gert Frobe como capitán holandés.
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