Con La mula (The Mule, 2018), Clint Eastwood demuestra que aún es capaz de sorprendernos. Una road movie truculenta y melancólica. A sus 88 años, Clint Eastwood vuelve con este papel de abuelo horticultor comprometido por un cartel de drogas. Está basada en la historia real de Leo Sharp, un veterano de la guerra de corea que a sus ochenta años se convirtió en traficante de drogas del Cártel de Sinaloa.
Es el primer proyecto actoral de Eastwood desde Golpe de efecto (Trouble with the Curve, 2012) y su primer rol protagónico en una película dirigida por él mismo desde Gran Torino de 2008.
En ella, interpreta a un veterano de la segunda guerra mundial de unos 90 años, Earl Stone, se ve sin apenas dinero y decide recurrir a un negocio tan lucrativo como peligroso: el contrabando de drogas. Earl se convertirá en uno de los mayores narcotraficantes de Estados Unidos y el más buscado de la DEA tan sólo conduciendo. Trabajando con el cártel mexicano, Earl conseguirá pagar sus deudas y mantener su casa fuera del embargo hipotecario, pero a cambio pagará un precio que ni con todas las entregas posibles podría solventar.
Para su nueva película se ha rodeado de un estupendo reparto en el que destacan Bradley Cooper, Dianne Wiest, Laurence Fishburne, Michael Peña, Taissa Farmiga, Clifton Collins Jr. y Alison Eastwood, su hija, a la que no dirigía desde Medianoche en el jardín del bien y del mal (Midnight in the Garden of Good and Evil, 1997).
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