domingo, 7 de abril de 2013

Biografías de cine: Anthony Perkins

Con su pulcro aspecto de perpetuo adolescente,
Anthony Perkins encarnó la normalidad de la Norteamérica tranquila y provinciana. Sólo la mirada fija, la sonrisa artera y los gestos nerviosos revelan que debajo de esa fachada se ocultaba un carácter obsesivo y lleno de fijaciones, un hombre dominado por impulsos asesinos...
A lo largo de los años 40, 50 y 60, la imagen tradicional de la USA rural se fue poco a poco modificando. Una vez superada la idea de que todo era bueno en el “american way of Me”, comenzó a surgir toda una generación de reprimidos, psicópatas y pervertidos, personajes siniestros capaces de dar muerte a inocentes habitantes de las grandes ciudades, como los motoristas de Buscando mi destino (Easy Ríder, 1969) de Dennis Hopper, o de violar a la mujer encarcelada sin motivos (Ivette Mimieux) en La celda de la violación (Jackson County Jail, 1976) de Michael Miller.
El cambio fue más bien gradual; pero, visto ahora, parece como si se hubiese producido en un momento concreto de junio de 1960, cuando el Norman Bates de Psicosis (Psycho, 1960) de Alfred Hitchcock apareció amigablemente en una de las esquinas del Bates Motel, sonriendo plácidamente y buscando un caramelo en sus bolsillos. Bajo esa apariencia apacible se ocultaba la imagen negativa del típico varón norteamericano: con fuertes fijaciones maternas, en lugar de sentir un amor «limpio» y «respetable» hacia su madre; capaz sólo de actos de violencia incontrolada, en vez de la segura agresividad propia del héroe del cine de aventuras; sometido a toda una serie de desviaciones sexuales (de las cuales la más «decente» era el travestismo), en lugar de manifestar unos sanos y posesivos instinto viriles…
Anthony Perkins y Alfred Hitchcock son los grandes responsables de ese cambio de imagen.
Los descendientes de Norman Bates son demasiado numerosos como para pasarles lista, pero todos ellos unen sus instintos asesinos a insuficiencias sexuales, y la mayoría presentan el mismo aspecto con el que se describe a Perkins al final de Psicosis, el de un chico “incapaz de matar una mosca”. Y, lo que es más, muchos de ellos han sido encarnados por el propio Perkins; pues, durante al menos una década, se le encasilló sin remedio. Incluso hoy en día, su recuerdo como Norman Bates tiende a borrar sus restantes interpretaciones. Parecía como si nadie estuviese dispuesto a reconocer que era capaz de madurar y envejecer. Su aura de adolescente perpetuo hacía que, por ejemplo a los treinta y seis años, pudiera seguir encarnando en Un maravilloso veneno (Pretty Poison, 1968) de Noel Black a un muchacho de diecinueve años, aunque, por supuesto, mentalmente perturbado.

Ventajas de someterse a «la gran prueba»

Anthony Perkins nació el 4 de abril de 1932 en Nueva York, y su padre era el actor de carácter Osgood Perkins y su madre y Janet Esseltyn Rane. Su conversión en actor de cine no tuvo nada de espectacular. Empezó a estudiar arte dramático en la Universidad, trabajó en el teatro en la Costa Este, hizo un viaje a Los Angeles... Tras interpretar el papel de Fred Withmarsh en una obra semiautobiográfica de Ruth Cordón, Years Ago, en un destartalado teatro de una pequeña ciudad de Delaware, se convenció a sí mismo de que era el actor ideal para la versión cinematográfica de la misma, La actriz (The Actress, 1953), con Spencer Tracy y Jean Simmons. Sorprendentemente, logró convencer también a la MGM y comenzó su carrera como actor de cine bajo la experta batuta de George Cukor.
Luego volvió a los escenarios, hasta que, tres años después, y por recomendación de su representante, consiguió el importante papel de Josh Birdwell en La gran prueba (Friendly Persuasión, 1956) de William Wyler, con Gary Cooper y Dorothy McGuire, por la que consiguió su única nominación a los Oscar. Se trata de una película sobre las desventuras de una familia de cuáqueros -contrarios a cualquier tipo de violencia- durante la guerra civil americana, a medio camino entre el western, el drama amable y la comedia suave.
Le siguieron una serie de producciones donde continuaba como secundario:
  • Un hombre solitario (The Lonely Man, 1957) de Henry Levin, un western con Jack Palance.


  • Cazador de forajidos (The Tin Star, 1957) de Anthony Mann, con Henry Fonda, otro magnifico western.


Su siguiente película fue ya como protagonista absoluto en El precio del éxito (Fear Strikes Out, 1957), de Rober Mulligan, su primera película, y producida por Alan Pakula. Coprotagonizada por Karl Malden y ambientada en el mundo del béisbol.
Luego siguieron:
  • Tiempos de ira (La diga sul Pacifico (Barrage contre le Pacifique), 1958) de René Clement, con Silvana Mangano y basada en la novela de Marguerite Duras.


  • La comedia La casamentera (The Matchmaker, 1958) de Joseph Anthony, con Shirley Booth y Shirley MacLaine, basada en una obra de Thornton Wilder.


  • Deseo bajo los olmos (Desire Under the Elms, 1958) de Delbert Mann, con una joven Sophia Loren, un relato sobre las relaciones humanas tratado de una forma cruda y extrema, con una excelente fotografía en blanco y negro por la que fue nominada al Oscar en esta categoría así como a la Palma de Oro (mejor película) en el Festival de Cannes.


  • Mansiones verdes (Green Mansions, 1959) de Mel Ferrer, con Audrey Hepburn y Lee J. Cobb. Única cinta en la que Mel Ferrer dirige a su esposa Audrey Hepburn. Se basa en la novela del mismo título de W.H. Hudson, publicada en 1904. Narra la historia de Abel, un refugiado político que conoce en la selva sudamericana a una misteriosa adolescente llamada Rima, criada desde niña en la selva y amante del mundo natural y los animales.


  • La hora final (On The Beach, 1959) de Stanley Kramer, con Gregory Peck, Ava Gardner, Fred Astaire, entre otros. Drama sobre el fin del mundo, como consecuencia de una guerra atómica. Rodada en blanco y negro.


Después de aclamadas participaciones en Broadway, como Té y simpatía con Joan Fontaine, interpretó al protagonista Norman Bates en la hoy legendaria película Psicosis (Psycho, 1960) de Alfred Hitchcock.  Escrito por Joseph Stefano, se basa en la novela Psycho (1959), de Robert Bloch, que se inspira, a su vez,  en los crímeres de un asesino en serie de Wisconsin. La acción principal tiene lugar, en 1959/60, en un apartado motel de carretera situado a 15 millas al Este de Fairville, entre Phoenix (Arizona) y LA (California). La película sustituye los recursos tradicionales del terror por un personaje humano, Norman Bates (Anthony Perkins), que regenta un motel de 12 habitaciones, aislado a causa del desvío de la vía principal construido 10 años antes. El film implanta el subgénero del thriller psicológico. La atmósfera es densa, opresiva, agobiante y, sobre todo, terrorífica, gracias al despliege de la extraordinaria imaginación de Hitchcock. Construye con habilidad el perfil psicológico de los personajes, en especial de Norman Bates y Marion Crane (Janet Leigh). Bates es de carácter débil, tiene problemas psicológicos, vive dominado por la madre y hace trabajos de taxidermista. Son escenas memorables la de la ducha, la huida de Marion de Phenix, la conversación de Marion y Norman sobre taxidermia y ornitología, la de amor en la cama. Da paso a numerosas imitaciones y "remakes", como "Psycho III" (1986), que dirige Perkins, y "Psycho" (1998), de Gust Van Sant. Muchos críticos opinaron que Perkins merecía el Oscar por este papel, pero ni siquiera fue nominado.

Tras rodar Psicosis, participa en 1960 en Me casaré contigo (Tall Story, 1960), una comedia romántica de Joshua Logan, con Jane Fonda.
En 1961 marchó a Francia para encarnar al estudiante enamorado de una mujer bella pero solitaria, que le dobla casi en edad (Ingrid Bergman) en No me digas adiós (Goodbye Again) de Anatole Litvak, la adaptación cinematográfica de Francoise Sagan Aimez-vous Brahms? Su éxito en Francia fue mucho mayor que en Estados Unidos y, durante los seis años siguientes, Perkins trabajó fundamentalmente en dicho país.
Fruto de este trabajo en el país galo son: 
  • Un abismo entre los dos (Le couteau dans la plaie, 1962), de nuevo dirigido por Anatole Litvak, con Sophia Loren.Historia policiaca en la cual un hombre convence a su mujer de intentar hacerse con el dinero del seguro de vida de ella.
  • El proceso (The Trial (Le Procès), 1962) de Orson Welles, con Romy Schneider, Jeanne Moreau, Orson Welles, Elsa Martinelli y  Akim Tamiroff. Se inspira libremente en la obra homónima inacabada de Kafka, publicada (1925) tras su muerte. Ganó el premio a la mejor película del French Syndicate Of Cinema Critics (FSCC). Narra la historia, el sueño o la pesadilla, de un empleado tímido y gris, que una madrugada ve interrumpido su descanso por unos policías desconocidos que le informan que está sometido a proceso judicial, sin acusación explícita, sin delito y sin arresto preventido.
  • Fedra (Phaedra, 1962) bajo la dirección de Jules Dassin, con Melina Mercouri y Raf Vallone.
  • Dos son culpables (Le glaive et la balance, 1963) de André Cayatte, un drama sobre el secuestro y posterior asesinato de un niño en la Costa Azul. Premios David di Donatello a la mejor producción.
  • Un adorable idiota (Une ravissante idiote, 1964) de Edouard Molinaro, una comedia con el coprotagonismo de Brigitte Bardot.
  • ¿Arde París? (Paris brûle-t-il?, 196) de René Clément. Se basa en la obra Is Paris Burning?, de Larry Collins y Dominique Lapierre, adaptada por los guionistas Gore Vidal y Francis Ford Coppola. Obtuvo dos nominaciones a los Oscar (decorados blanco y negro y fotografía) y una a los Globo de oro (música original). La acción tiene lugar en Paris y alrededores, con un breve prólogo en el cuartel general de Hitler en Alemania. Cronológicamente abarca del 7 al 24 de agosto de 1944 (18 días). Narra el levantamiento de Paris contra la ocupación nazi, liderado por la Resistencia, dos meses después del desembarco aliado en Normandía. La acción se hilvana a través de la figura del general alemán Dietrich von Choltitz, interpretado por el actor Gert Fröbe. La película muestra la crueldad y el caracter devastador de la guerra. El arco dramático viene dado por el nombramiento de Choltitz, las instrucciones directas de Hitler de derruir e incendiar Paris antes de rendirlo a los aliados, la decisión de Patton de aplazar la liberación de Paris, la impaciencia de la Resistencia parisina, las dudas de Choltitz y las noticias sobre la reciente destrucción de Varsovia. Son escenas memorables la del inhumano embarque en tren con destino a Alemania de más de dos mil partisanos, la alineación en paralelo al convoy de soldados alemanes, la petición de Himmler del tapiz de Bayeux (siglo XI) para regalarlo a Hitler, la trampa mortal que la Gestapo tiende a un grupo de estudiantes, la toma de la Jefatura de la Policía, la del Hotel Matignon, las conversaciones de Choltitz con el cónsul sueco Raoul Nordling (Orson Welles)... La música, de Maurice Jarre, incluye un vals como tema principal, de tono épico. Acompaña la Resistencia con melodías marciales, los nazis con tonos patéticos y la Liberación con aires poéticos y triunfales. El tema central fue recogido en la canción Paris en colère. Interpretada por Mireille Mathieu, obtuvo gran éxito. La interpretación corre a cargo de un elenco amplio de actrores: Jean-Paul Belmondo, Charles Boyer, Leslie Caron, Jean-Pierre Cassel, George Chakiris, Bruno Cremer, Claude Dauphin, Alain Delon, Kirk Douglas, Pierre Dux, Glenn Ford, Gert Fröbe, Daniel Gélin, Georges Géret, Hannes Messemer, Harry Meyen, Yves Montand, Anthony Perkins, Michel Piccoli, Wolfgang Preiss, Claude Rich, Simone Signoret, Robert Stack, Jean-Louis Trintignant, Pierre Vaneck, Marie Versini, Skip Ward, Orson Welles, Michel Etcheverry, Billy Frick.
  • Champaña para un asesino (Le scandale, 1967), un thriller de Claude Chabrol.
En 1968 volvió a Hollywood para intervenir en Un maravilloso veneno (Pretty Poison) de Noel Black, una película que no tuvo demasiada suerte, pero que contiene una de sus mejores interpretaciones. 
Sin embargo, a partir de entonces los papeles que se ofrecieron  no han sido tan estimulantes como los de la primera etapa de su carrera (al margen de un par de excepciones). Entre ellas:
  • Trampa 22 (Catch-22, 1970) de Mike Nichols, con Alan Arkin, Orson Welles, Jon Voight, Paula Prentiss, Martin Sheen, Martin Balsam… Basada en el libro homónimo de Joseph Heller, obra que se había convertido en un manual antibelicista a finales de los años sesenta, entre intelectuales estadounidenses contrarios a la guerra de Vietnam.
  • Un hombre de hoy (WUSA, 1970) de Stuart Rosenberg, con Paul Newman y Joanne Woodward. Un Un thriller político en relación con la manipulación a través de los medios de comunicación y la diatriba sobre las ayudas sociales.
Aunque hace ya mucho tiempo que dejó atrás la juventud, los productores y directores de reparto siguen viéndolo como un adolescente con instintos asesinos dedicarse más intensamente al teatro (como actor y director de escena). 
De nuevo participa en producciones francesas como La década prodigiosa (La décade prodigieuse, 1971) de Claude Chabrol, con Orson Welles, Marlène Jobert y Michel Piccoli. Adaptación de  la novela Ten Days Wonder (1948), de Ellery Queen (pseudónimo de Frederic Danay). La acción tiene lugar en una casa de la campiña francesa a lo largo de 10 días de junio de 1970. Theo Van Horn (Orson Welles), de 60 años, es un magnate excéntrico, dominante y misterioso, que se ha casado en segundas nupcias con Helene (Marlène Jobert), a la que había adoptado cuando era niña. También adoptó a Charles (Anthony Perkins). El film combina elementos de drama, misterio, suspense y crimen. Y, en el drama de intriga Alguien detrás de la puerta (Quelqu'un derrière la porte, 1971) de Nicolas Gessner, con Charles Bronson y Jill Ireland.

En 1972 participa en el interesante western de John Huston El juez de la horca (The Life and Times of Judge Roy Bean ), junto a Paul Newman, Jacqueline Bisset, Tab Hunter, John Huston, Stacey Keach, Ava Gardner, Roddy McDowall, Victoria Principal, Anthony Zerbe, Ned Beatty. Remake de El forastero de William Wyler. Play It As It Lays es una drama psicológico también de 1972 dirigida por Frank Perry, adaptación de una novela de Joan Didion. En 1974 participa en Lovin' Molly (AKA The Wild and the Sweet) de Sidney Lumet, que desarrolla una historia entre 1925 y 1964. Dos niños de una granja de Texas luchan por el amor de la bella y testaruda Taylor Molly, que se niega reiteradamente a casarse con cualquiera de ellos.

También participa en 1974 en la obra coral Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express) de Sidney Lumet. Adaptación de una de las novelas más conocidas de Agatha Christie. Narra la historia de un asesinato perpetrado durante un viaje en el legendario Orient Express. Oscar: Mejor actriz secundaria (Ingrid Bergman).
Otra película suya es Mahogany, piel caoba (Mahogany, 1975) de Berry Gordy, con Diane Ross. Narra el ascenso a la cumbre de una ambiciosa diseñadora de moda, después de superar múltiples dificultades y decepciones.
Anteriormente en 1973, contrajo matrimonio con la hermana de la actriz Marisa Berenson, Berry, quien realizó su debut cinematográfico como su segunda esposa en Recuerda mi nombre (Remember My Name, 1978). Un rasgo significativo de su personalidad cinematográfica lo constituye el hecho de que, en la película, su mujer en la vida real parece menos adecuada para él que su violenta y compulsiva primera mujer, encarnada por Geraldine Chaplin.
Al igual que James Dean. Perkins tuvo numerosos problemas con sus padres cinematográficos.
Como el joven cuáquero Jess Birdwell de La gran prueba, su deseo de no quedar como un cobarde entraba en flagrante contradicción con el pacifismo de su padre (Gary Cooper). Al final. es el hijo el que triunfa, aun cuando sus principios le impiden matar. En El precio del éxito, la decisión de su padre de que juegue con el equipo de béisbol, Boston Red Sox, termina provocando el conflicto y la ruptura, ya que no tiene para nada en cuenta los deseos del muchacho.
Pero, a diferencia de Dean, Perkins traslada esos conflictos al campo del psicoanálisis, y el máximo ejemplo lo constituye Psicosis, en la que su negativa a aceptar la muerte de su madre lo lleva a suplantar su personalidad.
En las películas que siguieron a Psicosis, los papeles de Perkins oscilaron casi siempre entre los de malo sospechoso y víctima inocente. En Champaña para un asesino  y Un maravilloso veneno, sus intentos de mantener relaciones heterosexuales (si no normales, sí al menos socialmente aceptables) le llevaban a emparejarse con “mujeres fatales” que parecían justificar todas las reservas mostradas hacia el otro sexo por sus anteriores personajes. 
Hay que señalar que Perkins apenas cambió físicamente a lo largo de su vida. No fue nunca el típico actor juvenil, e incluso cuando tenía veintiún años parecía como si ocultase una experiencia mucho mayor que la que correspondería a esa edad. Ahora, que ha cumplido ya los cincuenta, parece exactamente al revés. Y sobre todo conserva el mismo físico de siempre: Perkins siguió siendo alto, delgado, teniendo los hombres anchos y moviéndose con una mezcla de displicencia y seguridad en sí mismo, como si respondiera a un conjunto de normas privadas sólo fraccionalmente distintas de aquellas por las que se rige la vida cotidiana.





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