sábado, 28 de octubre de 2017

Mireille Darc, emblema del cine francés (II)

Fiel al cine popular

Hija de  Louis de Funès y de Jacqueline Maillan en El pollo de mi mujer (Pouic-Pouic, 1963), de Jean Girault, película en la que realiza su primer papel importante, Mireille Darc permaneció fiel a un espíritu típicamente galo, al que siempre confirió su toque de elegancia. Su lealtad también fue con la amistad. En lugar de tratar de multiplicar las reuniones con los directores, primero le preocupa actuar para sus amigos. 
Hizo trece películas con Georges Lautner, entre ellas Des pissenlits par la racine (1964), y se convirtió en una de los artistas favoritos de Michel Audiard. También trabajó con Edouard Molinaro, Yves Robert, Gérard Pirès. 
Y una docena de veces con Alain Delon [El diablo y los diez mandamientos (Le diable et les dix commandements, 1962), Jeff (1969), Madly (1970), Borsalino (1970), Los senos de hielo (Les seins de glace, 1974), Borsalino & Cía. (Borsalino and Co, 1974), L'homme pressé (1977), Muerte de un corrupto (Mort d'un pourri, 1977), Por la piel de un policía (Pour la peau d'un flic...]. Acusada, en ocasiones, de hacer cine comercial, aunque es cierto, sin embargo, lo realizó con el sentido de las afinidades selectivas
También tuvo un encuentro con Jean-Luc Godard, casi inevitable para las actrices de su generación, pero  Week-end (1967), no tuvo un efecto revelador. 
Poco interesada en su propia imagen de actriz, a Mireille Darc no le importó romperla bajo la dirección de un iconoclasta. 
En los años 1980, su carrera fue interrumpida por una operación a corazón abierto. Después, como resultado de un accidente de coche en un túnel en el Valle de Aosta, en el que fue gravemente herida, con la columna vertebral fracturada, siendo inmovilizada durante tres meses en un hospital de Ginebra, y de su separación de Delon, después de quince años de vida en común, abandonó el cine, para solo volver a la televisión en los años 1990. Sin pretender nunca reinventarse a sí misma, terminó su carrera en la televisión, con solo unas cuantas telenovelas en el apogeo de la popularidad que había conseguido, interpretó numerosos papeles: como burguesa temible en Les Cœurs brûlés o en Les Yeux d'Hélène y más tarde en Terre indigo, Le Bleu de l'océan y Frank Riva en la que se reencontró de nuevo con Alain Delon.
Sin embargo, sin aprovecharse de esta celebridad también participó para la televisión en documentales sobre trasplantes de órganos, mujeres sin hogar y trabajadoras sexuales. Al relatar la vida inscrita en su cuerpo, la actriz recurrió a los demás para relatar sus propias experiencias dolorosas de una paciente que estaba enferma del corazón. Lo hizo sin contrastar con la bella rubia llena de vida que había encarnado y que el público había amado tanto. Mireille Darc, espectacular gran saltamontes, podría haber sido apodado también la discreta.
Mireille Darc falleció en su domicilio el 28 de agosto de 2017.

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