sábado, 14 de octubre de 2017

Peter Bogdanovich, estrella rutilante de los setenta (II)

La última película (The Last Picture Show), una película de culto

Peter Bogdanovich, que tenía una cuenta pendiente, llega a Hollywood en un buen momento. En los fecundos años 1960, su camino se cruza con el de los gigantes del pasado pero también con los que tenía el porvenir entre sus manos, el productor Roger Corman o los jóvenes rebeldes Jack Nicholson, Bob Rafelson, Peter Fonda… A pesar de su arrogancia y sus aires de profesor depositaron su confianza en él confiándole la adaptación de The Last Picture Show, la novela publicada en 1966 y semi-autobiográfica de Larry McMurtry, un joven escritor tejano que a partir de ese momento llegará a ser muy conocido. 
Bogdanovich decide rodar la película en blanco y negro, con una energía erótica y una audacia derivadas del cine europeo. 
Cybill Shepherd y Timothy Bottoms en un fotograma de La última película
La crítica es unánime, La última película se convierte en una película de culto y, durante el rodaje, el cineasta, que había contado con la modelo Cybill Shepherd, portada de la revista Glamour, para un papel protagonista, se enamoró de la joven belleza, asunto que condujo a su divorcio de la diseñadora de decorados Polly Platt, su colaboradora artística durante muchos años y madre de sus dos hijos. "Era talentoso, inteligente y poseía el sentido de la puesta en escena. En esos años tenía al mundo a sus pies" -dijo  Ellen Burstyn, actriz que participó en la película y fue candidata al Oscar como mejor actriz de reparto. 

El descenso a los infiernos

La historia acaba siendo un siniestro.  Varios fracasos y su separación de Cybill Shepherd, en 1978, le llevan a buscar su salvación en los brazos de otra modelo, Dorothy Stratten, portada de la revista Playboy (Miss Playboy 1980). Él la convirtió en actriz y todos contentos. Pero, Dorothy Stratten, que estaba casada con el buscavidas Paul Snider, quien dependía financieramente de ella. Stratten quiso vivir con Bogdanovich, y cuando le contó a Snider que lo abandonaba, éste la mató y luego se suicidó.
Dorothy Stratten con Peter Bogdanovich en 1980
La tragedia, descrita por Bob Fosse en la película Star 80 (1983), con Mariel Hemingway -crónica nada inocente del cruel e inmoral mundo del estrellato-, perseguirá al cineasta hasta la obsesión y sumirá a Bogdanovich en una depresión que duraría tres años. Entonces, Bogdanovich retomó su primera vocación, la escritura, para escribir sobre su fallecido amor The Killing of the Unicorn, Dorothy Stratten 1960-1980, publicado en 1984. El libro era una respuesta al artículo de Teresa Carpenter "Death of a Playmate", que cargaba contra Bogdanovich y Hefner, afirmando que Stratten era casi tan víctima de ellos dos como de su asesino Snider. El artículo sirvió de base a la película Star 1980, ya citada. 
Se siente tan triste que acaba casándose con la hermana de Dorothy Stratten, Louse Hoogstraten, a la que había acompañado desde el momento del crimen, cuando aún ella tenía 10 años. Durante estos años pasa de una a otra revista estadounidense. ​El matrimonio, que duró trece años, acabó en divorcio en 2001, año en el que se apartó definitivamente del cine.
Condenado a vagar por los márgenes de Hollywood donde ya no dirige, a refugiarse cada vez más en el mundo imaginario que alimentan sus pasiones de cinéfilo.  

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