lunes, 23 de octubre de 2017

Danielle Darrieux ha muerto: un recorrido por sus diez películas más relevantes (I)

De sus primeras películas con los maestros clásicos de postguerra a sus últimas actuaciones dirigida por Anne Fontaine o François Ozon, nos vamos a sumergir en la rica y extensa filmografía de Daniel Darrieux -ciento diez películas-, las que consideramos las diez esenciales. Una selección subjetiva, totalmente subjetiva. 
Los  más jóvenes la conocen como la madre de Catherine Deneuve y de Françoise Dorléac en  Las señoritas de Rochefort (Les Demoiselles de Rochefort, 1967), de Jacques Demy (1967), convertida en una película de culto. Sin embargo, los cinéfilos la recuerdan por Madame de… (1953), de Max Ophuls, en la que encarna con una gracia infinita a una coqueta, víctima del sentimiento amoroso que la invade, de repente. 
Danielle Darrieux ha muerto, el martes 17 de octubre de 2017, cinco meses después de haber festejado el centenario de su nacimiento. De sus ciento diez películas (también fue actriz de teatro, grabó discos, fue interprete en serie televisivas, y, en Broadway, sustituyó en la escena a la mismísima Katharine Hepburn en un musical sobre la vida de Coco Chanel), hemos seleccionado diez, los que consideramos más importantes en su carrera en el séptimo arte.
Pero, también habríamos podido elegir y hablar de Condesa por una noche (Retour à l’aube, 1938), de Henri Decoin, en la que daba vida a una mini madame Bovariy enfrentada a la negrura del polar (genero cinematográfico francés en el que se destacaba la figura del delincuente y la equiparaba a la del policía). Desde le momento en el que Madame de Rênal recorre los pasillos hasta la puerta detrás de la cual duerme Julien Sorel - El rojo y el negro (Le rouge et le noir, 1954), de Claude Autant-Lara-. De sus escenas dialogadas por Michel Audiard en El desorden y la noche (Le désordre et la nuit, 1958), de Gilles Grangier. De sus dos duos magníficos: uno con Alain Delon en un sketch del El diablo y los diez mandamientos (Le diable et les dix commandements, 1962), de  Julien Duvivier; otro con Catherine Deneuve en El lugar del crimen (Le lieu du crime, 1983), de André Téchiné. Y su último gran papel en el cine, ofrecido por Anne Fontaine dans Nouvelle Chance (2006)… Pero los diez elegidos son: 
Fotograma del El desorden y la noche
1.- ¿Por qué lates, corazón? (Battement de cœur, 1939), dirigida por Henri Decoin. Danielle Darrieux acababa de obtener un gran éxito con Mayerling (1936), de Anatole Litvak. Al final de la década de 1930 es la actriz más popular de Francia, y Henry Decoin le ofrece la única película que podía rivalizar con los grandes éxitos americanos de la comedia. Y brilla frente a Saturnin, brillante maestro carterista que enseña a los "indocumentados" de la época a robar en el metro. La inseguridad, ya...
2.- Occupe-toi d'Amelie..! (1949), de Claude Autant-Lara. Adaptación enloquecida de la obra homónima de Feydeau. En La rosa púrpura de El Cairo (The Purple Rose of Cairo, 1985), Woody Allen estaba filmando personajes en la pantalla. Hace treinta años, Claude Autant-Lara muestra a los espectadores en el escenario para interrumpir un argumento que consideran inmoral: el triunfo del surrealismo absurdo. Y es la risa de Darrieux, impresionante en su papel, quien parece, a veces, inspirar los movimientos de la cámara...
3.- La vérité sur Bébé Donge (1951), dirigida por Henri Decoin. ¿Por qué Elisabeth Donge, a la que todo el mundo llama "Bébé", después de 30 años de matrimonio, vierte, una tarde, arsénico en el café de su marido? Porque el la ha descuidado, anulado, lo que hace que su personaje imaginado por Georges Simenon sea el antecedente de las feministas. Enfrentada a un Jean Gabin, espléndido, Darrieux se metamorfosea: de idealista cándida se convierte, poco a poco, en un ángel de la muerte, sin piedad ni perdón. 
4.- 5 dedos (Five Fingers, en francés se conoción como L’Affaire Cicéron, 1952), de Joseph L. Mankiewicz. El ayuda de cámara del embajador británico en Ankara ha vendido a los nazis los planos del desembarco aliado en Normandía, pero ellos no creen que sean verdaderos. Pero Mankiewicz trasciende esta historia: el miserable héroe se convierte en un personaje desencantado, casi shakesperiano, interpretado por James Mason. Y hace de Danielle Darrieux, una aristocrata cínica, que se presta a todo con tal de recobrar su rango. Ella abofetea a su ex sirviente, que le propone asociarse. "Porque me hablaste como a una sirviente. Como un ser que piensa que es inferior y que trata de comprar lo que cree que no se merece. Lucha de clases y sado-masoquismo ...
(cont.)

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