domingo, 13 de mayo de 2018

Romances memorables del cine fantástico (XIII): Regreso al futuro

Trilogía de Back to the Future (1985-1990)


Podríamos poner varios apuntes románticos en la saga de Back to the Future: desde la incomodidad de Marty con su propia madre a ese romance eterno con Jennifer (chamarra de futbolista y hombro descubierto en el porche). Pero ninguno tiene ese impacto recurrente, esa atracción constante a través de las eras, como el de Biff y una buena pila de estiércol fertilizante. Biff odia al estiércol y siempre acaba en él; lo detesta pero siempre se comporta como el bully esencial, el puro desecho vengativo. Biff siempre terminará recibiendo su merecido en lo que le corresponde: por portarse como basura acaba siempre entre basura. Y en eso está la fatalidad de Regreso al futuro, la recurrencia de los mismos errores en el tiempo, en el presente, el pasado y el futuro, la idea de que acabaremos en romance con quién nos destinó la vida. El camión de fertilizante y Biff son una buena analogía de lo que Hollywood quiere en todo romance: lo recíproco, lo mismo, lo recurrente, nuestro propio merecido.

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