martes, 16 de julio de 2013

Biografías de cine: Francisco Piquer

Francisco Piquer Chanza (Valencia, 2 de junio de 1922-Madrid, 11 de diciembre de 2009) fue un actor español. Debutó sobre los escenarios en 1940, y a partir de ese momento inicia una larga carrera profesional sobre los escenarios que los consagran como uno de los grandes actores españoles de teatro del siglo XX, interpretando obras de Jacinto Benavente, Alejandro Casona, Miguel Mihura, Juan José Alonso Millán o Carlos Arniches.
Su paso por el cine fue especialmente intenso en la década de 1950 con títulos como:

  • Los agentes del quinto grupo (1955) de Ricardo Gascón. Un grupo de agentes secretos está tras la pista de Barrier para localizar a una peligrosa banda de delincuentes. Lo consiguen, pero no sin que mueran varios de los agentes y un policía. 

  • El cerco (1955) de Miguel IglesiasEn esta concisa y directa película se narra el atraco a una industria barcelonesa por parte de cuatro hombres, y cómo las cosas empiezan a complicarse desde el principio, para ir agravándose constantemente a lo largo del metraje. Seguramente se trata del filme que más explícitamente muestra la violencia y la ruindad de sus protagonistas (con alguna excepción) de los que se habían realizado hasta entonces en el cine español; en efecto, de los cuatro atracadores ninguno se salva, aunque durante un tiempo alberguemos dudas sobre las actitudes de alguno, dudas que pronto se disipan al comprobar que lo que les interesa es, por encima de todo, el interés propio, caiga quien caiga. La importancia que se da a la policía en el argumento es meramente instrumental, siendo las acciones de los atracadores las que acaparan la narración. 

  • Sendas marcadas (1957) de Juan Bosch. Un peligroso delincuente es capturado tras una accidentada persecución por la montaña. Como está anocheciendo, el inspector de policía, junto a un gendarme y el malhechor, decide pernoctar en un refugio. Allí, el cuidador del refugio y un pintor se enzarzan en una discusión sobre el destino, y cada uno, para reforzar su teoría, explica un misterioso caso.
 

  • Manos sucias (1957) de José Antonio de la Loma. Miguel, de profesión camionero, quiere prosperar y comprar una estación de servicio por las que pasa habitualmente. Para conseguir el dinero, despeña un camión de una empresa rival. Sólo una persona sabe de este crimen, la camarera del restaurante donde se reúnen todos los camioneros.

  • Lo que cuesta vivir (1957) de Ricardo Nuñez. Un hombre que se ha quedado viudo padece todo tipo de privaciones para poder mantener a su hija adolescente. Para conseguir algún dinero trabaja primero de vigilante, pero luego no tiene más remedio que convertirse en matón de un club nocturno. Pronto se hace famoso por su dureza y la manera que maneja los puños. Esto le traerá inesperados cambios a su vida.

  • El emigrante (1958) de Sebastián Almeida. Mientras Cádiz celebra su famoso Carnaval, en la cubierta de un barco, don Joaquín, un viejo emigrante, contempla la ciudad y escucha emocionado, el lejano eco de las fiestas. No quiere bajar a tierra porque teme enfrentarse a la ausencia total de seres queridos. ¡Ha sido emigrante tantos años! Hace mucho que no ha vuelto a su Cádiz y también entonces la ciudad estaba de fiesta cuando él y sus compañeros llegaron repatriados de la campaña de Cuba.

  • Cita imposible (1958) de Antonio Santillán. Rosario es condenada injustamente por un robo cometido en el Teatro Variedades, donde ella trabajaba como secretaria del empresario Gastón Leducq. Al salir de la cárcel, trata de demostrar su inocencia a Gastón. Interviene Mercedes, esposa de Gastón, provocando una violenta discusión. Gastón maltrata a Rosario y ésta le amenaza. Interviene Juanón, un actor amigo de Rosario, que promete a ésta hacer todo lo posible por descubrir al verdadero autor del robo.

  • El sonido de la muerte (El sonido prehistórico) (1965) de José Antonio Nieves Conde. Tres aventureros llevan décadas buscando un tesoro escondido en una cueva de Grecia, pero sólo tienen la mitad del mapa que indica el escondite. Cuando, por fin, encuentran la otra mitad, creen que el tesoro ya está al alcance de su mano.

  • El padre Manolo (1966) de Ramón Torrado. Película para los incondicionales de Manolo Escobar, que hace de sacerdote que quiere investigar un accidente de tráfico que no lo fue, pues alguien le disparó a su rueda, tras haberle impartido la extrema unción al conductor, y tras confesarle a quién quiere regalar su testamento. Aderezada con canciones de Manolo Escobar.
  • Demasiadas mujeres para Layton (Carré de dames pour un as, 1966) de Jacques Poitrenaud, basada en una novela Michael Logan. Layton, agente del servicio secreto, ha de descubrir el paradero de Hakim Gregory, un traficante de drogas que ha escapado de la cárcel después de matar a varios guardias, pero las mujeres se interponen en su camino...
  • La dinamita está servida (1968) de Fernando Merino. Informados de que el Rey de Chaila va a pasar unas vacaciones de riguroso incógnito en un lujoso hotel de la Costa Brava, un grupo revolucionario contrata a Kremer, especialista en atentados políticos quien, a cambio de ochenta mil dólares, acepta la descabellada misión. Por su parte, Mike y Dory, una joven pareja que vive al margen de la ley, también han sido informados del viaje del Rey de Chaila, por lo que deciden apoderarse de las valiosas joyas que siempre lleva consigo el monarca.

Apartado del cine desde finales de la década de 1960, sólo retornó puntualmente en películas como:

  • El diablo cojuelo (1971) de Ramón Fernández, basada en la novela homónima de  Luis Vélez de Guevara, nos transporta a la sociedad madrileña del siglo XVII, al ambiente y mentalidad picarescos.

  • Matrimonio al desnudo (1974) de Ramón Fernández. Miguel y Beatriz invitan a sus amistades a una cena en su domicilio al cumplirse el décimo aniversario de boda. Miguel quiere aprovechar la reunión para convencer a uno de los invitados, un banquero, para que invierta dinero de su banco en un negocio que lo sacaría de la precaria situación pecuniaria en la que se encuentra. Pero con lo que no contaba Miguel es que Laura, la doncella del matrimonio, recibe telepáticamente sus pensamientos y que se propondrá jugar con ellos exponiéndolos en voz alta en un peligroso juego que acaba, como es natural, con desastrosos resultados para la pareja. Ante tan divertida y esperpéntica situación, la pareja tendrá que hacer lo imposible para no desunirse y saber sacar los mejores resultados de tan tamaño incidente.

  • Memorias del General Escobar (1954) de José Luis Madrid. El general Escobar escribe sus memorias desde su encierro en la cárcel. Su historia comienza con los hechos desencadenantes de la Guerra Civil. española. Recreación de la vida del general Escobar, un coronel de la guardia civil leal a la República durante la Guerra del 36 que llegó a general del Ejército de Extremadura.

  • Dinero negro (De mica en mica s'omple la pica. 1984) de Carlos Benpar. Si alguna vez os ofrecen doscientas cincuenta mil pesetas por hacer un breve viaje de representación por diversos lugares de Europa, pensarlo dos veces antes de aceptar. Durante las elecciones, Enrique recuerda lo que le pasó en Zurich, en una ocasión similar, cinco años antes.

  • El abuelo (2008) de  José Luis Garci, donde da vida al prior de Zaratay,  Principios del siglo XX. Don Rodrigo, patriarca librepensador y cascarrabias, vuelve a España desde América, con los bolsillos vacíos. Está arruinado. Al llegar a su casa se enfrenta con su nuera, la condesa doña Lucrecia, quien públicamente era infiel a su marido, hijo de don Rodrigo. En su deseo de ser fiel al honor familiar, exige a la condesa que le revele cuál de sus dos nietas es legítima. En efecto, la otra es fruto de los amores de doña Lucrecia con un pintor. Pero la condesa, pensando en el bien de sus hijas, no quiere satisfacer la razonable curiosidad del suegro. Y se dedica a hacerle la vida imposible, hasta el punto de tratar de recluirle en un convento. Adaptación libre de la novela de Benito Pérez Galdós por Horacio Valcárcel y José Luis Garci. La película, que fue candidato al Oscar, cierra la trilogía melodramática de Garci (con Canción de cuna (1994) y La herida luminosa (1997)). El film conjuga drama y ternura con equilibrio, sin forzar las cosas. Honor y amor, pasión y deber, rencor y perdón, esperanza y fatalismo, son los grandes temas presentes. Los personajes son entrañables, y sus dramas personales hacen difícil contener las lágrimas. Fernando Fernán Gómez está soberbio y se merecía su Goya al mejor actor. Le da la réplica la joven Cayetana Guillén Cuervo. De justicia es señalar el gran trabajo del fallecido Rafael Alonso, enfermo de cáncer durante el rodaje, que da vida al entrañable tutor de las niñas.
  • XXL (2004) de Julio Sánchez Valdés. Fali, un veinteañero, aprovecha su trabajo de repartidor en un supermercado para prostituirse cual gigoló con las clientas, con vistas a comprarse un coche de lujo. En sus ratos libres deambula por el barrio con Laski, Paco el Oso y Bolinga, sus inseparables amigos. El veterano Julio Sánchez Valdés, que lleva 20 años dirigiendo series y desconocidas películas como De tripas corazón, retrata a un grupo de descerebrados obsesionados por el sexo y el tamaño de su miembro viril (de ahí el título). Protagoniza Óscar Jaenada, actor revelación de Noviembre, de Achero Mañas.

Habitual en televisión durante 3 décadas, participó en numerosas obras emitidas en el espacio Estudio 1 y series como Diego Acevedo (1966), Los tres mosqueteros (1971), Farmacia de guardia (1993), Historias del otro lado (1996) y El comisario (1999).
Recibió el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos por Las manos sucias y el Premio Ercilla de Teatro por Los árboles mueren de pie.

Francisco Piquer

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