miércoles, 21 de octubre de 2020

Por el estreno de Druk (Another Round) (III)...

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13.- The Small Back Room AKA Hour of Glory (1949), de Michael Powell, Emeric Pressburger

Se basó en la novela de 1943 del mismo nombre de Nigel Balchin. La película está ambientada en 1943. Con poco más de 75 minutos de la película, durante la escena en la que el personaje de Sammy Rice destroza su sala de estar, la sombra del micrófono se puede ver reflejada en el marco vacío en el primer plano de la toma. Mientras los alemanes arrojan trampas explosivas en Gran Bretaña en 1943, el experto amargado que tendrá que desarmarlos libra una batalla privada con el alcohol.

14.- The Drunkard (O methystakas, 1950), de Yorgos Javellas

Fue la película griega más taquillera en 1950. The Drunkard fue el primer gran éxito comercial en Grecia. Finos Film se estableció como la productora cinematográfica dominante en el país. Con su icónico retrato del borracho, Orestis Makris se convirtió en uno de los actores más importantes del cine griego. Haralabos es un humilde zapatero que perdió a su hijo en la II guerra Mundial y también a su mujer, que falleció de un infarto al enterarse de la muerte de su hijo. Haralabos vive alcoholizado y es cuidado con devoción por su hija pequeña Anna, la cual nunca encuentra pretendientes por ser la hija de un borracho. Acepta su destino con resignación, porque ante todo ama a su padre, un ser alcoholizado pero lleno de bondad. La situación precaria de la familia obliga a Anna a buscar trabajo. En su nuevo empleo de secretaría renacerán sus anhelos de ser amada. El hijo del jefe se enamorará de ella, sin saber quién es el padre.

15.- El trompetista (Young Man with a Horn, 1950), de Michael Curtiz

Drama musical lejanamente inspirado en la trágica vida del músico de jazz Bix Beiderbecke, muerto a los 28 años tras una fulgurante carrera que truncó el alcoholismo. El famoso Harry James se encargó de doblar los solos de trompeta de Kirk Douglas y los pianistas Buddy Cole y Zito pusieron su música en la banda sonora. Se basa en la novela homónima de Dorothy Baker, de 1938.

16.- Las hermanas Munekata (Munekata kyodai, 1950), de Yasujirō Ozu

Mariko Munekata vive en Kioto, en casa de su hermana mayor Setsuko, que está casada con un ingeniero sin trabajo. Éste se refugia en la bebida para olvidar su fracaso, pese a que eso hace muy infeliz a Setsuko que, sin embargo, por fidelidad a sus ideas conservadoras, se resigna a continuar esa relación enfermiza. Mariko, partidaria en cambio de las nuevas costumbres occidentales, sabe que su hermana ha estado siempre enamorada de Hiroshi y trata de reunir a ambos de nuevo. Junto a Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi, el realizador Yasujiro Ozu es uno de los referentes del cine japonés de todos los tiempos, a pesar de la dificultad de que sus películas llegaran a estrenarse en Europa. Las hermanas Munekata es uno de esos filmes de difícil distribución en España, ya que de hecho no llegó a estrenarse en nuestro país. En todo caso, es una cinta que sigue tocando los temas de Ozu, como es el mundo de la mujer y la influencia de las costumbres occidentales en la sociedad nipona.

17.-  Vuelve, pequeña Sheba (Come Back, Little Sheba, 1952), de Daniel Mann

Adaptación de la homónima obra teatral de 1950 de William Inge. El relato muestra un matrimonio en decadencia, mal cosido por acontecimientos pasados que han convertido a la pareja en un par de personas que viven juntas, pero que apenas se relacionan, de cómo el factor inquilina joven (y su atlético pretendiente) despierta en ambos sentimientos (parte de ellos sexuales) reprimidos, precipita los latentes problemas entre ello.

18.- Las angustias de vivir (The Country Girl, 1954), de George Seaton

Un actor de teatro llamado Frank Elgin (Bing Crosby) lleva una década en decadencia afectado por el alcoholismo y con un gran complejo de culpabilidad debido a la muerte del único hijo de la pareja.Bernie Dodd (William Holden), su director de escena, y Georgie (Grace Kelly), su esposa, intentarán luchar por sacarle del triste estado en que se encuentra, aunque las cosas no van a resultar nada fáciles… Todo se centra principalmente en el sentimiento de culpabilidad que arrastra el protagonista tras morir su hijo atropellado en el pasado por un descuido suyo. El sentirse responsable le inmoviliza para ser capaz de hacer algo en la vida y en lugar de enfrentarse a ello se da a la bebida. Este enfoque sí que es un gran acierto del film y está brillantemente tratado por Seaton, quedando patente en los múltiples problemas que tiene el protagonista la capacidad de desenvolverse en los escenarios y volver a ser el que fue.
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