sábado, 28 de diciembre de 2013

Efemérides musicales: Norma

El 26 de diciembre de 1831 en el Teatro alla Scala de Milán se estrena la ópera Norma, de Vincenzo Bellini.
Norma es una tragedia lírica en dos actos con música de Vincenzo Bellini y
Giuditta Pasta, la primera Norma.
libreto en italiano de Felice Romani (basado en la tragedia Norma, ossia L'infanticidio de Alexandre Soumet). Se considera un ejemplo de la mayor altura de la tradición belcantista. "Casta diva" fue una de las arias más conocidas en el siglo XIX y continúa siendo una de las más populares del repertorio lírico.
Después de La sonámbula, Bellini cambió de registro y pasó a la tragedia. Norma pone de manifiesto las excepcionales dotes teatrales del compositor para explorar las profundidades del drama romántico. La figura de Norma ocupa un lugar destacado entre los grandes personajes femeninos de la historia de la ópera. Los antecedentes de la heroína belliniana se encuentran en las óperas Medea (1797) de Cherubini y La vestal (1807) de Spontini, la primera desarrolla el tema del infanticidio como venganza y la segunda el de la sacerdotida que rompe sus votos.
Felice Romani realizó profundas modificaciones respecto a la tragedia de Soumet. En esta, Norma daba muerte a sus hijos. Los modelos de Soumet serán las figuras mitológicas de Níobe y Medea, así como Lady Macbeth de Shakespeare y la sacerdotisa de los druidas Velléda, del poema épico de Chateaubriand, Les martyrs ou Le Triomphe de la religion chrétienne. Romani enriqueció este mundo femenino, de por sí complejo, con dos aspectos importantes: el amor de la protagonista hacia Pollione y sus hijos. Norma es una mujer de sentimientos profundos y contradictorios: suma sacerdotisa y madre, amante abandonada y rival vengativa, todo en una misma persona. Su trágico final es consecuencia inevitable de sus conflictos emocionales y de la incompatibilidad entre el voto religioso, el deber hacia su pueblo y el amor no correspondido. Su muerte no es un castigo que se inflige a sí misma, sino una solución catártica a sus conflictos internos.
En una carta datada el 1 de septiembre de 1831, Bellini escribió a la soprano Giuditta Pasta que "Romani cree (que este tema) será muy efectivo, y absolutamente ideal para tu carácter enciclopédico, debido a la clase de carácter que tiene Norma". De hecho, el rango vocal y dramático de Pasta era notable: en marzo de ese mismo año, ella había creado un rol belliniano muy diferente: Amina, la vulnerable doncella suiza, en La sonámbula.
Musicalmente, Norma se caracteriza por sus melodías largas, dramáticas, muy ornamentadas e intensamente emocionales. Entre los fragmentos inolvidables de esta ópera se encuentra Casta diva, quizás el aria de soprano más conocida de toda la historia de la música.
Fue compuesta en menos de tres meses, desde el inicio de septiembre hasta finales de noviembre de 1831.

Argumento

Lugar en el que se desarrolla la obra: la Galia Época: siglo I a. C. (ocupación romana).
La trama gira en torno al amor que siente la sacerdotisa Norma por Polión, procónsul romano. Él, padre de sus hijos, ama a otra mujer, Adalgisa, también sacerdotisa. El enfrentamiento entre ambas se simboliza en el célebre dúo Mira O NormaAntes de que se alce el telón, la sacerdotisa Norma, hija del jefe de los druidas Oroveso, es la amante secreta del procónsul Polión, del que ha tenido dos hijos, custodiados por la fiel Clotilde mientras el resto no lo sabe. El romance hace que Norma trate por todos los medios de acallar la rebelión contra Roma, esperando que se establezca la paz entre los dos pueblos y así no perder a su amado.

Acto I

El bosquecillo.

Cuadro I
La ópera comienza con un coro de Oroveso y los druidas. Dell'aura tua profética (Con tu aura profética). Se marchan y entra Polión con su amigo Flavio, a quien confía que está enamorado de una joven novicia del templo de Irminsul, Adalgisa, y que quiere dejar a Norma; le relata un sueño terrible en el que Norma mata a sus hijos y a Adalgisa (Meco all'altar... Me protegge, mi difende - Conmigo, en el altar... Me protege, me defiende). Los dos romanos se marchan cuando oyen que se acercan sacerdotes y guerreros galos al bosque, en espera de que la sacerdotisa Norma dé la orden de atacar a los romanos. Un coro de druidas anuncian que Norma viene. Ella, por su amor secreto por el romano, pide la paz. No sabe que Polión se ha cansado de la envejecida Norma y que se ha enamorado de Adalgisa. Se dispone a cortar muérdago a la luz de la Luna (Cavatina: Casta Diva).
Todos se alejan. Adalgisa espera a Polión, quien le pide que huya a Roma con él; al final, a pesar de su piedad y virtud, accede a ello (dúo: Va, crudele, al Dios spietato - Vete, cruel, al Dios despiadado).
Giulia Grisi como Norma.
Interpretó a Adalgisa en 1831.
Cuadro II
En el refugio donde los hijos de Norma están escondidos, esta le cuenta a Clotilde que Polión se va a ir a Roma. Duda de si él la llevará o no. Cuando Clotilde se lleva a los niños, aparece Adalgisa, presa de sus remordimientos. Se debate entre su amor a Polión y sus votos ceremoniales. Inocentemente pide consejo a Norma, diciéndole que ha vulnerado el voto de castidad pero sin revelar el nombre del amado. Norma queda conmovida por su historia (que tanto se parece a la propia) y, puesto que no sabe el nombre del amado, exime de sus votos a Adalgisa (dúo: Oh rimembranza! - ¡Oh, recuerdo!). Cuando Norma se entera que su enamorado es el mismo de Adalgisa, entra en cólera y maldice a Polión por su traición. Norma le advierte que Polión le hará lo mismo, abandonarla a ella y a sus hijos. Les dice que se marchen, y les advierte que tengan miedo de su furia (trío: Oh, non tremare, o perfido - "¡Oh, no tiembles, al pérfido).

Acto II

Cuadro I
Habitación de Norma.
Norma pretende matar a sus hijos por despecho, pero en el último momento es incapaz de cometer semejante crimen. Decidida a suicidarse, hace llamar a Adalgisa y le ruega que adopte a los niños y los lleve a Roma, después de casarse con Polión (Aria: Teneri, teneri figli - Tiernos, tiernos niños). Pero Adalgisa lo rechaza y promete a Norma convencer a Polión para que vuelva con ella (dúo: Deh! Con te li prendi - ¡Ah! Llévalos contigo).
Cuadro II
Un claro del bosque.
Mientras tanto los druidas se reúnen en el bosque (coro: Non partì? - ¿No se ha ido?). Guiados por Oroveso, traman una revuelta contra Roma (Aria: Del Tebro al giogo indegno - Del Tíber el yugo indigno).
Cuadro III
En el bosque; altar de Irminsul.
Norma, que siempre se oponía, cuando sabe que Adalgisa no ha obtenido nada de su coloquio con Polión, llama a los galos. Los druidas cantan un himno de Guerra. Norma proclama la guerra a los romanos. Tiene que pronunciar el nombre de la víctima propiciatoria que hay que inmolar al dios, llega la noticia de que un romano ha penetrado en el claustro: es Polión, que viene a llevarse a Adalgisa. Norma va a apuñalarlo, pero se detiene, llama, invita a todos a salir con el pretexto de interrogarlo y a solas con Polión, le ofrece la vida con tal de que abandone a Adalgisa. El hombre lo rechaza (dúo: In mia man al fin... Preghi alfine? - "En mis manos, al fin,... ¿ruegas por fin?). Norma llama a los suyos; ha decidido cuál será la víctima: una sacerdotisa que ha infringido los sagrados votos y traicionado a la patria. Va a pronunciar el nombre de Adalgisa, pero se ve envuelta en un sinfín de sentimientos contradictorios, debatiéndose entre la lealtad a su pueblo, el amor al romano y sus remordimientos por haber traicionado sus votos. La culpa de Adalgisa es la suya y, en medio del asombro general, pronuncia su propio nombre, expresando su amor por Polión (dúo: Qual cor tradisti - Qué corazón traicionaste). Conmovido, Polión comprende la grandeza de Norma y decide morir con ella. En secreto, Norma confiesa a Oroveso que es madre y le suplique que cuide a los niños, a fin de que puedan salvarse, alcanzando Roma junto con Clotilde. Luego sube a la pira con su amado para morir juntos (Concertante: Deh! Non volermi vittime - No los conviertas en víctimas).
Una de las características del romanticismo es la búsqueda de ambientes lejanos. Por contraposición al clasicismo, en lugar de regresar a la antigüedad clásica o al renacimiento, se optará por una vuelta a la Edad Media o a las tradiciones de los pueblos prerromanos.
Esta circunstancia hace que durante el primer tercio del siglo XIX se pongan de moda las novelas ambientadas en la Galia o en otros pueblos prerromanos, considerados como los verdaderos orígenes distintivos del nuevo nacionalismo emergente en la sociedad de la época.
Por este motivo Alexandre Soumet, como otros escritores, se inspirará en antiguas leyendas de estos pueblos. Concretamente en la leyenda celta en la que los druidas veneraban un árbol (el Ydraggsil, el mismo al que hace referencia Richard Wagner en El anillo del nibelungo y del que Wotan corta su lanza). Bajo este árbol los celtas realizaban sus reuniones y hacían sus sacrificios rituales.
Romani se inspirará lejanamente en todos estos hechos, pero en lugar de poner en primer lugar las guerras entre druidas y romanos, colocará la apasionada relación entre los dos amantes pertenecientes a diferentes culturas antagónicas. Hecho por demás, también eminentemente romántico.
Reproducción de la escenografía
conservada en el museo Bellini
Otra de las importantes referencias con respecto a la obra de Soumet es el papel de la mujer. Mientras en la obra del novelista, su Norma termina asesinando a sus propios hijos, presa de un ataque de locura, la Norma de Bellini es un personaje con múltiples facetas (una sacerdotisa coherente con su devoción, una madre que ama a sus hijos, una mujer enamorada y pasional hacia su hombre, una rival vengativa que saca sus más bajos instintos si es necesario...), en definitiva una compleja trama de personalidades cuya solución final es la muerte, pero no como castigo o ejecución de una heroína, sino como la consecuencia lógica de un grave conflicto de intereses.
Esta complejidad interpretativa del personaje, unida a las dificultades vocales de una obra considerada prototipo del belcantismo, ha hecho que sólo las verdaderamente grandes sopranos de la historia hayan podido afrontar el papel con la suficiente dignidad, tal es el caso de María Callas, Joan Sutherland, Monserrat Caballé o Renata Scotto.

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