lunes, 21 de agosto de 2017

Biografías de cine: Abel Gance (I)

A finales del siglo XX, Abel Gance fue reconocido como un director importante e innovador del cine mudo, pero durante la mayor parte de sus 62 años de carrera ha sido visto con sospecha y su obra ha sido infravalorada. 
Abel Gance, visionario, poeta y cineasta, murió el 10 de noviembre de 1981, a la edad de 92 años. Durante medio siglo había sido incapaz de rodar una película tal como él quería; pero, antes de morir, tuvo el consuelo de saber que su obra maestra, Napoleón (1927), había sido amorosa y cuidadosamente restaurada e iba a ser exhibida a los grandes públicos de Europa y América. Cuando se hizo, los espectadores, la mayoría de los cuales no había nacido todavía cuando él rodó la película, se quedaron impresionados ante una experiencia para la que sus conocimientos cinematográficos no les habían preparado.
El autor de esa experiencia había nacido en París el 25 de octubre de 1889. Aunque atraído por el arte desde la infancia, Abel Gance quiso satisfacer los deseos de su padre, y, a los 17 años, aceptó un empleo de pasante en la oficina de un procurador. Sin embargo, al cabo de sólo un año huyó a Bruselas y se hizo actor. Para 1908 se encontraba ya de vuelta en París, interpretando pequeños papeles en el teatro y en el cine, escribiendo guiones para complementar sus ingresos y, lo que es más importante, haciendo amigos en los círculos artísticos de vanguardia de la época. En aquellos momentos esos amigos eran poco conocidos, pero entre ellos figuraban los pintores Léger y Chagall, el poeta simbolista Apollinaire, el escritor Blaise Cendrars y el actor Sëverin-Mars. Posteriormente, tanto Cendrars como Séverin-Mars desempeñaron importantes papeles en la obra de Gance. 
Fotograma de La digue
Durante algún tiempo, el cine ocupó un puesto secundario en la vida de Gance, ya que centró toda su atención en su obra teatral La victoire de Samothrace. Ese drama poético estaba pensado para el Theâtre Français, pero fue rechaado por éste. Entonces, el amigo de Gance, Edouard de Max, le envió el texto a Sarah Bernhardt, que se mostró entusiasmada con él. Pero, debido al estallido de la I Guerra Mundial, la obra no se puso en escena y, después de la guerra, Gance, que había sido considerado inútil por padecer tuberculosis, se interesó casi exclusivamente por el cine. 
La primera etapa
Durante 1911 y 1912 Gance dirigió varios cortometrajes para una pequeña productora que había fundado con un grupo de amigos:
  • La Digue (1911), un drama costumbrista.
  • La masque d'horreur (1912)
  • Le Nègre blanc (1912), en el que aborda el tema de los prejuicios raciales, desarrollando la historia de un niño negro maltratado por los blancos.
  • La pierre philosophe (1912).
  • Il y a des pieds au plafond (1912).

Pero su lanzamiento auténtico se produjo en 1914, cuando Louis Nalpas (director de Le Film d'Art, empresa  a la que Gance ofrecía continuamente guiones) le entregó 5.000 francos a cambio de que dirigiera una película para la compañía. La película en cuestión fue Une drame au château d'Acre (1915), que se completó en cinco días. A Nalpas le gustó mucho, y prometió al joven director carta blanca para su siguiente película, oportunidad que casi puso fin a la carrera de Gance. 
La folie du Docteur Tube (1915) ha sido calificada como la primera película puramente experimental. Gance y Léonce-Henry Burel, el director de fotografía que trabajó con él durante el período mudo, utilizaron espejos distorsionantes con efectos tan espectaculares que el desconcertado Nalpas, que consideraba el cine sobre todo como forma de entretenimiento, se negó a distribuirla. Desanimado, Gance volvió a rodar melodramas convencionales para recuperar la confianza de su productor. 
En 1917 se le dio la oportunidad de dirigir su primera película importante, Mater dolorosa (La tortura del silencio) (Mater Dolorosa). Superficialmente, se trata de un lacrimógeno melodrama burgués, como los que interpretaban en mucho de los teatros de bulevar de la época, pero la película consigue trascender fácilmente ese género. Hábilmente montada y bellamente fotografiada por Burel, Mater Dolorosa es la obra de un director totalmente entregado a su trabajo, que se interesa mucho por los personajes  y cree apasionadamente en su medio. Contiene dos espléndidas interpretaciones centrales de Emmy Lynn (una gran estrella del primitivo cine francés), como la madre dolorosa del título, y del actor teatral Firmin Gémier, como su marido. Los actores teatrales de la época tendían a parecer desplazados en el cine, pero, dirigido por Abel Gance, Firmin Gémier actúa con notable contención y sin incurrir e ningún histrionismo. 
Emmy Lynn en Mater Dolorosa
(cont.)

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