jueves, 9 de mayo de 2013

Biografías de cine: Gary Cooper (I)

Gary Cooper

Gary Cooper encarnó mejor que ningún otro actor las cualidades de hombre caballeroso, callado y firme del pionero americano tal como aparecía en las películas.
El héroe del Oeste de El viriginiano (The Virginian, 1929) y Solo ante
En el drama Almas en el mar (Souls at Sea, 1937),
Gary Cooper se negaba a defenderse de la
acusación de haber asesinado a tres hombres que
había estado a punto de hacer zozobrar un bote
salvavidas lleno e mujeres y niños.
el peligro
(High Noon, 1952) no era en principio muy diferente del aventurero rebelde de Tres lanceros bengalíes (The Lives of a Bengal Lancer, 1935) o del hombre sencillo y realista convertido en millonario de El secreto de vivir (Mr. Deeds Goes to Town, 1936).
Dentro de una gama determinada, que iba desde la comedia hasta el drama casi documental, era un actor impecable. Hemingway insistió en que interpretase al protagonista de Por quién doblan las campanas (For Whom the Bell Tolls, 1943), por considerarlo el héroe perfecto de sus novelas, el hombre que podía luchar por una causa justa sin perder su dignidad e integridad.
John Barrymore comentó: “Ese tipo es el mejor actor del mundo. Puede hacer sin el menor esfuerzo lo que a los demás nos lleva años aprender: ser perfectamente natural.”
Se trataba ciertamente de uno de los primeros actores que consiguió una relación inmediata y directa con la cámara. En el momento álgido de su popularidad, durante los años 30 y 40, se le solía considerar más como una “personalidad” que como un actor, y se decía que interpretaba siempre el mismo papel en ambientes distintos.
Posteriormente se hizo justicia a sus cualidades de actor. Como aparecía siempre tan «natural», el público e incluso la crítica creían que se limitaba a interpretarse a sí mismo. Pero, como han señalado numerosas estrellas, lo más difícil en cine es precisamente, interpretarse a uno mismo.
En Tres lanceros bengalíes interpreta a un aguerrido héroe
Gary Cooper nació el 7 de mayo de 1901,  y era hijo de inmigrantes ingleses. Su padre era juez y propietario de un rancho. Gary se llamaba realmente Frank James Cooper  y su nombre artístico fue idea de un agente. Su familia vivía en Helena, Montana, ciudad que Cooper todavía recordaba como centro de la minería del oro. Durante el rodaje de su penúltima película, Misterio en el barco perdido (The Wreck of the Mary Deare, 1959) de Michael Anderson, coprotagonizada con Charlton Heston, recordó sus años de infancia:
“En cierta ocasión vi un duelo a pistola; dos  hombres se habían peleado y luego, en su casa, habían reflexionado sobre lo sucedido y llegado a la conclusión de que uno de los dos sobraba en este mundo. Cuando se encontraron nuevamente en la calle, dispararon el uno contra el otro. Yo y un amigo mío lo vimos todo muy de cerca… Demasiado de cerca.”
Cooper con Helen Hayes en Adios a las armas, tras la que se
convirtió en íntimo amigo de Ernest Hemingway
Nunca le gustaron las películas del Oeste basadas en la leyenda del que era capaz de desenfundar más rápido que nadie:
“Tomemos como ejemplo a Wyatt Earp. Jamás utilizó su revólver para disparar contra los demás, sino sólo para golpearles con la culata entre los ojos. No logro entender cómo podía hacerlo sin que le pasase nada.”
Aprendió a permanecer firme en la silla de montar debido a un accidente de coche en el que resultó con la cadera dañada. El médico le dijo que la mejor terapia era montar a caballo, deporte en el que llegó a alcanzar gran habilidad.
Durante sus tiempos de estudiante, en los que llegó a convertirse en un buen dibujante, pensó en hacerse periodista. Pero en aquella época sus padres vivían en Los Angeles, y cierto día, cuando se encontraba paseando por el
Alas sirvió para que le Paramount le
ofreciese un contrato
bulevar Hollywood, se tropezó con un par de amigos que trabajaban como extras en westerns baratos por diez dólares al día. Decidió unirse a ellos.
Entre 1925 y 1927 Cooper interpretó pequeños papeles en un gran número de películas. Entonces, Clara Bow, que había mantenido un divulgado romance con él, le consiguió un papel secundario en Alas (Wings, 1927), dirigida por William Wellman: el de un despreocupado aviador de la Primera Guerra Mundial, finalmente condenado a morir. La idea de dar la vida por la patria y la filosofía de que lo que tenga que pasar, pasará, resultaban fáciles de interpretar para Cooper. Aunque apenas aparecía cinco minutos en la pantalla, logró transmitir un magnetismo que hizo que el público se fijase en él. Alas es un drama bélico que ha pasado a la historia por ser el primer film que ganó el Oscar a la mejor película, el año de la creación de los premios de la Academia americana (años 1927-1928).
Hemingway lo eligió para interpretar Por quién doblas las campanas,que le valió su cuarta nominación al Oscar por su actuación como
en el papel de voluntario de las brigadas internacionales 
La Paramount le contrató y empezó a trabajar de manera casi ininterrumpida: Como abogado íntegro en El virginiano (The Virginian, 1929) de Victor Fleming, cumplía rigurosamente el código del bien contra el mal, sin permitirse la menor desviación en su búsqueda de la justicia. En esta película pronunciaba su famosa frase, tantas veces citada erróneamente, de “cuando me llames eso, sonríe”. Cooper creía que era su mejor western, aunque: “Me gustó también mucho Buffalo Bill (The Plainsman, 1936), el que hice para Cecil B. De Mille. Por supuesto se trataba de una versión falseada y romántica. Wild Bill Hickok, el personaje que yo encarnaba, no tenía en realidad nada de agradable”.
Una de las posturas típicas de Cooper
en La jungla en armas (The Real Glory, 1939),
quizás su película más violenta
Luego trabajó junto a Marlene Dietrich en Marruecos (Morocco, 1930), pero se llevó muy mal con Josef von Sternberg, que se preocupaba únicamente de que su protegida saliese lo más bella posible.
Hollywood no sabía realmente qué hacer con el Cooper de los años 30. Increíblemente guapo, transmitía también una imagen de dureza, que se reflejaba sobre todo en sus ojos. Helen Hayes, que interpretó con él la primera versión fílmica de Adiós a las armas (A Farewell to Arms, 1932), basada en la conocida novela de Hemingway, le recuerda como “el hombre más hermoso que jamás haya visto.”
En 1936 estableció una relación profesional con Frank Capra que duró desde la idealista El secreto de vivir (Mr. Deeds Goes to Town, 1936), hasta la más dura Juan Nadie (Meet John Doe, 1941). Los personajes seguían acoplándose perfectamente a la personalidad de Cooper era siempre hombres íntegros enfrentados a las sucias maquinaciones del mundo de los negocios o de la alta política.
Por El Sargento York, se convirtió
en el ídolo de una América recién
incorporada a la II Guerra Mundial
En 1941 Cooper ganó su primer Oscar por su interpretación del objetor de conciencia que se convierte en héroe de guerra en El sargento York (Sergeant York) de Howard Hawks. Alvin C. York es un joven y trabajador campesino que vive en una de las numerosas granjas de los montes de Cumberland, en el estado de Tennessee. Sólo tiene un defecto: la bebida. Alvin está enamorado de una muchacha, cuya familia de clase alta impide el matrimonio. Basada en hechos reales; y en Bola de fuego (Ball of Fire, también de 1941) de Howard Hawks dejó a un lado su aire de tímido para interpretar una de sus mejores comedias como el apacible profesor consagrado a la investigación del argot, que conoce a la amiguita de un gángster y se ve envuelto en problemas.
El manantial (The Fountainhead, 1949) de King Vidor, basada en la famosa novela de Ayn Rand sobre un arquitecto idealista y su lucha contra el mundo de los grandes negocios, representó un momento decisivo en su vida privada. Casado desde 1933 con Verónica Balfe, una dama de la alta sociedad de Nueva York, durante el rodaje de la película se enamoró de su partenaire, Patricia Neal, pero su mujer era católica y se negó a concederle el divorcio. Para 1951 su romance, que había llevado con gran discreción, había llegado ya a su fin. Mientras tanto, la Warner hizo interpretar a Cooper películas de acción, tales como Puente de mando (Task Force, 1949) de Delmer Daves, un mediocre drama naval, porque todoel mundo creía que el público no aceptaría a Cooper en su habitual papel de héroe intachable mientras no hubiese cesado la publicidad adversa provocada por su aventura amorosa con la Neal.
Dos fotogramas de Solo ante el peligro,
donde retrata al sheriff solo y acorralado
Tras un período de abatimiento, obtuvo su segundo Oscar por su interpretación en Solo ante el peligro (High Noon, 1952) de Fred Zinnemann, título que revitalizó su carrera cinematográfica. No logró entender muy bien por qué: ·Se trataba simplemente de una buena historia sobre un sheriff que tenía que cumplir una misión, y sobre sus conciudadanos, que le dejaban que lo hiciera solo. Pero el guión era excelente y el director Fred Zinnemann, uno de los mejores, A pesar de lo que decía la crítica nunca consideré a Solo ante el peligro como un western psicológico.”
Antes de su fallecimiento, acaecido en el 1961, Cooper recibió un Oscar honorífico por los servicios prestados a la industria cinematográfica. Como actor de cine, tenía la misma idea fundamental que todas las demás grandes estrellas.
“Hay que pasar primero por toda clase pruebas. No es bueno convertirse en estrella de la noche a la mañana. Un actor tiene que haber vivido un poquito.”
Cooper vivió mucho, pero murió demasiado pronto, 13 de mayo de 1961 en Los Ángeles.
Misterio ene el barco perdido (1959),
coprotagonizada por Charlton Hheston

No hay comentarios:

Publicar un comentario