martes, 10 de agosto de 2021

Jean-François Stévenin, muerte de un francotirador del cine francés (II)

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Su primer papel destacado será en La piel dura (L'argent de poche, 1976), de François Truffaut (1976), en el que su interpretación de un maestro tan humano toca el corazón. Poco después se embarcó en la aventura de su primer largometraje como director. Le passe-montagne (1978), cuando el coche de Georges, arquitecto parisino, se avería en la autopista recibe la ayuda de Serge, mecánico y propietario de un garaje, que vive en una remota aldea del Jura. Los dos hombres, aunque parezca que no tienen nada en común, entablan una inesperada amistad y viven unos días felices juntos, hasta que George reanuda su vida normal. 
Tras este asombroso country western tan concreto como poético seguirá Double Messieurs (1986), una nueva historia de ausentes, dos amigos de la niñez, Leo y François (el propio Stévenin e Yves Afonso) , se encuentran por casualidad, y deciden volver a verse. Cuando lo hacen, al principio todo parece ir bien, pero al cabo de unos minutos algo empieza a cambiar.
Luego, tras dieciséis años de espera, Mischka (2002), una road-movie picaresca que coquetea con la fantasía social, donde un abuelo abandonado en una zona de descanso de la autopista es atendido por una atareada enfermera, una adolescente y un rockero gitano. Esta película, tan libre como las dos primeras, la rodó como el jefe del clan, con su esposa Claire y sus hijos Salomé y Robinson frente a la cámara, y su equipo técnico (editores, ingenieros de sonido) invitados a pasar seis meses en su casa de Meudon (Hauts-de-Seine) transformada para la ocasión en un “campamento gitano”.
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