lunes, 2 de abril de 2018

Seijun Suzuki, el cineasta loco

Seijun Suzuki, el cineasta loco que inspiró Reservoir Dogs  y Ghost Dog, el camino del samurai.

No sólo ha influenciado a Tarantino y Jarmusch, el rebelde del cine japonés fue también un cineasta genial. La prueba sus seis películas de culto. ¡Durante doce años perteneciendo a los estudios Nikkatsu, a los que accedió en 1956, realizó casi cuarenta largometrajes! Se mejor período, el comprendido entre los años 1963 y 1967, puede parecer breve, pero de una intensidad creadora increíble, en la que confluían el cine comercial y el de vanguardia, como acreditan las seis películas que vamos a comentar.
En sintonía con los vientos de rebelión que soplaban en Japón durante la década de 1960, Suzuki deforma los temas que se le encargan, dinamita los códigos, no hace caso de los guiones que se le encomiendan, hasta el punto de hacer sus películas incomprensibles, los vuelve del revés, en resumen, desafía todo y a todos.  

Un universo irracional 

En Detective Bureau 2-3: Go to Hell Bastards (Tantei jimusho 23: Kutabare akuto-domo, 1963), basada en una novela de Haruhiko Oyabu, juega con las historias de detectives del cine japonés de la época, que él llena de símbolos. La parodia no está lejos, sobre todo con la presencia de Joe Shishido,también conocido como Joe the Ace, actor fetiche de Suzuki, alias "el hamster humano": por haberse sometido a una cirugía de aumento de mejillas en 1957, aumentando el tamaño de sus pómulos e hinchado su papada. 
 Detective Bureau 2-3: Go to Hell Bastards (1963)
La juventud de la bestia (Yaju no seishun), también de 1963, fue otra película de yakuzas, protagonizada por Shishido, que toma prestado tanto de las películas de serie B estadounidense como de las crónicas sociales contestarias de la nueva ola nipona (películas de Oshima a la cabeza), pero con un tratamiento del color y de la composición de planos deliberadamente pop. 
La juventud de la bestia (Yaju no seishun, 1963)
Al año siguiente, Suzuki recurre en otro exceso fértil (¡qué violencia en la iluminación!) a las prostitutas en La puerta de la carne (Nikutai no mon, 1964), aclamado y tórrido drama de alto contenido erótico en un frenesí político. Prestigiado por la crítica por ser Suzuki uno de los directores japoneses que rompió los modelos clásicos al tiempo que varios realizadores hacían lo mismo en Europa, el film, no exento de un notable sadomasoquismo y mucha naturalidad en la filmación del arte del amor, narra la historia, en el Tokyo de la II Guerra Mundial, de una prostitutas japonesas que cobijan a un criminal, por el cual acabarán todas suspirando.
La puerta de la carne (Nikutai no mon, 1964)
Su empleo hiper-expresivo de los colores vuelve a maravillar en El vagabundo de Tokyo (Tôkyô nagaremono, 1966), con investigaciones pictóricas cada vez más avanzadas, ¡un hallazgo por plan, al menos!  Con un estilo muy teatral, pasaremos por distintas etapas de color, desde el amarillo, morado, verde, azul, blanco o negro, tanto en los personajes como en los decorados. Película compleja pero realmente disfrutable, cuya calidad técnica y experimentación narrativa la posiciona como una verdadera joya del cine de yakuzas.
El vagabundo de Tokyo (Tôkyô nagaremono, 1966)
Llegó 1967 y su Marcado para matar (Koroshi no rakuin), en la que el estilo Suzuki alcanza su cima, esta vez en blanco y negro. La historia de un sicario (Shishido siempre), que es contratado para llevar a cabo una misión. Es conocido como el Número 3, y pronto se verá en vuelto en una especie de conspiración en la que están metidos una extraña y fascinante mujer, y más asesinos. La caza comienza, y enseguida sabremos quién es el Número 1 de la Organización, todo un ejemplo a seguir, y sobre el que algunos incluso aseguran que no existe, que es un invento para meter miedo. El tono sarcástico del cineasta se convierte en nihilismo y el cine negro se explota como un rompecabezas. Sin Marcado para matar, no hubiesen existido Reservoir Dogs (ver los mafiosos vestidos de negro por Tarantino), ni Ghost Dog (la película de Jarmusch es una cuasi-remake).
Marcado para matar (Koroshi no rakuin, 1967)
La obra maestra de Seijun Suzuki será también y desgraciadamente en su canto de cisne. Despedido de la Nikkatsu en la primavera 1968, será expulsado de la industria cinematográfica durante casi diez años. Sin embargo, conservamos un recuerdo emocionante de Princess Raccoon (Operetta tanuki goten, 2005), su ultima realización estrenada en Cannes en 2005. Después de haber dinamitado el género de los yakuza, el cine negro o el bélico con Historia de una prostituta (Shunpu den, 1965), Seijun Suzuki se lanzó, pasados los 80 años... a la comedia musical con este cuento de hadas kitsch y delirante donde los gentiles perros mapaches (japoneses) se transforman en seres humanos. 

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