martes, 6 de abril de 2021

¿Filmar "Rain Man" hoy? Sia lo ha hecho con “Music”, pero...

Cuando se estrenó en 1988, la película de Barry Levinson fue un gran éxito. Treinta años después, Music (2021), de Sia, con su torpe interpretación del autismo, ha provocado controversia.
Maddie Ziegler y Kate Hudson en Music, de Sia
Oportunidades del calendario: dentro de unos días, la repetición televisiva del famoso Rain Man (1988), de Barry Levinson, coincide con el lanzamiento en VOD de Music, el nuevo (y primer) largometraje de la estrella del pop australiano Sia. ¿Qué conexión, se podría decir, entre un clásico del cine de 1980, con varios Oscar en su haber, aclamado por sucesivas generaciones de espectadores, y una obra muy reciente, repleta de vistosos videos musicales, que nos llega desde Estados Unidos ya machacada por la crítica y desgastada? ¿Fuera por controversias? La trama, extrañamente similar. El guión de Music es una especie de versión femenina de Rain Man. Donde una hermana mayor "indigna" en medio de una crisis existencial (Kate Hudson) encuentra una forma de redención y apaciguamiento cuidando a su hermana menor autista (Maddie Ziegler). En Rain Man, es el hermano pequeño (Tom Cruise), quien (re)descubre a su mayor (Dustin Hoffman), residente de una institución especializada. En el juego de las comparaciones, los prestigiosos hermanos de ayer deberían triunfar indiscutiblemente, ante todos los pifias, todas las fallas de la película de Sia. Y sin embargo... Al codearse con esta mala película de hoy, la gran película de ayer sufre un efecto secundario divertido: el contagio de la duda. ¿Qué pasaría si, en general, Rain Man no fuera esa obra maestra desgarradora sobre el autismo, llevada por el talento transformador de un Dustin Hoffman en plena gloria? ¿Y si los errores demasiado obvios de una mala película nos permitieran ver (finalmente?) los de una obra más hábil? 
Entre ellos, el más problemático es sin duda este efecto de “pretexto” en la representación de la diferencia. En Música, Maggie Ziegler exageró la conmovedora extrañeza, como si fuera solo una mascota adorable y lunar, una especie de abanderado de una poesía ficticia (ver los clips desconcertantes que se supone que ilustran su vida interior), que parece tener poco (o nada) en común con la realidad del autismo. ¿Pero es Rain Man de Dustin Hoffman tan diferente? Más brillante, más impresionante, sí. Más "justo" en sus gestos y expresiones, sin duda. Pero ocupa el mismo lugar en una narrativa donde sigue siendo una herramienta narrativa, un factor evolutivo para Tom Cruise, un molesto perro rabioso, que poco a poco se está liberando de su egoísmo y de sus heridas pasadas. 
Tom Cruise y Dustin Hoffman en Rain Man, de Barry Levinson
Una cuestión de época
En cualquier caso, ¿qué aprendemos de la heroína o del héroe con autismo? No gran cosa. Ambos siguen siendo los espejos fantasiosos de sus intérpretes y directores. Si uno (Hoffman) fue llevado triunfante, recogiendo un Oscar en el proceso, y el otro (Ziegler), descendió a los infiernos en los albores de su joven carrera (solo tiene 19 años), quizás sea una pregunta inteligente, pero es ante todo una cuestión de tiempo. Cuando salió Rain Man, a nadie se le habría ocurrido desafiar la legitimidad de un actor compositor. No tienes que ser autista, gay o trans para poder interpretar a un personaje de una de estas minorías. Hoy, sin embargo, este debate sobre la representación continúa, y la principal crítica (violenta) dirigida a Sia es por no elegir a un verdadero autista para el papel. Independientemente de lo que se piense de esta polémica tan contemporánea, parece pasar por alto el problema real que plantean estas dos películas, más allá de sus buenas intenciones o de sus cualidades formales: una evocación trampantojo de la diferencia, al servicio exclusivo del espectáculo.

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