sábado, 2 de diciembre de 2017

El cine soviético en la era silente (IX)

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Otros artistas fueron todavía más lejos en su búsqueda de formas apropiadas para el cine revolucionario soviético, denunciando totalmente el cine de ficción. "El drama cinematográfico es el opio del pueblo...¡Viva la vida tal como es!", escribió Dziga Vertov (seudónimo de Denís Abrámovich Káufman, 1896-1954). Fue el mayor defensor de la superioridad del documental y el noticiario sobre el cine de ficción, el fundador y miembro mas destacado del grupo Kinoki (Cine -Ojo). 
Dziga Vertov
Interesado por el futurismo, adoptó el seudónimo de Dziga Vértov, que significa algo así como "gira, peonza" en ucraniano. En 1918, tras la revolución, el Comité del Cine de Moscú lo contrató para trabajar en Kino-Nedelia (Cine-Semana, semanario cinematográfico de noticias de actualidad soviético), en Moscú. Trabajó montando noticiarios cinematográficos durante tres años. 
Su primera película como director fue El aniversario de la Revolución (1919), seguida de La batalla de Tsaritsyn (1920), El tren Lenin (1921) e Historia de la guerra civil (1922). En estas películas, Vértov exploró las posibilidades del montaje, ensamblando fragmentos de película sin tener en cuenta su continuidad formal, temporal ni lógica, buscando sobre todo un efecto poético que pudiera impactar a los espectadores.
Kino-pravda núm. 1 (1922)
Como hemos dicho, había comenzado trabajando en el cine en uno de los trenes de agitación durante la guerra civil y, mientras montaba los noticiarios citados, realizó tres documentales con los materiales que había recopilado. Luego pasó a producir la serie Kino-Pravda (Cine-Verdad), una serie de noticiarios que duró desde 1922 hasta 1925, y el más famoso de los cuales fue Léninskaya Kino-Pravda (1925), que mostraba la reacción a la muerte de Lenin en 1924, e insinuaba temas que serían posteriormente desarrollados en sus películas sonoras Tres cantos sobre Lenin (Tri presmi o Leni, 1934) y Canción de cuna (Koly belnaia, 1937). 
Léninskaya Kino-Pravda (1925)
Pero los más importantes de los documentales mudos de Vertov fueron ¡Adelante Soviet! (Shagai, Soviet!, 1926), La sexta parte del mundo (Shestaya Chast Mira, 19269, El undécimo año (Odinadtsatyi, 19289 y, sobre todo, El hombre de la cámara (Chelovek s kino-apparatom AKA Kinoapparatom de Chelovek, 1929), todas las cuales retrataban distintos aspectos de la vida soviética con creciente virtuosismo. En sus manifiestos, Vertov afirmó que esos noticiarios representaban: "el arte de organizar los movimientos necesarios de los objetos en el espacio y en el tiempo para lograr con ellos un todo artístico rítmico, según las características de ese todo y el ritmo interno de cada objeto".
¡Adelante, Soviet! (1926)
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