viernes, 16 de enero de 2015

Centenario del Technicolor (II)

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Ya desde 1924, Technicolor tenía en mente un proceso a todo color, y para 1929 la compañía estaba trabajando activamente en desarrollar ese proceso. Hollywood había hecho tanto uso de Technicolor entre 1929 y 1930 que muchos pensaban que la industria del cine pronto pasaría a producir exclusivamente en color. Para 1931, la Gran Depresión afectó a la industria del cine, que comenzó a hacer ajustes económicos. La producción en color se había reducido drásticamente para 1932, cuando Burton Wescott y Joseph A. Ball completaron el trabajo de desarrollar una nueva cámara en tres colores. Technicolor ahora podía prometer a los estudios un rango completo de colores, a diferencia del espectro limitado al rojo y al verde de las películas anteriores. La nueva cámara exponía simultáneamente tres tiras de película en blanco y negro. La luz que pasaba a través de la lente se dividía a través de un prisma en dos rayos de luz. Uno pasaba a través de un filtro verde, que bloqueaba la luz roja y azul y formaba una imagen en una tira de película pancromática (es decir, sensible a todo el espectro luminoso). El otro pasaba a través de un filtro magenta que bloqueaba la luz verde y se imprimían en un bipack de dos películas con sus lados emulsionados presionados juntos. La película frontal era sensible sólo a la luz azul y sólo filmaba el lazo azul del espectro. Su emulsión tenía una capa superficial de tinta naranja rojizo que evitaba que la luz azul llegar a la película pancromática justo debajo, que así sólo registraba el lado rojo de la luz. Los tres negativos resultantes se usaban para producir tres matrices de impresión, que a su vez se usaban para imprimir imágenes de tinta superpuestas en cyan, magenta y amarillo en una sola tira de película, creando una copia de proyección a todo color.
Kalmus convenció a Walt Disney de que filmara una de sus Sinfonías tontas (Silly Symphonies), Árboles y flores (Flowers and trees,1932) en el proceso, el nombre que se le dio al nuevo proceso de "tres tiras". Viendo el potencial del Technicolor a todo color, Walt Disney negoció un contrato para el uso en exclusiva del proceso que duraría hasta septiembre de 1935 (cuando otros estudios podrían producir películas en el nuevo sistema, pero no podrían estrenarlas hasta 1936). Competidores como los Fleischer Studios y el estudio de Ub Iwerks se quedaron atrás, teniendo que usar sistemas de Technicolor en dos colores o procesos de la competencia como Cinecolor.
Árboles y flores fue un éxito tanto de crítica como de público, y ganó el primer premio Óscar al mejor cortometraje de animación. Todas las siguientes Sinfonías tontas de 1933 en adelante se rodaron en tres colores. Una de ellas, Los tres cerditos (1933), consiguió una respuesta tan positiva de la audiencia que eclipsó a las películas con las que se proyectaba. Hollywood volvió a inclinarse hacia el cine en color. Según la revista Fortune, "Merian C. Cooper, productor de RKO Radio Pictures y director de King Kong (1933), vio una de las Sinfonías tontas y dijo que nunca más querría hacer una película en blanco y negro".
Aunque los primeros 60 y tantos cortometrajes de animación de Disney en Technicolor usaron la cámara de tres tiras, se creó un proceso de "exposición sucesiva" alrededor de 1937 pensado para el trabajo de animación: La cámara tendría una tira de negativo en blanco y negro, y cada celda de animación se fotografiaría tres veces, en tres fotogramas consecutivos, tras filtros alternativos rojo, verde y azul (la llamada "Rueda de color Technicolor"). Así se creaban tres matrices de transferencia de tinta a partir de las filmaciones en rojo y azul, en sus respectivos colores complementarios, cyan, magenta y amarillo.
Las ventajas del proceso de Technicolor sobre los primeros procesos de color casi natural eran que se trataba de un método de síntesis sustractiva, en lugar de aditiva: a diferencia de los procesos aditivos Kinemacolor y Chronochrome, las copias en Technicolor no necesitaban un equipamiento de proyección especial. A diferencia del proceso aditivo Dufaycolor, la imagen proyectada no debía pasar por una capa de filtro de color basada en un mosaico obstructivo. Lo más importante, comparado con otros sistemas sustractivos, Technicolor ofrecía el mejor balance entre alta calidad de imagen y velocidad de impresion.
La cámara del proceso 4 de Technicolor contenía filtros, un separador de luz consistente en una superficie parcialmente reflectante dentro de un prisma separador en forma de cubo, y tres rollos separados de película en blanco y negro (de ahí el nombre de "tres tiras"). El separador de luz permitía que un tercio de la luz que pasaba a través de la lente cruzara por el reflector y un filtro verde, para formar la imagen de una de las tres tiras, que grababa sólo el componente verde del espectro luminoso. Los otros dos tercios se reflejaban por el espejo hacia abajo y pasaban por un filtro magenta, que absorbía la luz verde y permitía sólo el paso de la zona roja y azul del espectro. Tras este filtro estaban las otras dos tiras de película, con sus respectivas emulsiones presionadas en contacto. La película frontal era de tipo ortocromático ciega al rojo que registraba sólo la luz azul. En la superficie de su emulsión había una covertura roja anaranjada que evitaba que la luz azul llegara a la emulsión pancromática de la película detrás de ella, registrando así sólo la parte roja del espectro.
Cámara Technicolor de tres tiras de los años treinta
Cada uno de los tres negativos resultados se imprimía en una película matriz especial. Tras el procesamiento, cada matriz era una representación casi invisible de los fotogramas de película en forma de relieves de gelatina, más gruesos (y por tanto más absorbentes) donde cada imagen era más oscura, y más delgado donde era más luminosa. Cada matriz se sumergía en una tinta del color complementario al registrado en el negativo correspondiente: cyan para el rojo, magenta para el verde y amarillo para el azul.
Una sola tira de película en blanco y negro con la banda sonora y las líneas separadoras de fotogramas que se había impreso en anticipación con una solución mordiente, y después se ponía en contacto con cada una de las matrices de tinta, construyendo así la imagen en color. La gelatina de la cobertura de gelatina era absorida o embebida por la película receptora, en lugar de ser depositada en su superficie, de ahí el término de "embebido de tinta". Hablando con propiedad, esto es un proceso de impresión mecánica, ligeramente similar a la impresión offset o a la litografía, y no un proceso fotográfico, ya que la impresión real no incluye un cambio químico provocado por la exposición a la luz.
En los primeros tiempos del proceso, la película receptora se imprimía en un 50% con una imagen en blanco y negro derivada de la película verde, llamada filmación clave o K (de Key). Este proceso se usaba principalmente para cubrir los bordes finos de la imagen donde los colores se mezclaban de forma poco realista, formando una especie de franjas de color. Este negro adicional aumentaba el contraste de la imagen final y ocultaba cualquier franja. Sin embargo, el colorido global se veía perjudicado como resultado. En 1944, Technicolor había mejorado el proceso para resolver esas dificultades, y la filmación J se eliminó.
os estudios estaban dispuestos a adoptar el Technicolor de tres colores para producción de imagen real, si se probaba su viabilidad. Filmar en Technicolor de tres colores requería una iluminación muy brillante, ya que la película era de una extremada lentitud de ASA 5. Eso, y el tamaño de las cámaras y falta de experiencia con la cinematografía en tres colores provocó escepticismo en los comités de los estudios.
Un artículo de la revista Fortune en octubre de 1934 dijo que Technicolor, como corporación, destacaba en el hecho de que mantuvo a sus inversores bastante contentos a pesar del hecho de que sólo habían sido rentables dos veces en toda su existencia, durante el primer boom en el cambio de década. Siendo una compañía bien administrada, la mitad de cuyo stock estaba en control de leales a Kalmus, Technicolor nunca tuvo que ceder ningún control a sus banqueros o a inversores hostiles. A mediados de los años treinta, todos los estudios mayoritarios salvo MGM estaban en problemas económicos, y un proceso en color que reprodujera de verdad todo el espectro visual apareció como un posible pistoletazo para la industria enfermiza.
En noviembre de 1933, Herbert Kalmus de Technicolor y RKO anunciaron planes de producir películas en Technicolor de tres tiras en 1934, comenzando con Ann Harding de protagonista en una película titulada The World Outside.
El uso del Technicolor en acción real se vio por primera vez en un número musical de la película de la MGM El gato y el violín (The Cat and the Fiddle), estrenada el 16 de febrero de 1934. El 1 de julio de ese mismo año, MGM estrenó Una fiesta en Hollywood (Hollywood Party), con una secuencia de animación en Technicolor producida por Walt Disney. El 28 de julio del mismo año, Warner Brothers estrena Service With a Smile, seguido por Good Morning, Eve! el 5 de agosto, dos cortometrajes cómicos protagonizados por Leon Errol y rodados en Technicolor de tres tiras. Pioneer Pictures, una compañía de cine formada por inversores de Technicolor, produjo la película que suele ser acreditada como el primer cortometraje de acción real en tres colores, La cucaracha, ganador de un Oscar, estrenado el 31 de agosto de 1934. La cucaracha es un cortometraje de dos bobinas de extensión de comedia musical que costó 65.000 dólares, aproximadamente cuatro veces más que una película de duración similar en blanco y negro hubiera costado. Publicada por RKO, el mediometraje fue un éxito en introducir el nuevo Technicolor como un medio viable para películas de acción real. El proceso de tres tiras también se usó para varias secuencias cortas de películas rodadas durante 1934, incluyendo las secuencias finales de La casa de los Rothschild (The House of Rothschild, 1934), de 20th Century Pictures y United Artists con George Arliss, y El chico millonario (Kid Millions, 1934), de Samuel Goldwyn Studios) con Eddie Cantor.
Fotograma de El gato y el violín (1934)
La película La feria de la vanidad (Becky Sharp, 1935) se convirtió en el primer largometraje rodado íntegramente en Technicolor de tres tiras. Inicialmente el sistema en Technicolor sólo se podía usar en interiores. En 1936, El camino del pino solitario se convirtió en la primera producción con secuencias en exteriores, con resultados impresionantes. El espectacular éxito de Blancanieves y los siete enanitos (1937), estrenada en diciembre de 1937 y que fue la película de mayor recaudación de 1938, atrajo la atención de los estudios.
La feria de la vanidad (Becky Sharp, 1935) 
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