sábado, 10 de agosto de 2013

Biografías de cine: Robert Mitchum (II)

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En 1951 interpreta junto a Lizabeth Scott y Robert Ryan, El soborno AKA La trampa (The Racket). En 1928 Howard Hughes produjo “La Horda” (The Racket, 1928, Lewis Milestone), hablaba sobre la corrupción administrativa en distintos ámbitos de las grandes ciudades. Es considerada por muchos autores como una de las películas germinales del “Film noir”, basada en una obra teatral de Broadway. Hugues encontró en esa historia de corrupción y gánsteres, unos periodistas y policías honestos que luchan contra el crimen contra viento y marea, tal era su interés que no dudó en volver a llevarla al cine. En 1950 Hugues encarga la obra a John Cromwell para que dirija el remake, El soborno, 1951, Hugues busca actualizar la historia trasladándola a la sociedad americana de la posguerra justo en el momento en el que Estes Kefauver (Senador por Tennessee), había comenzado su ardua lucha contra el crimen organizado. No es casual que la secuencia de apertura de la película, precisamente, sea una reunión entre fiscales y el gobernador para informar a este, y de paso a los espectadores, de cómo en la ciudad se ha extendido el control criminal de la misma hasta llegar a las altas esferas judiciales y políticas.
Mitchum volvió a tener a Jane Russell como partenaire en Una aventura en Macao (Macao, 1952), de Josef von Sternberg, donde hacía frente a la incontenible pasión de la protagonista con su habitual mirada somnolienta y una inescrutabilidad acrecentada por el ambiente oriental de la historia. A comienzos de los 50, el rostro de Mitchum parecía ya una máscara marcada por la vida y sus experiencias. En la exótica y bulliciosa Macao, un tal Halloran, en connivencia con el teniente Sebastian, un policía local, controla el juego, el tráfico de joyas y cualquier operación delictiva. Además, existe una ley que impide a las autoridades internacionales intervenir en los asuntos de Macao, de modo que Halloran se mueve allí como pez en el agua. Después del asesinato del último agente norteamericano que intentó atraparlo, la policía de Nueva York envía un sustituto. En el mismo barco que él viajan Julie Benton, una bella y seductora cantante, Nick Cochran, un aventurero que tiene problemas con la ley, y Lawrence Trumble, un hombre de negocios. Halloran y Sebastian creen que Nick es un policía y pronto empiezan a acosarlo. A Julie la contrata Halloran para cantar en su casino, pero entre ella y Nick surge el flechazo.
Fue precisamente esa cualidad, unida a su imagen de hombre de acción agotado por la dureza de la vida, lo que Nicholas Ray supo explotar a la perfección en Hombres errantes (The Lusty M, 1952), de la que aparece un breve fragmento en la película rodada por Wim Wenders las últimas semanas de vida de Ray, Relámpago sobre el agua (1980). La escena en cuestión (proyectada por el propio Ray durante sus conferencias) muestra a Mitchum como Jeff McCloud, una antigua estrella del rodeo, volviendo a la derruida hacienda de su infancia, deteniéndose un momento mientras sube la escalinata y avanzando a paso lento hacia la casa. Pero, en lugar de entrar, mete la mano debajo de los maderos del suelo del porche y saca un polvoriento revólver y un amarillento programa de rodeo. Mientras contempla este trozo de película, Wenders le comenta a Ray que dice más sobre la vuelta a casa que cualquiera otra escena que él haya visto. Pero parte del mérito debe atribuirse a Mitchum, cuya forma lenta e intensamente conmovedora interpretar la secuencia es verdaderamente insuperable.
Ese mismo año encarnó a Frank Jessup (Mitchum), auxiliar de clínica y chófer de ambulancia, es contratado por Charles Tremayne (Herbert Marshall) como chófer doméstico. Seducido por la dulzura y la apariencia angelical de su hija Diana (Jean Simmons), Frank queda atrapado en sus redes maléficas. Él es un hombre corriente, bonachón, con novia formal y aspiraciones modestas (montar un taller mecánico de coches). Ella, de 20 años, es caprichosa, solitaria, no tiene amigos, está enamorada de su padre, siente celos obsesivos de su madrastra y bajo una mirada celestial oculta una personalidad manipuladora, fría, malévola y psicótica, en Cara de ángel (Angel Face, 1952), último gran film policíaco realizado por Otto Preminger
En 1953 protagonizó dos películas:

  • Una de aventuras, La hechicera blanca (White Witch Doctor) de Henry Hathaway, con Susan Hayward, en la que da vida a  Lonni, un cazador profesional de turbio pasado, es contratado por una enfermera para que la acompañe a la selva del Congo belga con objeto de encontrar a un hombre desaparecido. Una vez llegados a los dominios de la tribu de los Bakuba, ella les ofrece medicinas y se ocupa de curar a sus enfermos, ganándose así el respeto y la simpatía de los indígenas. Mientras tanto, un explorador que también forma parte de expedición dedica todas sus energías a encontrar un tesoro de la tribu.

  • Un nuevo ejemplo de cine negro, Perseguida (Second Chance).  Uno de los títulos menores de ese fotógrafo metido a director llamado Rudolph Maté. Russ Lambert, un boxeador norteamericano que accidentalmente mató a un contrincante en el ring, vive en Sudamérica y participa en combates de segunda categoría. Allí conoce a Clare Shepperd, la antigua novia de un gángster, a quien el sicario Cappy Gordon persigue con intención de matarla. Russ y Clare se enamoran y hacen un romántico viaje a la Montaña del Bienestar, a la que sólo se accede por funicular. A ese plácido rincón llega también Cappy. Tras una noche de fiesta en el hotel de montaña, Russ, Clare y Cappy coinciden en el funicular de descenso.


Mitchum encarnó también al desconfiado trampero que acompañaba a la chica de saloon interpretada por Marilyn Monroe en su Río sin retorno (River of no Return, 1954), único western del realizador Otto PremingerIntenso melodrama de aventuras. La acción se desarrolla en tiempos de la fiebre del oro. Tras varios años de presidio por matar por la espalda a un pistolero que iba a dar muerte a un amigo, Matt Calder (Mitchum) acude a un campamento de buscadores de oro para hacerse cargo de su hijo Mark, que quedó solo al morir su madre poco tiempo antes. Se establecen en una zona deshabitada, en territorio indio, agrícolamente rica, próxima al cauce del río. Ambos salvan a Kay (Marilyn Monroe) y Harry Weston (Rory Calhoum), pareja de novios, cuando habían perdido el control de la balsa con la que viajaban río abajo. Kay es cantante y bailarina de saloon, es tierna, maternal, sincera, peleona, vitalista e independiente y tiene un corazón de oro. Matt es sencillo, natural, poco hablador, oculta en su interior heridas de un pasado oscuro y triste y siente una gran ilusión por enseñar a su hijo Mark a luchar para salir adelante en la vida. Mark, de 9 años, es espabilado y muestra gran interés en aprender. Harry, tahúr irredento, es codicioso, egoísta, desconsiderado y oportunista.
A lo largo de la década de 1950 interpretaría diversos papeles en películas también de época. Entre ellas cabe destacar:

  • Guapa pero peligrosa (She Couldn't Say No, 1954), una comedia romántica dirigida por Lloyd Bacon, con Jean Simmons. En Progress, un pequeño pueblo de Arkansas, Corby Lane (Jean Simmons), la joven y bella heredera de una familia que se ha hecho rica con el petróleo, vuelve al pueblo que visitó de pequeña con su padre para recompensar a las gentes que le salvaron la vida. Mientras Corby ejerce como Mamá Noel, "Doc" Sellers (Robert Mitchum), el médico del pueblo, sólo se preocupa de pescar y de que nada altere su tranquila y relajada forma de vida. Sin embargo, es obvio que, pese a todos los obstáculos, la pareja está condenada a entenderse.

  • El rastro de la pantera (Track of the Cat, 1954), basada en la novela de Walter Van Tilburg Clark. William A. Wellman, uno de los grandes directores de siempre, lleva maravillosamente las riendas de este extraño film que está a mitad camino del western dramático-psicológico y de las películas de terror. Una familia que se ha quedado aislada en su rancho de las montañas se ve amenazada por problemas internos y por un peligroso y astuto depredador: una pantera. Curt Bridges (Robert Mitchum) es uno de los tres hijos de la severa matriarca Ma Bridges y de su débil y alcoholizado marido. Cuando su ganado comienza a ser presa del peligroso felino, Curt y sus dos hermanos, Arthur y Harold, se ven obligados a enfrentarse a la bestia para salvar al rebaño.

  • No será un extraño (Not As A Stranger, 1955) de Stanley Kramer, basada en la novela de Morton Thompson, con un excelente reparto:  Olivia de Havilland, Gloria Grahame, Frank Sinatra, Charles Bickford, Lee Marvin, Broderick Crawford, Lon Chaney Jr., Harry Morgan, Virginia Christine. Lucas Marsh (Robert Mitchum), un estudiante de medicina ambicioso y sin recursos, se casa con Kristina Hedvigson para poder costearse los estudios. Ella lo ama, pero él sólo ama su trabajo. Emocionalmente es una persona cerrada, incapaz de abrirse a los demás, ni siquiera a su mejor amigo (Frank Sinatra) o a su alcohólico padre (Lon Chaney Jr.). Terminada la carrera empieza a trabajar para el doctor Dave Runkleman, un médico de maneras rudas pero muy sensible y humano.

  • La noche del cazador (Night of the Hunter, 1955) de Charles Laughton, en la que encarnaba a un predicador psicópata que perseguía a niños inocentes por sus almas. Tras cometer un atraco, un padre confía el botín a sus dos hijos pequeños, antes de ser detenido. Esperando su ejecución, comparte celda con un siniestro predicador -sobrecogedor Mitchum-, que oye en sueños la historia del dinero... Comienza así una persecución tan fascinante como terrorífica, que cautiva sin descanso por la fuerza de sus imágenes y la potencia del relato. Un maravilloso cuento cinematográfico de una capacidad hipnótica visual nunca superada. Considerada en la actualidad como una obra maestra indiscutible, tuvo muy poco éxito en su estreno, motivo por el que Laughton no volvió a dirigir nunca más. En la actualidad esta considerad una de las mejores películas de la historia del cine.

  • Con sus mismas armas (Man with the Gun, 1955), un western de Richard Wilson. Años después de ser abandonado por su esposa, un hombre llega a una ciudad extranjera con la intención de localizarla. Su sorpresa será enorme cuando descubra que ella trabaja en un local de mala reputación.

  • Intriga extranjera (Foreign Intrigue, 1956) de Sheldon Reynolds. Un periodista norteamericano se encuentra en la Riviera francesa investigando la misteriosa muerte de un multimillonario para el que trabajaba. Sus pesquisas lo llevan a diversas ciudades europeas, en las que obtiene la información necesaria para ir atando cabos y llegar, finalmente, a la conclusión de que el magnate había mantenido relaciones con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

  • Bandido (1956) le dio nuevamente oportunidad de trabajar en un semi-western, una película ambientada en la revolución mexicana de 1916.. En plena guerra civil mexicana, un soldado de fortuna norteamericano (Robert Mitchum), que en un principio no toma partido por ningún bando, acaba alistándose con los insurrectos dirigidos por el coronel Escobar (Gilbert Roland). Su misión: hacerse con un cargamento de armas que viene de camino bajo el mando de otro mercenario, Kennedy (Zachary Scott), un americano casado con una bella mujer...



  • La actuación de Mitchum junto a Deborah Kerr en Sólo Dios lo sabe (Heaven Knows, 1957), de John Huston, le proporcionó renovado prestigio, pero los críticos no le prestaban demasiada atención cuando interviene en películas que consideraban “indignas” de él.

  • Fuego escondido (Fire Down Below, 1957) de Robert Parrish, con Rita Haywortth y Jack Lemmon. Tony y Félix son los propietarios de un pequeño barco con el que navegan por el Caribe, haciendo pequeños trabajos. Aunque no tiene pasaporte, acceden a llevar en su barco a la hermosa Irena, pero durante la travesía se enamoran de ella, y su amistad se rompe. Tony deja el barco y acepta un trabajo en un carguero; pero, tras una colisión, el buque se incendia y él queda atrapado bajo la cubierta. Sólo Felix, a quien odia y ha jurado matar, acude en su auxilio. 


  • Duelo en el Atlántico Norte (The Enemy Below, 1957) de Dick Powell, basada en la novela de  D.A. Rayne. Durante la Segunda Guerra Mundial, un destructor estadounidense, al mando de un comandante al que la tripulación creía poco experimentado pero que resulta ser un gran estratega, encuentra un submarino alemán al que persigue por todo el Atlántico. Oscar: Mejores efectos especiales.

  • Resultaba una curiosa coincidencia que la siguiente película de de Mitchum, Camino del odio (Thunder Road, 1958), la más impresionante de las que rodó en la década de 1950, tuviese como tema el del alcoholismo ilícito. Basada en una historia escrita por el propio Mitchum, en ella interpretaba a Lucas Doolin, un forajido que lleva los licores ilegalmente destilados por su padre desde el campo a la ciudad, amparándose en la noche y burlándose de los agentes federales. Durante mucho tiempo, esta película fue considerada como un clásico del cine marginal y se trata sin duda de una de las películas más personales de Mitchum.

  • Entre dos pasiones (The Hunters, 1958) de Dick Powell. El mayor Saville, un veterano de guerra que encabeza un grupo de oficiales, se enamora de la esposa de uno de ellos. Tras una peligrosa misión, el marido cae atrapado en las líneas enemigas y Saville es el encargado de rescatarle.

  • Traición en Atenas (The Angry Hills, 1959) de Robert Aldrich, basda en la novela de Leon Uris. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un periodista americano afincado en Grecia vende información al servicio de Inteligencia Británico. Cuando los nazis descubren sus actividades, lo persiguen por toda Europa. 

De vuelta a México, esta vez como estrella y productor ejecutivo de  Más allá de Río Grande (The Wonderful Country, 1959), de Robert Parrish, Mitchum descubrió un licor alucinógeno que sólo se encuentra en la provincia de Oxaca. En el fondo de cada botella se encuentra un gusano muerto de los que viven en los cactus de los se destila el licor. Parrish conservó siempre una botella en su despacho cuando recibe visitas de Mitchum, y atestiguaba la asiduidad del actor, que se bebía la botella entera, con gusano y todo.
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