lunes, 26 de agosto de 2013

Biografías de cine: Alfredo Landa

3 de marzo de 1933: nacimiento de Alfredo Landa, actor español.
Hijo de un capitán de la Guardia Civil, pasó su primera infancia en el pueblo de Arive. A los seis años su familia se trasladó a Figueras, donde fue alumno del Instituto Ramón Muntaner. Se trasladó a los doce años a San Sebastián donde años más tarde iniciaría estudios de Derecho; y fue precisamente en la Universidad donde tuvo su primera experiencia teatral, representando más de cuarenta obras en la Fundación del Teatro Español Universitario.
Se trasladó en 1958 a Madrid y comienza a trabajar en teatro: El cenador (1960), de Alec Coppel, con Julia Gutiérrez Caba; Los caciques (1962), de Carlos Arniches; El alma se serena (1968), de Juan José Alonso Millán...
Su primera relación con el cine se produjo como actor de doblaje. En 1962 debutó profesionalmente en el cine, de la mano de José María Forqué, en la exitosa película Atraco a las tres. El propio Alfredo Landa ha explicado en alguna ocasión que Forqué le citó en la Casa de Campo de Madrid y le dijo: "siéntate y pon cara de susto y después vete a casa". Después de esta desastrosa experiencia el actor ya no quería hacer cine. Es una película mítica del cine español, en la que con suma maestría José María Forqué consigue sortear la censura de la época, presentando una crítica mordaz a la sociedad española del momento, sus carencias, miserias y jerarquización; envuelto en humor negro y con un desenlace dulzón e ingenuo, muy al gusto de la época.
En cuarenta años de profesión ha hecho más de ciento veinte películas. Su trayectoria puede dividirse en tres etapas fundamentales. En la primera etapa alterna papeles cómicos con trabajos teatrales. Durante ella participa en más de cuarenta películas, entre las que destacan Nobleza baturra, de Juan de Orduña o Ninette y un señor de Murcia, de Fernando Fernán Gómez.

La segunda etapa comprende treinta y cinco películas de lo que se ha dado en llamar el Landismo, que se inicia en 1970 con No desearás al vecino del quinto, de Ramón "Tito" Fernández, y en las que llegó a simbolizar un determinado tipo de español, machista, fanfarrón en el terreno sexual y reprimido. Estas películas fueron dirigidas en su mayoría por directores como Mariano Ozores, Pedro Lazaga, Tito Fernández o Luis M. Delgado.
La tercera etapa se inicia en 1976 con El puente, de Juan Antonio Bardem, y es, sin duda, la más interesante dentro de su trayectoria, al menos en el terreno artístico. Colaborará con los principales directores españoles: Luis García Berlanga (La vaquilla), Mario Camus (Los santos inocentes), Basilio Martín Patino (Los paraísos perdidos), José Luis Garci (Las verdes praderasEl crackEl crack II), José Luis Borau (Tata mía), José Luis Cuerda (El bosque animado), Antonio Mercero (La próxima estación) o Manuel Gutiérrez Aragón (El rey del río).
En 1984 comparte con Francisco Rabal el premio de interpretación masculina en el Festival de Cine de Cannes por sus respectivos papeles en Los santos inocentes. Candidato en siete ocasiones al Premio Goya, resulta premiado en 1987 y 1992. En 2003 recibió un homenaje en la Mostra de València. En marzo de 2007, en el Festival de Cine Español de Málaga, anuncia su retirada profesional a los 74 años de edad. En el mundial de 2010, el lema "!Cuidado Holanda, que viene Alfredo Landa!" da testimonio del marcado carácter español que recoge el personaje de español medio bien representado en el landismo.
También cosechó importantes éxitos en la pequeña pantalla gracias a su participación en series como Confidencias (1963-1965), Tiempo y hora (1966-1967) - ambas de Jaime de Armiñán -, Ninette y un señor de Murcia (1984), de Gustavo Pérez Puig, Tristeza de amor (1986), El Quijote de Miguel de Cervantes (1991), de Manuel Gutiérrez Aragón, Lleno, por favor (1993), de Vicente Escrivá, Por fin solos (1995), En plena forma (1997) y también en la serie de Telecinco Los Serrano como hermano de Antonio Resines y Jesús Bonilla (2004).
En el año 2007 la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España le concedió el Goya de Honor por el conjunto de su carrera.
En el año 2008 le fue concedido el Premio Príncipe de Viana, el principal galardón cultural que se concede en Navarra, por toda su trayectoria profesional.
En 2011 recibió una Estrella en el Paseo de la Fama de Madrid.

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