miércoles, 13 de septiembre de 2023

Las 10 mejores películas de Edward G. Robinson (I)

El suyo fue uno de los rostros más reconocibles del cine clásico de Hollywood durante las décadas de los años 1930 y 1940. Este actor, de origen rumano, protagonizó casi un centenar de películas a las órdenes de directores tan prestigiosos como Fritz Lang, Cecil B. DeMille y John Huston. A pesar de esa larga lista de grandes papeles, Edward G. Robinson nunca estuvo nominado a los Oscar, y solo recibió uno honorífico, como reconocimiento a su carrera, al poco tiempo de su muerte.
Esta es nuestra selección de sus mejores interpretaciones en la gran pantalla. Si hay alguna que que quedó olvidada en la última fila de la sala del cine, puedes mencionarla en los comentarios.

1.- Hampa dorada (Little Caesar, 1931), de Mervyn LeRoy

Hampa dorada es hoy considerada como uno de los títulos clásicos que dio a luz el cine negro de los años treinta. Esta película narra el ascenso y caída dentro del mundo del hampa de Cesare Bandello conocido por todos como "Little Caesar", alias Rico. Fue protagonizada por Edward G.Robinson, que junto a actores como James Cagney y Humphrey Bogart se especializó en este tipo de papeles. Douglas Fairbanks coprotagoniza esta película dando vida a Joe Massara, el mejor amigo de Rico, pero que finalmente le traiciona delatándole a la policía. Si bien hoy algunos de sus planteamientos pueden resultar ingenuos, el paso del tiempo no ha estropeado esta película que sin duda sirvió de fuente de inspiración a títulos posteriores de cine negro. Mervyn LeRoy dirige esta película que recrea magníficamente aquellos años de timbas clandestinas que surgieron bajo el amparo de la Ley Seca.
2.- La bala mágica (Dr. Ehrlich's Magic Bullet, 1940), de William Dieterle

Debido al éxito obtenido con La tragedia de Louis Pasteur (1935), al director William

 Dieterle le fue 

encomendada la biografía de otro insigne médico científico: el doctor Paul Ehrlich (1854-1915), un Premio Nobel de Medicina que descubrió el tratamiento contra la sífilis (enfermedad mortal en aquellos tiempos) con el suero 606 (por ser éste el número de experimentos realizados hasta su descubrimiento) y denominado por él mismo como “Bala mágica” (de ahí el título original de la cinta). 

A pesar de su magnífica difusión de los acontecimientos –donde destacan los diálogos en el tratamiento del guión, elaborados por John Huston–, la película sufrió demasiados problemas por la censura, que prohibió que se dijese la palabra "sífilis" durante todo el metraje. Así que algunos espectadores se preguntaban qué diablos había hecho este hombre para merecer una película.

3.- La mujer del cuadro (The Woman in the Window, 1944), de Fritz Lang, 1944)

Un hombre de familia se ve implicado en un crimen con mujer de por medio. Y es que el tipo, fascinado por el cuadro de una hermosa mujer que preside un escaparate, queda todavía más fascinado cuando conoce a la mujer de carne y hueso. Pero tontear con ella, le traerá muchas complicaciones. Fritz Lang maneja con pericia esta historia, y por una vez Edward G. Robinson no compone al gángster de turno. Atentos al hábil paso de sueño a realidad.

4.- Perdición (Double Indemnity, 1944), de Billy Wilder

El agente de seguros Walter Neff llega tambaleándose de noche a su oficina, herido. un dictáfono, prepara una confesión de sus crímenes, destinada a Keyes, su jefe. 

Así arranca una de las obras maestrás indiscutibles del cine negro, basada en una novela corta de James M. Cain, convertida en guión por otro maestro del género, Raymond Chandler, y por el genial Billy Wilder. La historia sigue con un largo flash-back, que concluye con el encuentro de Keyes y Walter (que mantienen una suerte de relación paternofilial) con un recurso muy efectivo y visual: durante todo el metraje, Keyes está buscando cerillas para encender sus cigarros, lo que nos habla de una apertura, de que el personaje necesita a los otros a pesar de un lobo solitario; por ello, Wilder prescindió de la escena de la cámara de gas, que había supuesto un fuerte desembolso económico, para concluir con el momento en que Keyes que da fuego al malherido Walter.

5.- Perversidad (Scarlet Street, 1945), de Fritz Lang

Basada en una novela de Georges de La Fouchardière y André Mouézy-Éon, esta vez sería Dudley Nichols el encargado de adaptar el guión. Con el irrepetible trío protagonista que ya empleara previamente en La mujer del cuadroFritz Lang filmó con Perversidad un excelente remake de la película La golfa (1931)de Jean Renoir. Christopher Cross (Edward G. Robinson), es el fiel cajero de un banco neoyorquino. Su vida insulsa e infeliz lo hace sentirse insignificante. Sólo su pasión por la pintura mantiene vivo su espíritu. Coincidiendo con una cena homenaje que recibe por llevar 25 años al servicio del Banco, en el camino de vuelta a casa, defiende a una preciosa joven llamada Kitty (Joan Bennett), de recibir una paliza por un borracho. Totalmente encandilado por la belleza de la joven sólo es capaz de hablar de su arte. A partir de ahí comienza el malentendido, y será tomado por un rico y famoso pintor del que la joven sin escrúpulos y su violento novio (Dan Duryea) intentarán aprovecharse de muy diferentes maneras. Se inicia así una compleja y enrevesada trama por donde circulan varios personajes en torno a nuestro protagonista, un hombre honesto dotado de una especial sensibilidad que nadie ha sido capaz de descubrir. La bella joven cumple con todos los requisitos de femme fatale, es cruel, ambiciosa, manipuladora y sin escrúpulos. Ella será capaz de aprovechar la confianza que un hombre completamente enamorado, ciego frente a los caprichos de una idealizada joven. El film nos conduce por la peligrosa pendiente que lleva a la pérdida de la dignidad, los principios y la ética en pro de satisfacer los deseos propios y los de su idílica y deseada mujer. Nuestro protagonista llegará a ser capaz de robar, desfalcar en su banco y tramar la propia muerte de su esposa para conseguir el beneplácito de la bella joven.
(cont.)

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