martes, 9 de mayo de 2017

Biografías de cine: Douglas Fairbanks (II)

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Parece razonable pensar que la relación de Fairbanks con los grandes talentos creativos de la United Artists le animó a emular sus grandes logros cinematográficos. En cualquier caso a partir de La marca del Zorro en adelante, intento superarse en todas sus películas: construyó el decorado mayor que había visto Hollywood hasta la fecha para Robín de los bosques (Robin Hood, 1922); superó todos los efectos especiales anteriores con El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, 1924); y utilizó el procedimiento bicromático Technicolor para El pirata negro (The Black Pirate, 1926).
Como consecuencia de todo ello, durante la década de 1920 se convirtió en el "rey de Hollywood". Casado con la "novia de América", Mary Pickford, creó a su alrededor una auténtica corte en la mansión "Pickfair" a la que acudían los grandes magnates del reino del celuloide y los aristócratas de toda Europa. 
Douglas Fairbanks y Julanne Johnston en una escena de
El ladrón de Bagdad
Los viajes de Fairbanks y la Pickford por el mundo eran como giras reales. En 1926, Robin de los bosques se estaba exhibiendo en once de los doce cines de estreno de Moscú, eclipsando completamente a El acorazado Potemkim (Bronenosets Potyomkin, 1925), de Sergei M. Einsenstein, y cuando Doug y Mary llegaron a Rusia, 300.000 personas acudieron a recibirles a la estación. Tal era la popularidad de la pareja que los rusos rodaron una película titulada El beso de Mary Pickford (Potselui Meri Pickford, 1927), de Sergey Komarov, sobre un acomodador de cine que se cree Douglas Fairbanks.
El cine de capa y espada
Fue Fairbanks quien aportó al cine de capa y espada su estilo y "look" característicos. En su películas era fundamental la acción, y todas las escenas de acción estaban cuidadosamente coreografiadas. Douglas Fairbanks Jr. dijo posteriormente de su padre que "tendía a considerarse más que como un bailarín que como un atleta". De hecho, sus secuencias de acción parecía más danzas atléticas que proezas de especialista. Aunque daban la impresión de estar realizadas sin esfuerzo alguno, eso se concebía sólo tras semanas  y semanas de ensayos y cuidadosa preparación.
Una de sus típicas acrobacias, como D'Artagna, en Los tres
mosqueteros
 (The Three Musketeers, 1921)
Fairbanks llegó a dominar la espada, el látigo y el arco; contrató a uno de los grandes maestros de esgrima de Hollywood, Henry J. Uyttennhove, para que le ayudase a poner en escena sus duelos a espada; y con frecuencia utilizaba un metrónomo para fijar el ritmo de sus movimientos. 
Fotograma de El ladrón de Bagdad
Los decorados se construían dependiendo de la acción: los muebles estaban especialmente diseñados, y en las paredes de los edificios se instalaban asas ocultas para para permitirle trepar por ellas sin la menor sensación de de esfuerzo. En Robin de los bosque se ocultó una rampa detrás de unas cortinas por las que Fairbanks se desliza en unan de sus escenas más espectaculares; en el El pirata negro se deja caer por una vela, sosteniéndose aparentemente  en una daga, pero en realidad por un complicado mecanismo de hilos de alambre; en El ladrón de Bagdad sus espectaculares saltas se vieron ayudados por trampolines ocultos. La fluidez de la acción se veía ayudada por el hecho de que Fairbanks realizaba muchas de esas acrobacias. 
Fotograma de El pirata negro
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