domingo, 17 de febrero de 2013

Cincuenta aniversario de 8 y ½

Se celebra este año el cincuenta aniversario del estreno de la película de Federico Fellini, Ocho y medio 8 y ½ ).

Fellini,  8 y ½  (Otto e mezzo (8 y ½)

Es una película italiana dramática de 1963 dirigida por Federico Fellini y protagonizada por Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale, Anouk Aimée, Sandra Milo, Barbara Steele, Rossella Falk, Madeleine LeBeau, Mario Pisu, Guido Alberti, Caterina Boratto, Annibale Ninchi, Giuditta Rissone, Eddra Gale, Tito Masini, Nadine Sanders, Georgia Simmons, Hazel Rogers, Riccardo Guglielmi, Giulio Paradisi, Maria Antonietta Beluzzi, Polidor, Maria Wertmuller, Rossella Como, Nino Rota. 
Es una de las cintas más conocidas del realizador, y según varios críticos cinematográficos es una de las mejores películas jamás rodadas. Fue filmada en blanco y negro, y su banda sonora fue compuesta por Nino Rota.
Se encuentra en muchas listas como una de las diez mejores películas de la historia del cine. En los comentarios que acompañan a la lista confeccionada por Sight and Sound se apunta que Ocho y medio es especialmente valorada por los realizadores de cine. No debería extrañarnos demasiado. Ocho y medio habla sobre la creación cinematográfica, más aún, sobre el creador, el artista. Para empezar, es interesante el matiz que puede suponer la consideración de que Fellini es sobretodo un artista. La curiosidad surgiría del considerar a Fellini un artista más que un autor.
Recibió en 1963 dos Oscar a la mejor película de habla no inglesa y al mejor vestuario y cinco nominaciones.

Sinopsis argumental

El famoso director y autor Guido Anselmi está atravesando una profunda crisis creativa e intenta relajarse después de su última película. No puede conseguir la tranquilidad necesaria para encontrar ideas nuevas para su siguiente película y todo el mundo parece ansioso de saber en qué punto se encuentra el trabajo que está preparando. Está solo, quiere estar solo, y busca una respuesta en las visiones que invaden su mente, las mágicas y enigmáticas palabras: «Asa-Nisi-Masa», recuerdos de una vida, sueños fantásticos y oscuras imágenes de un futuro nebuloso. La llegada de Claudia, actriz y musa de su vida, y de su amante Carla trae nuevas inquietudes en vez de la serenidad y el consuelo que él esperaba.

No puede escapar eternamente, y se ve obligado a participar en un grandioso refrigerio organizado por los productores de su película. Cae presa del pánico: no sabe qué contestar a las preguntas y busca instintivamente refugio debajo de la mesa, símbolo del último acto de su ocaso humano y artístico. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, las visiones que hasta entonces lo habían atormentado adquieren una resplandeciente claridad: éste es la llave de vuelta de la película. Todos juntos, los fantasmas de su conciencia reconstruyen un mosaico hecho de verdad y belleza, a través del cual renace el placer mismo de la vida y de todo lo que ella contiene. Con una marcha circense, la película finalmente puede comenzar.
Es una película en parte autobiográfica, sobre los problemas en los rodajes. Para liberarse de la presión, se refugia en fantasías oníricas, y allí encuentra la inspiración para su nueva película y para enfrentarse con el mundo. Empieza a recordar los principales acontecimientos de su vida, y a las mujeres de las que ha estado enamorado y ha perdido. Alrededor del personaje central, Guido, se van entretejiendo historias varias que se concentran en el balneario, en el que aparecen entrelazadas varias historias con los habituales personajes fellinianos.

Comentario

El tema principal de la película es la crisis creativa de un artista, el problema de confrontarse con las expectativas de todos (productores, periodistas, amigos), y también la crisis existencial de un hombre, que se aferra a los recuerdos y a los sueños para soportar el peso de la vida. Fellini encuentra en el final una solución original e inesperada al problema de la crisis existencial. Este final es el fruto de la genialidad creativa de Fellini.
8 ½ es una película bastante autobiográfica. Este hecho ha sido reconocido y negado, según cómo le viniese el ánimo, por el propio Fellini:"Me doy cuenta de que  Ocho y medio es una confesión desvergonzada de que es inútil intentar hacer olvida a la gente que se trata de la historia de mi propia vida, pero yo siempre me planteo hacer una película que primero me guste a mí y luego al público. En el caso de Ocho y medio, la línea divisoria entre lo que rodé para mí mismo y lo que rodé para el público es tan sutil que resulta casi inexistente", como reconoció el propio Fellini. Posteriormente ha dicho Ocho y medio no es tab autobiográfica como parece."
8 ½ es un festival para los sentidos y, para disfrutarla, hay que entrar en ella absolutamente libre de prejuicios, dispuesto a dejarse arrasar por un torbellino de personajes, imágenes y secuencias entre lo onírico y lo surrealista. Una película que rompe géneros y destroza moldes.
La película suponía el número ocho y medio en su filmografía, porque ya había rodado anteriormente siete películas, y media, considerando sus colaboraciones en las películas de creación colectiva con otros renombrados directores; L'amore in città (1953) en la que participaron como directores Michelangelo Antonioni, Alberto Lattuada, Carlo Lizzani, Francesco Maselli, Dino Risi, Cesare Zavattini, y en donde el episodio dirigido por Fellini se titula Agencia matrimonial (Un' agenzia matrimoniale) y Boccaccio 70 (1962), una adaptación cinematográfica de algunos cuentos de Boccacciocon los directores Vittorio De Sica, Mario Monicelli, Luchino Visconti,en la que Fellini aporta el episodio titulado La tentación del Dr. Antonio (un hombre que se escandaliza por un cartel de publicidad). Ambas colaboraciones de corta duración. 
A su manera, es también un ataque a la pretenciosidad y pomposidad del cine, ejemplificada en la monstruosa plataforma espacial con la que Guido tiene que hacer su película, y que al final no será sino la excusa para hacer desfilar a todos los personajes de su vida y, por extensión, los de la vida de Fellini (pues tras la ilusión de suicidio de Guido, es el alma del director la que verdaderamente ocupa la pantalla bajo la piel de Mastroianni). Es este el momento en el que “Fellini Ocho y medio” alcanza el sentido último de lo que quiere decir, que sale de los labios del propio Guido cuando nos dice que la vida es una gran fiesta y nos invita a celebrarla juntos. Anselmi comienza entonces a orquestar a los asistentes, al compás de una banda que aparece con la única justificación de que Fellini no entiende el espectáculo de la vida, de su vida, sin el acompañamiento musical del maestro, su inseparable Nino Rota.


Fellini consiguió con su 8 y ½ uno de esos escasos milagros que rara vez se prodigan en el cine: la ficción que parte de la página en blanco, de la falta de inspiración de su protagonista que acaba, en última instancia, constituyendo la obra en sí misma, aquella que hemos estado contemplando sin saber a ciencia cierta de qué nos hablaba o cuáles eran sus pretensiones.


El argumento de esta película de Fellini fue adaptado al género del musical con el título de Nine. Se cuenta que Fellini dio su aprobación para esta obra, a condición de que su nombre no figurase ni en su título ni en la lista de personajes. De este modo, se respetaba el carácter encubierto del autorretrato de Fellini en el personaje de Guido.
El éxito del musical propició su adaptación al cine, en la película Nine (2009), de Rob Marshall, una superproducción protagonizada por Daniel Day-Lewis y con numerosas estrellas galardonadas con el Premio Óscar, como Sophia Loren, Nicole Kidman, Marion Cotillard y Penélope Cruz.

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