miércoles, 24 de agosto de 2016

Biografías de cine: Mack Sennet (VIII)

(cont.)
Risas más largas
También durante este período, las producciones de Sennet emprendieron nuevas direcciones. El grotesco Ben Turpin le inspiró toda una serie de parodias sobre éxitos de Hollywood del momento, tales como The Shriek of Araby (1923) y Three Foolish Weeks (1924).
Pero, lo que inspiró a Sennet la idea de producir largometrajes fue el amor. Para complacer a Mabel Normand, que venía exigiendo papeles más importantes y difíciles, Sennett creó la Mabel Normand Feature Film Company, y la hizo interpretar  un largometraje Mickey (1918). Hollywood se mostraba escéptico acerca de la idea de películas cómicas de largometraje; y Sennet tuvo que invertir su propio dinero en el proyecto. Se sintió premiado cuando el público aceptó de muy buena gana su parodia del cuento de la Cenicienta; se dice que la película recaudó un total de 16 millones de dólares. 
A continuación Sennett convirtió a Mabel Normand, cuya vida posterior se vería ensombrecida por las drogas y los escándalos, pero cuyo encanto era único, en protagonista de otros dos largometrajes: Molly O (1921) y Suzanna (1923), ambas comedias y dirigidas por F. Richard Jones. 
En 1921, Sennett creó la Mack Sennett Inc., distribuyendo sus películas a través de First National. En 1923 introdujo nuevos cambios organizativos, y, desde entonces hasta 1929 distribuyó sus producciones a través de Pathé Exchange. Su período con la Pathé destacó, sobre todo, por la larga serie de películas que rodó con Harry Langdon, quizás el más personal de todos los actores cómicos de la época, interpretando casi siempre a un bebé de mediana edad o a una especia de enloquecido Pierrot Lunaire. Frank Capra, que escribió los guiones o dirigió los mejores largometrajes de Langdon, sobre todo Sus primeros pantalones, tambien conocida como Johnny Newcomer (Long Pants, 1927), afirmó posteriormente que fue él, en su calidad de autor de "gags" para Sennett, quien primero se dio cuenta de sus posibilidades y modeló su personalidad cinematográfica. Aunque es innegable que los posteriores esfuerzos de Langdon para dirigir sus propias películas no tuvieron demasiado éxito, la versión de Capara que ha sido aceptada por la historia del cine, infravaloraron el papel de Langdon. Durante más de veinte años había sido una estrella del teatro de vodevil, con una personalidad cómica claramente definida. 
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario