domingo, 30 de junio de 2013

Biografías de cine: Mel Brooks

Productor chiflado, médico loco, cineasta demente... sí, Mel Brooks es todo eso. Pero debajo del hombre divertido se encuentra un director ambicioso con aires de triunfador.
Debido a que Mel Brooks procede de la televisión, donde se dedicaba a escribir gags, sus películas se han visto calificadas por algunos críticos como “cajones de sastre, en los que cabe lo mejor y lo peor”, y como “nada más que la suma de sus partes”. Es innegable que esos análisis tienen en parte razón aplicados a sus primeras obras, pero la lograda conjunción de fondo y forma de su cuarto largometraje, El jovencito Frankenstein (Young Frankestein, 1974) demuestra que Brooks es algo más que un simple hilvanador de gags[1]. Con Peter Boyle (el monstruo), Madeline Kahn (Elizabeth), Gene Wilder (Dr. Frankestein), Martin Feldman (el asistente jorobado Igor)La película es una parodia del cine de terror, en particular de las adaptaciones cinematográficas de la novela de Mary Shelley, Frankenstein, en concreto las producidas por Universal hacia las cuales esta película hace un cariñoso homenaje. Esto se refleja en el hecho de que la mayoría de las piezas del laboratorio son las mismas que las usadas en la película El doctor Frankestein (Frankenstein) de 1931, diseñadas por Ken Strickfaden. Para reflejar más eficazmente la atmósfera de aquellas viejas películas, Brooks rodó la suya en blanco y negro, una rara elección en aquella época. En 2003 fue considerada como "culturalmente significativa" por el National Film Preservation Board (Comité Nacional de Preservación de Películas) de Estados Unidos y elegida para su conservación en el National Film Registry de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Premio Hugo a la mejor presentación dramática. Premio Nébula al mejor guion, Mel Brooks y Gene Wilder (1976). Haay que destacar la escena en la que se dicen cariñosamente adios en la estación llena de humo, Wilder y la Kahn realizan una deliciosa parodia de Anna Karenina (1935) de Clarence Brown. Y, tras seducir a Elizabeth, el monstruo enciende simultáneamente dos cigarrillos con el aplomo románticos, demostrado por Paul Henreid en La extraña pasajera (Now, Voyager, 1942) de Irving Rapper, (a su vez, tomada de una película de 1932).
El mismo señaló que sus películas están muy bien construidas. Sus argumentos son mejores que los de la mayoría de las historias de acción y aventuras que tuvo ocasión de ver. A sus películas se les podía despojar de sus aspectos cómicos, y la trama seguiría funcionando a la perfección, sin embargo, los críticos consideraron que, al tratarse de comedias, debían ser necesariamente una especie de potpurrí  e chistes sin la menor base, sin un núcleo argumental, sin un punto de vista filosófico o psicológico. El fondo de la cuestión es cómo se comportan los seres humanos.
A diferencia de la mayoría de los críticos de cine, Mel Brooks es un hombre sumamente divertido y dotado de una prodigiosa imaginación. Sólo a él se le ocurriría la idea de rodar una película totalmente muda en plenos años 1970, convencer a la 20th Century-Fox para que la produzca y demostrar luego triunfantemente que “el silencio es oro” superando anteriores récords de taquilla tanto en Estados Unidos como en otros países. Su audaz sentido del humor se ha manifestado de formas muy distintas:
  • Desde la negrura de Los productores (The Producers, 1967), su primera
    película de la que fue además  guionista y autor de los textos musicales -l
    ogró el Oscar al mejor guión original-.  La base de esta película fue una novela escrita por él mismo, Los productores. Una vez alejado de la televisión, Mel Brooks pudo destacar en lo que realmente le gustaba hacer: irritar y molestar a la gente. Los productores suscitó vitriólicos comentarios entre los críticos norteamericanos, aunque fue mucho mejor recibida por los europeos cuando se estrenó en 1969. Quizá esta polarización de las opiniones tenga que ver con la forma en que la comedia de Brooks ataca los valores tradicionales y el despilfarro. La escena inicial de la película bastó ya para incomodar a mucha gente. Max Bialystock, un empresario teatral arruinado es mostrado abrazando a una serie de mujeres mayores con la esperanza de sacarles dinero para montar su próxima producción. Dado que Max estaba interpretado por Zero Mostel, que recurría a su amplio muestrario de gestos excéntricos y soeces, la sensación de disgusto fue doble. Cuando Leo Bloom, su neurótico contable, de la firma Whitehall y Marx, colaboradora del servicio de inspección de la Hacienda Pública, le muestra sin querer cuál es la forma segura de ganar dinero: vendiendo un excesivo número de acciones de sus montajes y procurando que éstos sean un rotundo fracaso, se inicia una frenética búsqueda de la peor obra de teatro del mundo. Encuentran entonces un drama musical escrito por un nazi, Primavera para Hitler (Springtime for Hitler), contratan a un desastrado hippy para interpretar a Hitler, y a un director de escena totalmente incompetente. Gene Wilder, que interpreta el papel del contable, resulta increíblemente divertido y la primera hora de Los productores resulta hilarantemente divertida, culminando con la indignación del público la noche del estreno. La enorme inventiva y la audacia de Brooks quedan demostradas en el plano picado en el que se ve a un grupo de coristas con botas (a lo Busby Berkeley) formando una cruz gamada sobre el escenario. A pesar de su anticlimática media hora final, Los productores sigue siendo una impecable muestra de ferocidad y mal gusto y la película preferida por el propio Brooks.

  • Hasta la escatológica de Sillas de montar calientes (Blazing Saddles, 1974), de la que fue actor (interpreta varios papeles secundarios), director y guionista. Una parodia del cine del oeste, pero con la historia de un sheriff negro en lucha contra una banda de bandidos. Para el 1875, Bart (Cleavon Little) estaba a punto de ser colgado de una soga, pero le perdonan la vida para nombrarlo comisario de Rock Ridge, ahora su vida vuelve correr peligro, el pueblo no solamente está bajo tensión, caos y desorden, ¡él es el primer “sheriff” negro del oeste! La ciudad de Rock Ridge está gobernada por William J. Lepetomane (Mel Brooks), un corrupto y manipulador político que lo único que le interesa es acostarse con su secretaria. Este tiene una agenda oculta con su ayudante Hedley Lamarr (Harvey Korman), la construcción de la línea de ferrocarril llegara al pueblo, pero los habitantes ya son propietarios de sus propios terrenos. ¿Qué hacer para echarlos? Nombrar a un nuevo sheriff incapaz de hacer reinar la paz y el orden público, ¡preferiblemente negro! Bart sin embargo, contará con el apoyo del pistolero más rápido del mundo, Jim Waco Kid (Gene Wilder).

  • Pasando por la coherencia estilística y el tono de parodia de la ya citada El jovencito Frankenstein o la satírica El misterio de las doce sillas (The Twelve Chairs, 1970), basada en la satírica novela, The Twelve Chairs (1928), de los periodistas soviéticos Ilya Ilf (1897-1937) y Yevgeni Petrov (1903-1942), mejor conocidos como Ilf y Petrov La novela fue previamente filmada como It's in the Bag! (1945) de Richar Wallace.  Ambientada en Rusia en 1927, el antes aristócrata Ippolit, bajo el nuevo régimen soviético, no es más que un empleado administrativo ruso. Al descubrir que su moribunda suegra escondió las valiosísimas joyas de la familia en una de las doce sillas de un juego de comedor, se lanza a atravesar Rusia para dar con ellas. En su aventura lo acompañan un oportunista (Ostap Bender, interpretado por Frank Langella), un cura (el padre Fiodor, interpretado por Don Deluise) y su antiguo criado, todos a la caza de la silla. 

Nacido en Brooklyn en  Nueva York, el 28 de junio de 1926, su verdadero nombre es Melvin Kaminsky y, como su apellido indica, es de ascendencia 
judía. A los 14 años adoptó el apellido Brooks (el de su madre de soltera) e intentó contrarrestar su aspecto gris contando chistes e impresionando favorablemente a la gente. Durante la Segunda Guerra Mundial perteneció al cuerpo de ingenieros de la US Army y es allí donde dio sus primeros pasos de cómico parodiando en la radio del Ejército los mensajes de propaganda nazi que se podían oír en la radio alemana. Fue en los serios años 50, la era de Eisenhower y de la caza de brujas de McCarthy, cuando Brooks irrumpió en el mundo del espectáculo escribiendo gags para la televisión. Lo hizo para el show de Sid Caesar durante diez años, dedicándose muchas veces a satirizar películas japonesas y suecas. Entre sus compañeros figuraban dos hombres que posteriormente habrían de hacerse tan famosos como él: Woody Alien y Neil Simón. Luego colaboró con otro destacado humorista, Buck Henry, en la serie televisiva Superagente 86 (Get Smart, 1965-1970), con 138 episodios. Una especie de burla de las películas de agentes secretos de mediados de los 60, sobre todo las de James Bond.
Algunos consideran La última locura (Silent Movie) como el homenaje de Brooks a los actores cómicos del cine mudo, pero en realidad se trata de una comedia absolutamente moderna. El mundo está loco, loco, loco, loco(1963), La carrera del siglo (1965) y Aquellos chalados en sus locos cacharros (1965) tenían más en común con la tradición del slapstick [2]que esta película de Brooks, que triunfa sobre todo por su capacidad de provocar la complicidad del público y de mostrar el absurdo inherente a todas las fórmulas dramáticas y mecanismos melodramáticos. Rodada en 1976, La última locura se limita a narrar la historia del Mel Funn (el propio Brooks), un director de cine ex alcohólico que planea salvar a un estudio produciendo una multimillonaria película muda. El humor, predominantemente visual, de La última locura se ve complementado por disparatados rótulos intercalados en medio de la acción. Las ideas divertidas de esta obra son numerosísimas, y lo increíble no es que algunas de ellas no funcionen, sino que haya tantas que funcionen bien. Parodiando el cine bélico, el musical, la alta comedia y el cine de suspense, Mel Brooks mantiene su promesa de hacer la película más ruidosa de la historia, pues en los efectos sonoros de La última locura son constantes y ensordecedores [3].
Su siguiente trabajo fue la decepcionante Máxima ansiedad (High Anxiety, 1977), una recargada parodia del cine de Hitchcock, en la que Brooks encarnaba al director de un hospital para neuróticos. Brooks, Madeline Kahn, Harvey Korman y Cloris Leachman realizan eficaces interpretaciones; pero, en su conjunto, la película resulta fallida, debido quizá a que el estilo del mago del
suspense no resulta fácil de imitar. Y como el propio Brooks señaló: "La comedia es una forma artística seria. Supera casi siempre al drama. La comedia puede resultar mucho más eficaz y demoledora, debido a que no intenta reproducir o suplantar la realidad. Cuando es buena, la comedia muestra las verdades eternas del comportamiento humano, y de ahí que sea más importante que el drama. Mi trabajo es de lo más sencillo. Me limito a observar, a extraer deducciones y a formular comentarios sobre lo que veo."
En 1981, rueda La loca historia del mundo (History of the World: Part I), de la fue actor, director, guionista y productor. Es una visión irreverente de la evolución de la historia, desde la aparición del primer hombre hasta la Revolución Francesa. La Última Cena es captada a través de los ojos de un atormentado camarero. El Imperio Romano es más alocadamente corrompido de lo que DeMille jamás pudiera soñar. Se divulgan los secretos de la Revolución Francesa. E incluso los ritos tribales del hombre prehistórico aparecen desnudos.
En 1983 realiza una una parodia de la saga La guerra de las galaxias (Star Wars) de George Lucas, aunque también incluye guiños a otras películas como Star Trek, Alien, el octavo pasajero, El planeta de los simios, El mago de Oz, El puente sobre el río Kwai y Acorralado. El planeta Spaceball intenta "robar" la atmósfera del vecino Druidia secuestrando y pidiendo rescate por la princesa Vespa. El inventor de la trama es Dark Helmet -Rick Moranis-, pero se las tendrá que ver con Lone Starr -Bill Pullman-.
Ese mismo año participa, pero solo como actor, en la película Soy o no soy (To be or Not To Be) de Alan Johnson, con la que era su esposa Anne Bancroft . Un mediocre actor polaco intenta hacer una representación teatral en la que entretiene a las tropas polacas parodiando a Adolf Hitler, cuando es interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Su mujer tiene el molesto hábito de entretener a los soldados polacos mientras él se halla en la escena, lo cual le sume en grandes enfados. Cuando uno de los oficiales regresa en una misión secreta tras la caída de Polonia, el actor dirigirá un disparatado plan de huida.  Remake de la obra maestra de Lubitch, Ser o no ser (To Be or Not To Be, 1942).
En 1991 escribe, dirige y actúa en ¡Que asco de vida! (Life Stinks), en la que el director de una gran empresa inmobiliaria propone a algunos de sus socios una curiosa apuesta: si el no es capaz de sobrevivir durante 30 días en uno de los barrios más pobres de Los Ángeles sin un céntimo en el bolsillo, entonces perderá su puesto. En su exilio, en medio de la calle, descubrirá la otra cara de la vida: la miseria.
Las locas, locas aventuras de Robin Hodd (Robin Hood: Men in Tights) es una película de 1993. Retoma la fábula de Robin Hood en forma de comedia. Las bases de la leyenda se mantienen igual, pero implementa nuevos elementos y personajes a fin de hacer una película al estilo humorístico del director. Robin de Loxley regresa a Inglaterra después de varios años de ausencia y se encuentra un reino sumido en el caos. Ahora debe vivir como un forajido y será protagonista de numerosas aventuras.

Aprovechando el tirón de Drácula de Bram Stocker (Bram Stocker's Dracula, 1992) dirigida por  Francis Ford Coppola, Brooks realiza Drácula, un muerto muy contento y feliz (Dracula: Dead and Loving It, 1995). Drácula abandona su viejo castillo de Transilvania y se traslada a Londres en busca de sangre fresca. Su apetito se despertará cuando conozca a la prometida y a la hermana de un notario.
Mel Brooks también ha sido el productor de El hombre elefante de David Lynch (1980) y de La mosca de David Cronenberg (1986). Para producir estas películas tan ajenas a su estilo tuvo que crear la empresa Brooksfilms, para evitar que el público, al ver en los carteles "Mel Brooks presenta", pensase de inmediato en una comedia.
En 2008, también escribe y dirige Spaceballs: La serie animada (Spaceballs: The Animated Series) (Serie de TV), de 13 capítulos, que retoma a los personajes de la película homónima de 1987. A su vez, hay capítulos que parodian en concreto a otras películas, como ser: El señor de los anillos, Harry Potter, y Los piratas del caribe.
En 2009 recibió el Premio Kennedy del gobierno estadounidense y el 25 de abril de 2010 recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood por su trayectoria cinematográfica.





[1]Término inglés para definir la representación de una situación cómica,  generalmente sin el uso de palabras.
[2]Traducido del inglés como bufonada o payasada. Es un subgénero de la comedia que se caracteriza por presentar acciones exageradas de violencia física que no derivan en consecuencias reales de daño.
[3] Recientemente esta fórmula, la película muda, se ha vuelto a poner de moda y con mucho éxito, en algunos casos. He aquí algunos ejemplos: Film ist a Girl & Gun (2009) de Gustav Deutsch; Kasa okupada (2010) de Rafael Arévalo; Louis (2010) de Dan Printzker; The Artist (2011) de Michel Hazanavicius; Blancanieves (2012) de Pablo Berger, Silent Life (2014) de Vladislav Kozlov, entre otras.






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