martes, 21 de noviembre de 2023

Perfil de Yasujirō Ozu, cineasta de la A a la Z (I)

Yasujirō Ozu y su indispensable cámara, hacia1956
Ozu, ferviente cinéfilo, ha filmado los cambios en Japón desde la altura de un tatami. Seleccionamos diez de sus películas y un documental. Esteta, fiestero, ¿quién fue realmente el director de El sabor del sake? Respuesta en forma de libro del abecedario.
Contemporáneo y equivalente a  Alfred Hitchcock, John Ford o Jean Renoir en la historia del cine mundial -él, como ellos, comenzó su carrera en el cine mudo-, Yasujirō Ozu (1903-1963) es sin duda el director japonés más famoso. Cronista melancólico de un Japón en pleno cambio, filmado a la altura de un tatami, en películas intimistas, con títulos impregnados de serenidad (Primavera precoz, Flores de equinoccio, La hierba errante, El sabor del sake), Ozu, soltero empedernido, casado con el cine, muy apegado a su madre, enamorado de una prostituta, tuvo una vida mucho más exuberante de lo que sugiere su obra al pastel. Desarrollamos este abecedario para contar la historia del hombre detrás del mito.

Atsuta

Pieza central del “clan Ozu” (Ozu-gumi), Yūharu Atsuta (1905-1992) fue primero asistente de Hideo Mohara, director de fotografía del período mudo; luego, sucediéndole, desarrolló, en 1937, una cámara Mitchell con un trípode corto que le permitió filmar muy cerca del suelo, a noventa centímetros de distancia, desde un ángulo ligeramente bajo, con una distancia focal que no distorsiona los rostros: el famoso “plano tatami”, firma del estilo Ozu.

Bamboche

Ozu, eternamente soltero, se casaba todas las noches. Bailaba rumba y mambo, estaba loco por Mistinguett, cuyos vinilos coleccionaba y al que imitaba cantando con onomatopeya. Nunca dejó de pagar en el restaurante mesas enteras y recorridos por todo Tokio. Su generosidad lo arruinó. Murió con deudas. También le encantaba hacer llamadas de broma o enviar telegramas firmados por otros. ¡Un auténtico bromista!

Cuadernos

Ozu llevó diarios desde 1933 hasta su muerte en 1963. Habla de todo excepto de sus rodajes. Anota lo que come, las películas que ve, la gente con la que toma el té. Es bastante poético porque se compone de pequeñas cosas: listas de autores, platos, citas, comentarios, algunos haikus. Un estilo muy suelto. Durante la guerra, el ritmo se vuelve cotidiano, describe los horrores.

Desprendimiento

En sus primeras películas mudas, bajo la influencia del cine americano, encontramos numerosos trucos de puesta en escena, travellings, aperturas y cierres de iris, superposiciones. Poco a poco los movimientos de cámara van desapareciendo. A partir de 1957, todas las películas japonesas estaban en Cinemascope, un formato amplio inventado para competir con la televisión. Es necesario que el público le dé la espalda a la televisión. Sólo hay uno que se niega y mantiene el formato cuadrado del cine mudo: Ozu.

Eiga

El vocablo japonés para cine. 

Familia

El tema central del cine de Ozu. La desintegración de la unidad familiar ante el paso del tiempo y la adversidad de los tiempos, el dolor de la separación entre padres e hijos, la soledad como único horizonte. Ozu no tuvo hijos ni esposa. Tras la muerte de su padre en 1934, vivió con su madre. Poco después, Ozu murió de cáncer el 12 de diciembre de 1963, el día exacto de su sexagésimo cumpleaños. Su familia era su equipo leal. Su vida y su profesión se fusionaron. Lo que le importaba sobre todo era el TRABAJO, como escribía con mayúsculas en sus diarios.

Geometría

Las fotografías fijas de Ozu están compuestas geométricamente, con líneas, diagonales, horizontes. Los actores interactúan en plano-contraplano de cara a la cámara, como si estuvieran hablando con el espectador. Las escenas están separadas por planos fijos de objetos o muebles (una tetera, un jarrón, una tetera), vacíos de personajes, como fotografías, naturalezas muertas, que aseguran la respiración de la película y permiten elipses temporales.
(cont.)

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