domingo, 10 de febrero de 2019

Una muestra de cine francés de la década de 1980 (III)

3.- Tres solteros y un biberón (Trois Hommes et un couffin, 1985). Dirección: Coline Serreau. Interpretación: Roland Giraud, Michel Boujenah, André Dussollier, Philippine Leroy-Beaulieu, Dominique Lavanant, Marthe Villalonga, Annick Alane, Josine Comellas, Gwendoline Mourlet, Jennifer Moret, François Domange, Gabriel Jabbour, Julien Maurel, Giuseppe Amorin, Jean Barney. Guion: Coline Serreau. Música: Jean-Jacques Bouhon, Jean-Yves Escoffier. Fotografía: Jean-Yves Escoffier. Productora: Flach Films/Soprofilms/TF1. Comedia. Duración: 100 minutos.  Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa; Nominada al Globo de Oro: Mejor película de habla no inglesa; Premios Cesar: Mejor película, actor secundario (Boujenah) y guión. 6 nominaciones. Jacques, trabajador de una compañía aérea, acepta recibir y guardar en su casa el paquete que un amigo suyo tiene que recibir. Pero Jacques no sabe cuán comprometedor es el paquete que guardará a su amigo, así que se va de viaje a Extremo Oriente explicando a sus compañeros de piso, Pierre y Michel, que cuando llegue el paquete lo guarden, sin más. El paquete resulta ser una niña, al parecer hija de Jacques, que la madre, Sylvia, deja en el descansillo de la casa, con una nota aduciendo que no puede hacerse cargo de ella debido a su trabajo. Los dos compañeros se ven obligados a compaginar la faena que da la niña (biberones, pañales y noches en vela) con su trabajo mientras llega Jacques de su viaje. La cosa se complica cuando llega el paquete que en realidad esperaba Jacques: se trata de heroína, así que Pierre y Michel deberán apañárselas para trabajar, cuidar a la niña y, además huir de la policía y lidiar con los traficantes, con lo que se producirán malentendidos y situaciones cómicas de todo tipo. Cuando llega Jacques y solucionado el problema de los traficantes, los tres hombres se dedican a cuidar de la bebé por turnos, y, aunque les resta tiempo de las diversiones a las que estaban acostumbrados, se encariñan mucho con ella, por lo que sienten una gran tristeza y vacío en sus vidas cuando la madre regresa a recogerla.

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