martes, 16 de julio de 2013

Biografías de cine: Lasse Hallström

Lasse Hallström (Estocolmo, 2 de junio de 1946) es un director, guionista y productor sueco. Tras rodar algunos cortometrajes,así como realizar telefilms en su país natal a mediados de los años 70 antes de iniciarse en el cine con las películas tituladas Ska vi gå hem till dej eller till mej eller var och en till sitt? (1973) y En Kille Och En Tjej (1975), que estaba co-escrita con su habitual colaborador, el también actor Brasse Brännströmm. 
Dos años después dirigió un documental sobre la gira australiana del famoso grupo ABBA en ABBA: The Movie (1977), que refleja la locura de la “Abba-manía”. La película trata sobre los dramas, las peleas, la locura de la promoción, la histeria de los fans.
Su revelación internacional se produjo con Mi vida con un perro (Mitt liv som hund, 1985) que trata sobre la entrada en la vida adulta de un chaval de doce años que disfruta una enormidad con la compañía de su perro, y que ve su pacífica existencia alterada por el anuncio de una grave enfermedad que aqueja a su madre. La situación, que acontece en los años 50, le obliga a irse a vivir al campo con unos familiares, lo que supone un nuevo entorno y gente distinta a la que tratar y acostumbrarse. Comedia dramática que le valió dos nominaciones a los Oscar como mejor director y otra como mejor guionista; un Globo de Oro: mejor película de habla no inglesa; un premio del Círculo de Críticos de Nueva York: mejor película extranjera y dos Premios Guldbagge (Suecia): Mejor película y actor (Anton Glanzelius). El sueco Lasse Hallström se dio a conocer en el panorama internacional con esta adaptación de una novela de Reidar Jönsson, en la que el propio autor ha participado. Supone una interesante y triste mirada a un mundo infantil a punto de sufrir una revolución copernicana, donde incorpora elementos de su propia experiencia. El joven protagonista Anton Glanzelius es muy expresivo, atrapa bien la simbología del chico desorientado, que se identifica con la perra Laika, enviada por los rusos en su carrera por conquistar el espacio exterior. La idea es que los adultos toman decisiones que le atañen sin preguntar, lo que le hace experimentar sentimientos contradictorios; y al tiempo es incapaz de expresar lo que le ronda en la cabeza, sus dudas sobre la sexualidad o mil temas más que se le presentan de golpe. 
El aspecto reflexivo-sentimental mostrado en el tratamiento a los personajes y  una historia con vinculaciones familiares y afectivas son claves en este título y en otros posteriores de su carrera, usualmente de raíces literarias y presentados en diferentes géneros que van de la comedia romántica al melodrama o al drama familiar.
Entre ellos:
  • Querido intruso (Once Around,1991), su debut en Hollywood. Comedia romántica. Renata (Holly Hunter), la hija mayor de un matrimonio italoamericano, ha sido abandonada por su novio, pero se ha enamorado de Sam (Richard Dreyfuss), un excéntrico pero entrañablemente encantador hombre de negocios. Sin embargo, la impetuosa hermana de Renata y sus padres no aguantan las intromisiones desagradables y disparatadas de Sam en su círculo familiar. Éste, charlatán, vanidoso y completamente diferente a lo que se estila normalmente tiene buenas intenciones, pero eso no le impide ir demoliendo poco a poco las estabilidad que reina en la familia de su enamorada. Película divertida y ocurrente, que debe gran parte de su calidad a la actuación del camaleónico Richard Dreyfuss, en un papel lleno de vitalidad y que nadie podía interpretar de modo más convincente.

  • ¿A quién ama Gilbert Grapé? (What´s Eating Gilbert Grape?,1995). Gilbert Grape vive en Iowa con su familia. Allí dedica gran parte de su tiempo a cuidar de su hermano Arnie, un retrasado mental, y de su madre, inválida desde hace algunos años y condenada a vivir en una silla de ruedas debido a su obesidad. Arnie, es fuente de preocupaciones ya que no tarda mucho tiempo en verse envuelto en problemas. Un día es detenido por la policía y ambos hermanos se pelean. Arnie encontrará cariño y consuelo en Beckie, la nueva amiga de Gilbert. Johnny Depp y Juliette Lewis encabezan los títulos de creditos, pero llama especialmente la atención el trabajo de un jovencísimo Leonardo DiCaprio (Titanic, La playa, La habitación de Marvin), cuya soberbia interpretación le valió merecidamente una nominación al Oscar, al Globo de Oro y al National Board of Review, en la categoría de mejor actor secundario. El sueco Lasse Hallström dirige este encantador film, de claro aire independiente, acerca de los sentimientos, el amor, el cariño y la amistad. Gran parte del mérito es debido a la estupenda novela de Peter Hedges, autor también del guión, y que tiempo más tarde debutó también en la dirección con la más que estimable Retrato de April. Y la fotografía es del mítico Sven Nykvist.

  • Algo de que hablar (Something to Talk About, 1995). Sus temas típicos —descripción de familias algo excéntricas y con problemas— están presentes en el guión escrito por Callie Khouri, ganadora de un Oscar por su trabajo en Thelma y Louise. Problemas domésticos, cotidianos, de la vida misma, son abordados por Hallström, aunque quizá con mayor realismo que en otras ocasiones. La infidelidad conyugal, presentada como algo que no sucede de repente, y las consecuencias de la falta de diálogo entre padres e hijos, son los desencandenantes de algunos de los momentos más intensos del film. Grace (Julia Roberts) es una mujer joven, a lo que parece felizmente casada, que tiene una niña pequeña. Su vida discurre plácida en una pequeña población del Sur de los Estados Unidos, donde compatibiliza su trabajo en un negocio familiar de cría de caballos con sus obligaciones domésticas. Hasta que descubre que su marido le engaña. Este hecho desata una crisis que afecta a toda la familia de Grace. Hay una historia bien trabada, y humor y ternura en el tratamiento, aunque se eche en falta algo más de profundidad, de honestidad. Resulta una consideración algo estrecha, por ejemplo, reducir el funcionamiento de un matrimonio al de sus relaciones íntimas. También le pesa algo al guión su vena feminista, pues trata de presentar, dentro de las tres mujeres adultas del relato —la madre y dos hijas— a Emma Rae, la hermana de Grace, como la más madura y realizada; cuando lo cierto es que se trata de la menos dibujada, y la única que no ha llegado a comprometerse en nada concreto en la vida. Resulta curioso ver un relato típicamente sureño firmado por un sueco. Pero el hecho es que Hallström bucea con seguridad en la vida provinciana que retrata. Así lo hace en las reuniones de una asociación de mujeres para obras de caridad. La excelente fotografía de Sven Nykvist, con muchos tonos azules y grises, ayuda al espectador a introducirse en la vida corriente, vulgar si se quiere, de los personajes. Un estupendo reparto, encabezado por una Julia Roberts en alza, y apoyado por secundarios de lujo como Robert Duvall, Gena Rowlands y Dennis Quaid, hacen a la película, si no apasionante, sí bastante grata de ver.

  • Las normas de la casa de la sidra (The Cider House Rules, 1999), película basada en una novela de John Irving por la que volvió a ser candidato a la estatuilla. En los años 40, el doctor Larch (Michael Caine), dirige el orfanato de St. Clouds. A él acuden jóvenes embarazadas, que dejan a su hijo para adopción o, simplemente, abortan ilegalmente. Homer Wells (Tobey Maguire) nació en St. Clouds y, tras fallidos intentos de adopción, creció como el hijo que el doctor Larch nunca tuvo. Así hasta ejercer como médico del orfanato, aun sin titulación alguna. Homer se dedica a los partos y, a pesar de la presión de su mentor, se niega a practicar abortos. Un día, contra la voluntad de Larch, sale del orfanato a ver mundo. Marcha con Candy y Wally, jóvenes novios que han abortado ante la movilización de Wally hacia los frentes de la II Guerra Mundial.“Buenas noches, Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra”. Ésta es la tierna frase con que el contradictorio doctor Larch acuesta a “sus niños” cada noche. Al resultar innegable su desvelo por los huérfanos a su cuidado, llama más la atención, por contraste, su firme apoyo al aborto, en el caso de un niño no deseado. ¿Dónde estarían esos críos encantadores que cuida, llenos de vida, si se hubieran “desechado” cuando se encontraban en el vientre de sus madres? Es el mismo planteamiento que se hace Homer, aunque, como las intenciones de John Irving –novelista y responsable del guión– son manifiestas –el apoyo al aborto, como declaró en su discurso de aceptación del Oscar–, se busca un terrible caso límite de incesto para justificar que el protagonista acabe realizando su primer aborto. Se pone así por obra uno de los lemas del doctor: "Sé útil". El utilitarismo justifica el aborto y lo que haga falta, viene a decir el film. Michael Caine se llevó el Oscar al mejor actor de reparto por su elaborado papel del doctor Larch, el médico abortista adicto al éter. Caine demostró su caballerosidad al recibir el premio, pues se acordó de citar con elogios el trabajo de los otros cuatro candidatos: Jude Law, Tom Cruise, Michael Clarke Duncan y Haley Joel Osment. Además, la película recibió el Oscar al mejor guión adaptado y 7 nominaciones más; el National Board of Review al mejor guión y el Critics' Choice Awards: Top 10 - Películas del año.

  • Chocolat (2000), versión cinematográfica del libro de Joanne Harris. Vianne y Annouk: una madre soltera y su hija. Viajan de aquí para allá, y nunca suelen durar mucho en los pueblos donde deciden quedarse a vivir. El último donde lo intentan es Lansquenet, un villa rural francesa, muy cerrada en sí misma y tristona. Vianne pretende alegrar la vida a la gente abriendo una chocolatería, donde tiene dulces para todos los gustos y necesidades. Igual sirven de afrodisíaco para la mujer cuyo marido no le da todo el gusto que quisiera, que para lograr la atención de la persona amada. Pero el alcalde, fundamentalista recalcitrante, piensa que no es una buena idea inaugurar una chocolatería en Cuaresma. Y hace frente a Vianne. Un cuentecillo servido en forma de delicioso bombón de chocolate, aunque con ocultas dosis de (mala) leche. Vianne se presenta como la persona capaz de iluminar la vida de un grupo de personas vencidas por la rutina diaria y el dominio que ejercen las personas de orden. Pues tenemos, como “lobo feroz” del cuento, a la gente reprimida del pueblo, fanáticos religiosos incapaces de gozar. Lasse Hallström firma la historia y explica que “habla de la intolerancia y de las consecuencias de no permitir a otras personas vivir sus propias existencias y creencias”. Estuvo nominada a diversos galardones.

  • Atando cabos (The Shipping News, 2001). Adaptación de una celebrada novela de Annie Proulx. Cuenta los intentos de Quoyle (Kevin Spacey) por restañar viejas heridas amorosas. Solo con su hija pequeña, sin rumbo vital fijo, decide irse a vivir a un pequeño pueblo pesquero en Newfoundland, donde vive su vieja tía (Judi Dench). Allí, casi por casualidad, consigue un puesto de redactor en un pequeño periódico local. Enseguida va a demostrar dotes especiales para la escritura. Además conocerá a una guapa viuda, Wavey (Julianne Moore), que también arrastra cicatrices emocionales, y de la que se enamora. Lasse Hallström sigue bebiendo de fuentes literarias para contar una historia con sorprendentes e inesperados ribetes mágicos. Pelín gélida (quizá por ser su director nórdico), tiene una interesante galería de personajes, interpretada por un excelente conjunto actoral. Atrapan las escenas en el periódico, divertidas y emotivas.

  • Casanova AKA Giacomo Casanova (2005)En sus memorias, todo un clásico literario a pesar de su dudosa veracidad, el italiano Giacomo Casanova exponía su labor como espía y diplomático, pero sobre todo sus frívolos galanteos amorosos. El director se centra en esta última parte, presentando a un Casanova a punto de ser expulsado de Venecia por las autoridades debido a sus escándalos. Para darles a entender que ha sentado la cabeza, concertará un matrimonio de compromiso, pero poco después se enamora de verdad, de una escritora. Restan mucha credibilidad al asunto que los personajes parezcan del siglo XX, sobre todo la feminista que interpreta Sienna Miller, y el tono de farsa elegido por Lasse Hallström. Pero las localizaciones, decorados y vestuarios evidencian un gran esfuerzo de producción.

  • Una vida por delante (An Unfinished Life, 2005). Einer es un hombre de cierta edad, que regenta un rancho en Wyoming. Tiene como vecino a su mejor amigo, Mitch, quien también ha sido siempre su mano derecha, aunque en la actualidad una lesión causada por un oso lo tiene algo disminuido. Un día se presenta en casa la nuera de Einer, Jean, con una nieta de 11 años, Griff, cuya existencia sencillamente ignoraba. En efecto, Einer y Jean rompieron toda relación cuando el marido de ella (e hijo de él) murió en accidente de tráfico. Como Jean conducía, el suegro la culpa de lo ocurrido. El caso es que Jean ha llegado hasta ahí tratando de buscar un poco de tranquilidad, pues su novio actual ha resultado ser un cafre que la maltrató, y sobre quien pesa una orden de alejamiento. Einer acoge a las recién llegadas sin demasiado entusiasmo, y Jean trata de encontrar trabajo para poder alejarse pronto de su hosco padre político. Sólida película, cuyo principal tema es la necesidad de perdonar y ser perdonado, la sabiduría de pasar página y aprender de los errores. El cineasta se toma el necesario tiempo a la hora de presentar a sus personajes, bien perfilados en el guión del matrimonio Mark Spragg-Virginia Korus. Se trata de papeles bien jugosos, que el magnífico reparto sabe hacer suyos sin problemas. El papel de cowboy maduro le va que ni pintado a Robert Redford, quien ya compuso un personaje de características similares, también en edad, en El hombre que susurraba a los caballos. Jennifer López sigue madurando como actriz, y está muy contenida en este papel dramático de mujer maltratada y valiente, que hará lo que sea necesario para sacar adelante a su hija. Morgan Freeman siempre lo borda todo, y aquí, en un papel secundario, viene a ser la ‘muleta’ que Redford necesita para salir del callejón sin salida del dolor y el resentimiento. También destaca la pequeña Becca Gardner, prácticamente una recién llegada, capaz de enternecer al duro corazón del ‘abuelo’ Redford.
En 1994 se había casado con la actriz Lena Olin, quien aparece en varias de sus películas, entre ellas Chocolat (2000) o Casanova (2005). Previamente había estado casado con Malou Hallström.
En 2006 dirige La gran estafa (The Hoax).  Cuando todo parecía atado, y bien atado, el escritor Clifford Irving se lleva la sorpresa de que McGraw Hill, su editorial, ha decidido no publicar su último manuscrito. Este autor desconocido, que había publicado antes títulos como “Fraude”, decide forzar una reunión con sus editores, asegurando que anda trabajando en un auténtico “bombazo”. En realidad no tiene idea de que les va a contar al día siguiente… Hasta que se le ocurre que podría camelarles afirmando tener los derechos exclusivos de las memorias autorizadas del excéntrico Howard Hughes. El multimillonario, aviador y cineasta es bien conocido por sus rarezas, y no ha sido visto en público desde hace años; Clifford cuenta con ello para mantener el engaño y obtener pingües beneficios. Le ayudan en la tarea su esposa Edith, y su socio y colaborador Dick Suskind. La historia que narra Lasse Hallström es, curiosamente, real, y el mismo Howard Hughes llegó a decir que ni el guionista más calenturiento de Hollywood podía haber imaginado algo semejante. En efecto, los hechos se ven afectados por el efecto “bola de nieve”, en que nuevas mentiras requieren nuevas explicaciones, hasta que se fabrica un edificio cuya estructura podría venirse abajo en cualquier momento. De este modo el film, en lo que a timos se refiere, podría conectarse con títulos como El golpe o Nueve reinas, aunque quizá el que más se le aproxima es El precio de la verdad. Parte del mérito de Hallström, y de su guionista, William Wheeler, es conjugar drama y comedia. Hay situaciones muy disparatadas, casi de vodevil, como la del manuscrito que Clifford y Suskind birlan a un antiguo colaborador de Hughes. Pero también hay lugar para el drama, al abordar los problemas de fidelidad de los dos socios, o esa adopción de la personalidad de Hughes por parte de Clifford. Además se deja espacio para el suspense y el vértigo, como en los momentos de la llamada telefónica de Hughes o su llegada en helicóptero. E incluso hay cargas de profundidad contra el mundo editorial (el dinero manda), empresarial (el papel que acaba jugando Hughes en la historia) y el político (todo vale para seguir en el poder). El reparto está perfecto, tanto en los actores principales (un Richard Gere muy contenido, un Alfred Molina pletórico, divertido y humano) como en los secundarios.
En Siempre a tu lado. Hachiko (Hachiko: A Dog's Story, 2009).  Remake de una película japonesa de 1987, Hachiko Monogatari, que a su vez se inspiraba en un caso real acontecido en la ciudad nipona de Shibuya en 1924. La acción se traslada a Estados Unidos. El film arranca en un aula donde los niños deben hacer una exposición acerca de su héroe favorito. Uno de ellos explica que él admira a Hachi, el perro de su abuelo, lo que despierta el escepticismo y las risas de sus compañeros. Lo que sigue es la historia de cómo este perro, un cachorro akita, “encuentra” en la estación a Parker, un profesor de música. Verdaderamente el animal lo escoge, y aunque la esposa de Parker es reticente a acoger al perro en caso de que no aparezca el dueño, al fin cede en su punto de vista. El can demuestra una increíble conexión con su dueño, le acompaña todos los días al tren y vuelve a casa solo, tiene actitudes de cariño y lealtad que rayan lo increíble. Esto resulta particularmente cierto cuando acontece un hecho inesperado. Algo debe tener el director sueco con los perros, que saltó a la fama internacional con Mi vida como un perro, donde la presencia canina era más bien metafórica. Aquí nos entrega una historia de karma canino, con la que seguro que ha empatizado enseguida su protagonista, el declarado budista Richard Gere. Se trata de una historia emotiva, sobre la lealtad que puede llegar a guardar un perro hacia su amo, con algunos momentos propicios para la lágrima. Tal vez resulta algo moroso y reiterativo el modo en que el director construye la especial relación entre Hachi y Parker, pero la cosa se sigue con interés. Hay acierto, además de con el encantador animal, con el personaje de la esposa, estupenda Joan Allen, y con los secundarios de la estación, la dueña de una tienda de libros, el tipo que tiene un puesto de perritos calientes, y el jefe de la estación. El tono mágico de la cinta, al que ayuda la omnipresente partitura de Jan A.P. Kaczmarek, puede retrotraer también a ¿Bailamos?, cinta remake de un título japonés que también tuvo a Gere como cabeza de cartel. Aunque puestos a comparar con filmes caninos coetáneos, donde el chucho protagonista se convierte en sorprendente elemento aglutinador de la familia, nos quedamos con Una pareja de tres.
En Querido John (Dear John, 2001). John es un soldado norteamericano, de permiso en su costera ciudad natal. Allí pasa las vacaciones Savannah, una jovencita de buena familia. Y rápidamente surge el amor, apasionado, son dos semanas muy intensas, en que además ella muestra una especial conexión con el padre viudo de él, un tipo cercano al autismo, obsesionado con su colección de monedas. Cuando llega la hora de partir, John y Savannah se prometen –y cumplen con ello– intercambiar cartas para mantener viva la llama del amor. Pero el inesperado ataque del 11-S lleva a John a plantearse la cuestión de reengancharse en el ejército, todo sea por servir a su país. Lo que no está claro es si Savannah podrá aguantar que la separación de ambos se prolongue con esta decisión. Nueva adaptación de una novela del popular contador de historias 'romanticonas' Nicholas Sparks (El diario de Noah, Nights in Rodhante). El director sueco se pliega al material del autor de best-sellers que tiene entre manos, y da exactamente lo que cabe esperar: los altibajos amorosos de una pareja insoportablemente guapa, Channing Tatum con su atlético 'body' de surfero, la rubita Amanda Seyfried con sus ojos claros y aspecto angelical. Siguiendo el modelo 'culebrón' se ofrece un doble caso de autismo –el padre del protagonista, estupendo Richard Jenkins, y un niño criado por su padre–, una situación de guerra en Afganistán, el clásico jovenzuelo 'borde' que ve cómo John le pisa el terreno, las cartas 'conmovedoras', el trágico 'destino'...
La pesca del salmón en Yemen (Salmon Fishing in the Yemen, 2011). La presencia de Gran Bretaña en zonas calientes del globo como Irak y Afganistán no contribuye precisamente a mejorar las relaciones con el mundo árabe. El primer ministro presiona para dar con algún proyecto que pueda ayudar, y su eficiente jefa de prensa Patricia cree encontrarlo en un plan de un jeque multimillonario que suena a completo disparate: la introducción de la pesca de salmón en Yemen. El experto Fred Jones no cree en la idea visionaria del jeque, Yemen no reúne ninguna condición favorable, pero obligado por sus superiores se ve obligado a estudiar la viabilidad, justo en un momento en que su matrimonio atraviesa una situación delicada. Le sirve de enlace con el jeque la muy competente Harriett Chetwode-Talbot, cuyo novio, militar, acaba de ser destinado en Afganistán. La pesca de salmón en Yemen es una adaptación de la divertida novela de Paul Torday a cargo del oscarizado Simon Beaufoy (Slumdog Millionaire) en lo concerniente al guión, y con la muy competente dirección de Lasse Hallström. Tiene mucho mérito esta versión para la pantalla, que conserva el fino humor británico del original, pero que estaba obligada a salir del atolladero de la estructura primigenia, el intercambio de correos electrónicos entre los distintos personajes. Tal recurso sigue teniendo algo de presencia, pero la historia toma aire y aumenta su campo planteando algunas cuestiones que en el mejor de los casos Torday simplemente apuntaba. De modo que la idea de un proyecto descabellado, que da pie a pasajes muy divertidos, invita a reflexionar sobre la fe en un mundo donde, al menos en Occidente, se ha perdido en gran parte el horizonte de lo trascendente: no lo controlamos todo, pueden ocurrir sucesos que objetivamente considerados parecen milagrosos por lo improbable de su ocurrencia, en otras culturas se vive de otra manera, hay menos cinismo... Está introducida con gran naturalidad la necesidad del entendimiento entre Oriente y Occidente, con la apertura a otras mentalidades y la lacra del terrorismo fundamentalista, pero también el oportunismo político y la obsesión por la imagen y las apariencias. Y todo ello traspasado por el humor, aunque no falta dramatismo cuando hace falta, especialmente en el último tramo, con un desenlace que funciona, y que en otras manos sonaría a tópico. Aunque todo lo dicho hasta suena a trama de sátira política y punto, lo cierto es que uno de los méritos de La pesca de salmón en Yemen es su componente humana, plasmada en la composición de dos personajes muy sólidos (Ewan McGregor y Emily Blunt), que estrechan su relación de un modo muy natural y sin transitar caminos trillados, a pesar de sus caracteres contrapuestos: él es como un ratón de biblioteca que sólo sabe de pesca, ella una mujer abierta y cosmopolita, y sus previos compromisos componen una madeja de enorme interés sobre el amor, la entrega y el compromiso. También tiene gran mérito en el capítulo interpretativo la tronchante jefa de prensa que compone Kristin Scott Thomas –asombroso cómo concilia familia y trabajo, y el modo en que maneja a los políticos–, y el difícil papel del jeque, que compone Amr Waked.
Un cuarto de siglo después de emprender su aventura hollywoodiense, Lasse Hallström regresa a su país para rodar, junto a su esposa Lena Olin, El hipnotista (Hypnotisören (The Hypnotist), 2012). El salvaje asesinato de una familia en su casa de Estocolmo pone en marcha una investigación policial. La falta de pistas hace que el comisario Joona solicite la ayuda del famoso hipnotizador Erik Maria Bark, para interrogar al único superviviente: un chico de 15 años, que se encuentra en estado de shock. La investigación toma un cariz inesperado cuando el hijo de Bark es secuestrado. Adaptación de la novela negra de Lars Kepler. De reciente estreno en España, concretamente el 12 de julio de 2013.
En abril de 2013 estrena en España, Un lugar donde refugiarse (Save Haven, 2013). Katie Feldman llega a una pequeña localidad costera llamada Southport, en Carolina del Norte, con la intención de rehacer su vida de una manera tranquila. Alquila una vieja cabaña y consigue un trabajo como camarera en el café local, cuenta con la esperanza de pasar desapercibida. Pero a pesar del casi impenetrable muro emocional que ha creado para protegerse, se siente atraída por el cariño y la consideración genuinos de esta pequeña y unida comunidad, especialmente del dueño del supermercado, Alex, que es viudo, y sus dos hijos pequeños. Katie empieza a confiar de nuevo en los demás. Alex y su pequeña prole le enseñan a vivir de nuevo las alegrías del amor. Pero las cosas no son tan sencillas como parecen y su felicidad reciente se ve amenazada por los secretos que le siguen atormentando. Nueva adaptación de una obra de Nicholas Sparks. Hasta ahora su última película.





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