sábado, 20 de abril de 2024

Ladrones con encanto

El pasado 15 de abril se conmemoraba el vigésimo quinto aniversario de La trampa (Entrapment), dirigida por Jon Amiel y protagonizada por Sean Connery y Catherine Zeta-Jones. Uno de los encantos de La trampa es el recobrar el encanto de películas clásicas, donde el robo se presenta como casi un arte, y donde los actores son algo más que una mera presencia. Recordamos tres títulos que combinan el golpe perfecto con el romance.

1. Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief), 1955)

Con Cary Grant y Grace Kelly, y la dirección de Alfred Hitchcock. Está basada en la novela homónima, publicada en 1952 por David Dodge.​ La acción de la novela se desarrolla en 1951. A pesar de que John Robie "El Gato" (Cary Grant) ha abandonado su oficio de ladrón de joyas, se convierte en el principal sospechoso de una serie de robos de piedras preciosas en los más lujosos hoteles de la Riviera francesa; así que no tendrá más remedio que demostrar su inocencia. Cuando conoce a una caprichosa heredera (Grace Kelly), ve la oportunidad de desenmascarar al misterioso ladrón, utilizando como señuelo las fabulosas joyas de la madre de la joven.
Grace Kelly y Cary Grant en Atrapa a un ladrón (1951)
Una de las películas consideradas menores del genio Alfred Hitchcock, oscurecida por la brillantez de La ventana indiscreta (1954) o Crimen perfecto (1954) rodadas en el mismo período. Con Atrapa a un ladrón, Hitchcock se decanta más hacia la comedia romántica, dejando en un segundo plano la intriga. Toda la película desprende un glamour delicioso, pero la escena del beso en el umbral de la puerta es sencillamente irresistible.

2. Cómo robar un millón y... (How to Steal a Million, 1956)

La hija de un acaudalado francés, que se dedica a la falsificación de obras de arte, se entera de que su padre corre peligro de ser descubierto y decide robar la escultura falsificada de Cellini. La escultura ha sido cedida a un museo, pero antes de que los expertos puedan examinarla y se den cuenta de que no es verdadera, Nicole decide contratar los servicios de un ladrón de guante blanco, llamado Simon Demott. Su misión es robar una estatua valorada en un millón de dólares y que el padre de Nicole no ingrese en prisión por falsificación. Dirigida por el conocido cineasta William Wyler, la cinta está protagonizada por la gran Audrey Hepburn y Peter O’Toole.
Audrey Hepburn y Peter O’Toole en Cómo robar un millón y... (1956)
Un humor sutil y una trama ligera, sumados a la singular fotogenia de Hepburn, contribuyeron a hacer de este filme un nombre de referencia dentro de la comedia clásica de Hollywood. La sofisticada secuencia del robo nocturno combina suspense, comedia y romanticismo.

3. Charada (Charade, 1963)

Dirigida por Stanley Donen Tras pasar unas vacaciones en una estación de esquí donde ha conocido a Peter Joshua (Cary Grant), Reggie Lampert (Audrey Hepburn) va a pedir el divorcio a su marido. Pero cuando llega a París descubre que éste ha sido asesinado y su apartamento está vacío. En la embajada americana le informan de que su marido, junto a otros cómplices, habían robado un cuarto de millón de dólares al gobierno de los Estados Unidos. El dinero ha desaparecido y todos creen que lo tiene Reggie. Peter le ofrece su ayuda pero, a medida que los cadáveres aumentan, para Reggie cada vez es más difícil saber en quién puede confiar. Enredo continuo y elegante, con los rostros de Audrey Hepburn, Cary Grant y Walter Matthau.
Cary Grant y Audrey Hepburn en Charada (1963)
Con guion de Peter Stone escrito a partir de otro guion suyo y de Marc Behm llamado The Unsuspecting Wife y de su transformación en la novela Charade, que fue publicada como libro y también por entregas en la revista femenina Redbook. una intriga de altos vuelos con momentos de comedia y romance al más puro estilo clásico.

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