Ella quiere divorciarse, él organiza un viaje para darse una última oportunidad a los lugares de su amor. En su primer largometraje, una entrañable comedia agridulce, Florent Bernard maneja felizmente la verdad y la emoción.
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| Un cine que no se sustente tanto en la puesta en escena como en el argumento |
En manos de Sandrine (Charlotte Gainsbourg), todas las latas de refresco explotan. Sin embargo, está tranquila, tranquila, casi paralizada. Demasiado estable. Además, aquí está ella pidiendo permiso para divorciarse a sus dos hijos. Su padre, Christophe (José García), ocupado con su trabajo, nunca responde las insinuaciones que le deja. Ella lo deja. Él, en un arrebato de orgullo, organiza un fin de semana para salvar su matrimonio y su familia; Christophe los confunde en gran medida. Un viaje por carretera para recuperar a su mujer, con sus dos hijos adolescentes en el asiento trasero. Un viaje pasando por los lugares claves de la historia de su familia. Un viaje que no será para nada lo esperado... Tierno y cruel, el primer largometraje de Florent Bernard.
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