domingo, 25 de septiembre de 2016

Sabores de cine (X):

(cont.)
La famosa y excelente gastronomía francesa la hallaremos entre otras en:
  • Le petit Marguery (Au petit Marguery, 1995), sobre un restaurante parisino cierra sus puertas tras permanecer varias décadas abiertas. Su última cena estará compuesta por amigos, familia, vecinos y clientes. 
  • Un Chef enamorado (Le mille et une recettes du cuisinier amoureux, 1996) de Laurente Benegui y Nana Dzhorzhadze. Corren los años veinte del siglo XX en Georgia, y son tiempos difíciles. Pero esto no es problema para un chef francés, vividor y extravagante, que se enamora de una hermosa princesa francesa. : Nominada al Oscar: mejor película de habla no inglesa. Festival Internacional Karlovy Vary: Mejor actor (Pierre Richard)
Resulta agradable recordar la escena de Panorama para matar (1985), en la que James Bond (interpretado por Roger Moore) instruye a Tanya Robert sobre la cocina francesa: 
- Voilá, Quiche de cabinet. Un nombre interesante. 
- Y ¿Qué es?
- Una tortilla."
Woman on top (2000) de Fina Torres, describe la cocina brasileña a través de Isabella. La película es una invitación, a conocer las playas de América y su calidez; a bailar y dejarse llevar por el sabor de la música y sobre todo a comer, pues créanme mis estimados cinéfilos, que al término de la cinta uno termina por ir al refrigerador en busca de un picante bocadillo.
En el cine español, tenemos las grandes cenas de Viridiana (1961) o de El ángel exterminador (1962), ambas de de Luis Buñuel; las paellas de Luis García Berlanga; su producto estrella, Jamón, Jamón (1992) de Bigas Luna, o la Dieta mediterránea (2009) de Joaquín Oristrell, esta película pretende aportar a esas obras el concepto de "lo mediterráneo"; lo mediterráneo como manera característica y única de entender la vida. 
Un papel de primer orden es el que juega la comida en la filmografía de Almodóvar. Su cine es un auténtico imperio de los sentidos, un modo de excitar cada uno de ellos y, entre todos, el del gusto encuentra una relevancia muy especial. En sus increíbles historias, la cocina se presenta como un espacio de singular intensidad emocional y comunicativa, la cocina, no tanto el comedor. Un espacio, pues, estrechamente ligado a lo materno, (clave hermenéutica fundamental para el acercamiento a su vida y filmografía), más que el comedor que parece remitir preferentemente a lo familiar en su conjunto. Ese singular espacio de la cocina muestra su relieve en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), La flor de mi secreto (1995), Volver (2006), Los abrazos rotos (2009), La piel que habito (2011), Los amantes pasajeros (2013), y las más reciente, Julieta (2016).
Hollywood, por su parte, nos ha mostrado varios ejemplos elocuentes de identidad gastronómica estadounidense. Es el que encontramos en Pulp fiction de Quintin Tarantino, donde la “comida rápida” de batidos y hamburguesas se sitúa en un primer plano tanto en las primeras como en las últimas secuencias. También casi hemos podido disfrutar con perritos calientes, gigantescos y apetitosos sándwiches, malteadas de la década de 1950, provocativos pollos fritos, suculentas pizzas y enormes helados. 
Quién no recuerda el orgásmico sándwich de Sally sentada frente a Harry –todos queríamos uno igual-, en la película Cuando Harry encontró a Sally (When Harry Met Sally, 1989) de Rob Reiner. 
Y ha reflexionado sobre la comida rápida o comida basura como en el documental ganador de Sundance, Super size me (2004) de Morgan Spurlock, en la que el director investiga en su propio cuerpo los efectos de la comida basura, comiendo sólo y únicamente en McDonald's, tres veces al día durante todo un mes. 
Y, qué decir del pavo del “día de acción de gracias” lo hemos  podido contemplar en  las más  variadas dinámicas familiares en una infinidad  de películas estadounidenses, entre la que podríamos recordar Hannah y sus hermanas (Hannah and her Sisters, 1986) de Woody Allen, en la que tal celebración anuda todo el desarrollo argumental.
La joven de las especias (Mistress of Spices, 2005), de Paul Mayeda Berges. Se basa en la novela The Mistress of Spices de Chitra Banerjee Divakaruni. Las especias que ofrece a sus clientes les ayudan a satisfacer sus necesidades y deseos, tales como "madera de sándalo para disipar los recuerdos dolorosos, o las semillas de comino negro para proteger contra el mal de ojo". Nos muestra que tanto la comida como la vida necesitan una pizca de sal y picante para darles el toque de sabor que ambas requieren.
Y Un toque de canela (Politiki kouzina, 2003), de Tassos Boulmetis. Definida como la versión mediterránea de Como agua para chocolate, una película alrededor de la comida que combina con gusto los sentimientos y las "especias" adecuadas para satisfacer el mayor número de corazones y paladares, consiguiendo un gran éxito de público, el favor de la crítica y la nominación por parte de Grecia para representar al país heleno en los Oscar.
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario