viernes, 13 de octubre de 2023

Homenaje a Akira Kurosawa, en el vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento (VI)

(cont.)

Kagemusha, la sombra del guerrero (Kagemusha, 1980)

Shingen es un poderoso caballero y guerrero medieval -la trama se desarrolla en el siglo XVI- que ha llegado a ser tan legendario como sus banderas de guerra, que llevan la leyenda: `Veloz como el viento, silencioso como el bosque, feroz como el fuego, grandioso como la montaña´. Sueña con convertirse en el emperador de Japón. Tras resultar gravemente herido en un combate, lo que le lleva a las puertas de la muerte, Shingen ordena a su séquito la búsqueda de un doble -un kagemusha- para reemplazarlo de modo que sus enemigos no aprovechen su muerte para obtener la victoria final. Encuentran a un hombre de parecido asombroso, un criminal de poca monta, que acepta el encargo, pero que tiene que hacer un gran esfuerzo para parecerse al líder del ejército. Cuando éste es descubierto, el hijo del militar aprovecha la situación para tomar el poder. En uno de sus últimos trabajos, Kurosawa volvió a firmar una obra maestra del calado de sus recientes Dersu Uzala o Ran, o de sus películas clásicas como Yojimbo, Los siete samuráis o Rashomon. No se puede decir nada negativo de este épico espectáculo, que reconstruye la época a la perfección y que cuenta con unos intérpretes excelentes. Los realizadores norteamericanos Francis Ford Coppola y George Lucas eran admiradores declarados del maestro del cine japonés, por lo que le ayudaron a conseguir la financiación necesaria para la película y figuran en los títulos de crédito como productores ejecutivos de la versión internacional. En su momento, las batallas del numeroso ejército de Shingen contra sus enemigos, dejaron patidifuso al público, por su gran espectacularidad. Sólo el propio Kurosawa consiguió igualar el nivel en Ran, su siguiente trabajo. Directores como Mel Gibson en Braveheart y Francis Ford Coppola en Drácula, reconocen que se inspiraron en Kurosawa.

Ran (1985)

La versión de Akira Kurosawa de la tragedia de El rey Lear. El maestro japonés acude a Shakespeare -cambiando hijas por hijos- para contar una historia sobre la filiación y la paternidad, y los sentimientos de gratitud. Ambientada en el siglo XVI, el anciano Hidetora ha decidido repartir sus tierras entre sus tres retoños, unos hombres ya hechos y derechos. Lo que desata la ambición de dos, mientras que el que parecía más despegado es el que mejor reacciona. La película tuvo cuatro nominaciones al Oscar, materializando la del vestuario.

Los sueños de Akira Kurosawa (Yume AKA Akira Kurosawa’s Dreams, 1990) 

Película compuesta de ocho cortometrajes. Son ensoñaciones dispersas, independientes, pero engarzadas entre sí por deseos, angustias y añoranzas. La historia de Yo, desde su infancia hasta su vejez, sirve para mostrar las relaciones del hombre con el mundo, el arte, la espiritualidad, la muerte. Los ocho relatos (extraídos de sueños de Kurosawa) reflejan lo cambios experimentados por Japón a lo largo de un siglo.

Rapsodia en agosto (Hachi-gatsu no kyôshikyoku, 1991)

Una anciana recuerda y cuenta a sus nietos lo que vivió de joven, la sociedad de su tiempo y lo que supuso la guerra. Un joven sobrino americano (Richard Gere) escucha también la historia. Drama de Akira Kurosawa, uno de los mejores directores del mundo, que reflexiona sobre el horror de la guerra y habla de la familia. Entre el reparto (desconocido para la mayoría) destaca la presencia de Richard Gere, tras el éxito de Pretty Woman.

Madadayo (1993)

La última película que dirigió Akira Kurosawa. Es un sentido y nostálgico homenaje a la noble profesión de la enseñanza, y un reconocimiento de la sabiduría que se alcanza en la ancianidad, si antes se ha procurado llevar una vida digna. El director ya había dejado constancia en su autobiografía del respeto que le merecían algunos profesores que habían influido en su trayectoria. Así, admitía que de pequeño la palabra 'profesor' era para él sinónimo de 'persona espantosa'; por ello consideraba "una extraña bendición que en ese tiempo me encontrase con una educación tan innovadora y libre, con tal impulso creativo, como la que impartía entonces el Sr. Tachikawa". Vistas así las cosas se entiende el mucho sentimiento que puso Kurosawa a la hora de describir la trayectoria del profesor Hyakken Uchida, y el homenaje entusiasta que le otorgan sus antiguos alumnos en una reunión alegre, donde afloran los recuerdos, con motivo del cumpleaños. El título hace referencia a una canción que le cantaban los alumnos, en que a la pregunta  "Mahda-kai" ("¿Estás listo para irte al otro mundo?"), a lo que él responde: "Madadayo" ("No, todavía no").

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