sábado, 7 de octubre de 2023

Homenaje a Akira Kurosawa, en el vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento (I)

Akira Kurosawa es uno de los grandes directores que ha dado la historia del séptimo arte y un puente cinematográfico entre Oriente y Occidente. Una de sus películas más famosas, Los siete samuráis, fue reconvertida en un popular wéstern: Los siete magníficos de John Sturges; Rashomon dio pie a Cuatro confesiones de Martin Ritt y el director italiano Sergio Leone tomó prestada la trama de Yojimbo para transformarla en Por un puñado de dólares. Incluso George Lucas siempre ha reconocido que La fortaleza escondida tuvo una importantísima influencia en la génesis de La guerra de las galaxias. Al mismo tiempo, Kurosawa hizo suyas grandes obras de la literatura occidental. Llevó a la pantalla El idiota de Dostoievski, Bajos fondos de Gorki y algunas tragedias de Shakespeare. Macbeth se convirtió en Trono de sangre y El rey Lear en Ran.
El 6 de septiembre se cumplieron 25 años de la muerte de Akira Kurosawa, una fecha que en TCM no podíamos dejar pasar. Todos los miércoles del mes la programación de nuestro canal se llenará con las historias de este gigante de la cinematografía mundial emitiendo algunas de sus mejores películas, como Trono de sangreYojimboLos sueños de Akira KurosawaEl infierno del odio,  Rashomon -por la que en 1951 ganó el León de oro de la Mostra de Venecia- o Los siete samuráis, que obtuvo el León de Plata en el mismo festival tres años después.
En el cine de Kurosawa encontramos historias de guerreros, ambientadas en el Japón tradicional, pero también pequeños relatos protagonizados por seres normales y corrientes. Es el caso de Vivir, en la que un funcionario encuentra sentido a su vida cuando le diagnostican un cáncer, o Dersu Uzala, uno de los cantos a la naturaleza más bellos que se filmado nunca en el cine, la relación entre un cazador y un militar en el marco de la estepa siberiana.
Akira Kurosawa murió a los 88 años, el 6 de septiembre de 1998, dejando un inmenso legado cinematográfico, del que destacamos las siguientes películas:

La leyenda del gran judo (Sugata Sanshirô, 1943)

1883, a principios de la era Meijii. Sanshiro Sugata es discípulo de Shogoro Yano, un maestro de judo. A lo largo de su aprendizaje y de sus combates aprenderá los principios y valores primordiales de una filosofía que le permitira guiar sus pasos en la vida. Ópera prima de Akira Kurosawa, que llevó a la gran pantalla su pasión por el judo con esta épica adaptación de la obra de Tsuneo Tomita, hijo de un legendario luchador de judo. 

La más bella (Ichiban utsukushiku, 1944)

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), varias mujeres trabajan en una empresa de instrumentos de óptica. Bajo el control paternalista del director de la fábrica, luchan para conseguir la máxima calidad en difíciles condiciones. A pesar de las enfermedades y los problemas con los que se enfrentan, viven entregadas a su trabajo y a la causa de su país. El jefe de equipo, cuya mujer se está muriendo, se esforzará por dar ejemplo a los demás mostrando una voluntad de acero. Es una historia de esfuerzo y superación colectiva que no puede escapar de esa vertiente propagandística, pero que tiene momentos que demuestran la gran maestría del realizador. Durante el proceso de rodaje las actrices protagonistas tuvieron que convivir en la fábrica real en la que transcurre la trama.

Los hombres que caminan sobre la cola del tigre (Tora no o wo fumu otokotachi, 1945)

Japón medieval. Un samurai huye de su hermano. Tanto él como sus guardaespaldas tienen que disfrazarse de sacerdotes para atravesar un bosque y eludir a los guardias de la frontera. Un titulo precioso para la única película del director que adapta el teatro Kabuki. En concreto está basada en Kanjincho, una de las más excelsas, que se trata a su vez de una adaptación que el escritor Namiki Gohei III realizó hacia el 1840 de otra famosa obra anónima de Noh titulada Ataka.

La nueva leyenda del gran judo (Zoku Sugata Sanshirô AKA Sanshiro Sugata II, 1945)

Sanshiro Sugata tiene que enfrentarse a nuevos retos y luchar contra adversarios cada vez más difíciles, pero no por ello dejará de aprender, a través de las artes marciales, una filosofía que le permitirá orientar su vida. Akira Kurosawa regresa al Yokohama de 1887, para hablarnos de respeto por las grandes tradiciones de su país, para hacer un sensible alegato contra los negocios sucios en el deporte y para mostrar a pesar de su escepticismo que, el cuidado de Dios es acción perfecta, siempre que el hombre actúa manteniendo su dignidad.

No añoro mi juventud (Waga seishun ni kuinashi, 1946)

Se permite una revisión ideológica, desde la actualidad, sobre la historia de Japón y  encierra en su trama una importante crítica social. La protagonista, Yukie, es hija de un profesor universitario. Su padre es echado de su trabajo por sus enseñanzas políticas a los jóvenes alumnos. La censura es un tema principal en este film de Kurosawa, dado que el novio de Yukie también es atacado por esta. El joven es arrestado y ejecutado por ser acusado de espionaje.
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario