Artista completo, el legendario actor y director también marcó el tono. "Debemos luchar para liberar al mundo, para abolir las fronteras y las barreras raciales, para acabar con la codicia, el odio y la intolerancia. Debemos luchar para construir un mundo de razón, un mundo donde la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos. Soldados, en nombre de la democracia, ¡unámonos!" Cuando Charlie Chaplin escribió el discurso de clausura de su película El gran dictador (The Great Dictator, 1940), la Segunda Guerra Mundial aún no había estallado. Pero el ascenso del nazismo y la Noche de los Cristales Rotos (1938) inspiraron esta sátira en la que interpreta a un barbero judío y al dictador Adenoid Hynkel, una referencia explícita a Adolf Hitler.
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| Charles Chaplin, al fondo, trabajando con Meredith Willson, en la música de El gran dictador (1940) |
Un humilde barbero judío que combatió con el ejército de Tomania en la Primera Guerra Mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa de un accidente de avión, no recuerda prácticamente nada de su vida pasada, y no conoce la situación política actual del país: Adenoid Hynkel, un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de la situación de crisis que vive el país. Paralelamente, Hynkel y sus colaboradores han empezado a preparar una ofensiva militar destinada a la conquista de todo el mundo.
Chaplin colaboró en la banda sonora con el compositor estadounidense de 38 años, Meredith Willson, quizás mejor recordado hoy en día por The Music Man (1957), el exitoso musical de Broadway para el que escribió el guion, la letra y la música.
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