"Le mélange des genres” de Michel Leclerc: “Una película que cuestiona el feminismo pero se enreda en él 9/5

Después de las exitosas comedias Los nombres del amor (Le Nom des gens, 2010), Lucha de clases (La Lutte des classes, 2019) o Les goûts et les couleurs (2022), Michel Leclerc regresa con una comedia sobre las relaciones entre hombres y mujeres en la era post-MeToo, Le mélange des genres (2025), pero lamentablemente no encuentra el tono adecuado. La película está llena de torpezas: un guión laborioso, lleno de clichés y grandes malentendidos, personajes increíbles y un mensaje cuestionable. Porque el cineasta adopta un ángulo sorprendente: las feministas son caricaturizadas, ridiculizadas y representadas como violentas, mientras que los hombres son retratados como víctimas.

El personaje principal, un hombre tan deconstruido que se describe a sí mismo como demolido, es acusado injustamente de violación por una policía que se esconde con los Hardies, un grupo feminista de cuyos miembros ella sospecha que son cómplices del asesinato de un marido violento. Finalmente, el violador que no lo es, luego de recibir una paliza, termina agradeciendo a su acusadora por la hermosa lección de vida. Gran moraleja. Sólo los actores consiguen salvar un poco esta comedia: Benjamin Lavernhe, conmovedor como un hombre demasiado bueno para ser tóxico, y Léa Drucker, convincente como una policía dura que descubre los beneficios del feminismo.

El argumento: Simone, una policía de ideas conservadoras, se infiltra en un colectivo feminista. Investiga a activistas por sospecha de complicidad en el asesinato de un marido violento. En ese ambiente, Simone se abre poco a poco a las ideas feministas. Pero su tapadera es muy débil. Para desviar la atención y salir de esta mala situación, Simone no encuentra nada mejor que acusar aleatoriamente a un hombre de haberla agredido sexualmente. Pero Paul, el hombre al que ella acusa, un actor fracasado que vive a la sombra de su esposa, es el más gentil e inofensivo de los hombres. Simone, devastada por lo que ha hecho, intenta enmendarlo, pero es demasiado tarde: la acusación se hace pública y Paul se convierte en el objetivo del colectivo.