domingo, 12 de mayo de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (IV)

(cont.) 
Años 1930
  • Anna Christie (1930), de Clarence Brown. Gran adaptación de la obra teatral de Eugene O'Neill, para uno de los mayores éxitos de Greta Garbo a nivel popular. Melodrama de estilo clásico, con una joven que intenta rehacer su vida y a la que su oscuro pasado persigue sin tregua, contiene excelentes interpretaciones (formidable Marie Dressler), y un acusado sentido de la narrativa fílmica. La película tuvo dos versiones- Además de las versiones en inglés y alemán (dirigida por Jacques Feyder) de esta película, también se realizó una versión muda con títulos. Y, fue nominada a tres Oscar. 
  • La divorciada (The Divorcee, de 1930) de Robert Z. Leonard. Melodrama de gran fuerza dramática, con un guión adaptado de la novela Ex-Wife de Úrsula Parrot, con Norma Shearer estrenándose como protagonista absoluta y ganando el preciado Oscar a la mejor actriz dramática, y acompañada nada menos que de unos jovencísimos Robert Montgomery y Clark Gable. La Shearer borda un papel que luego retomaría, en cierto sentido, en la magistral Mujeres de George Cukor (1939).
  • El presidio (The Big House, 1930) de George Hill. Un pequeño clásico del cine carcelario, que convirtió en estrella a un inolvidable Wallace Beery, acompañado de algunos de los mejores secundarios masculinos de la época (Phillips Homes, por ejemplo). La historia fue inspirada por una oleada de disturbios en 1929 y la consiguiente investigación federal. A partir de esos hechos, George Hill escribió un relato de veintisiete páginas llamado El reino del terror: una historia de crimen y castigo. El presidio fue una de las primeras películas de prisiones hecha y fue una gran influencia en el género.
  • Fruta amarga (Min and Bill, 1930), de George Hill. Famoso melodrama sobre una pareja a la que quitan la tutela de sus hijos, que casi ha adquirido el rango de mítica, aunque hoy en día haya perdido buena parte de su encanto. Wallace Beery y Marie Dressler (que logró el ansiado Oscar) realizan memorables actuaciones en una oelícula cuidada y realista (para el cine comercial de ese momento).
  • El campeón (The Champ, 1931), de King Vidor. Uno de los mayores triunfos en taquilla de su director, y para muchos, el germen del melodrama lacrimógeno moderno —entiéndase, luego imitado hasta la saciedad en los 1930, 1940 y 1950—. Con esta película, Wallace Beery y el niño Jackie Cooper consolidan su estrellato a nivel internacional. Historia de boxeo y de superación personal que se convirtió en el mayor éxito de la Metro en 1931. Hay dos versiones más de esta película: la de Robert Z. Leonard (1953), titulada The Clown, y la de Franco Zeffirelli (1979), con Faye Dunaway, Jon Voight y Rick Schroeder, también titulada The Champ.
  • Alma libre (A Free Soul, 1931) de Clarence Brown. En su día, se la consideró una de las mejores películas del primer Hollywood sonoro, y este drama negro-judicial influyó terminantemente en su género. Lionel Barrymore, Joan Crawford y Clark Gable brillan con plenitud en esta hermosa cinta. También interviene Leslie Howard ((la primera aparición conjunta de los futuros Ashley Wilkes y Rhett Butler, de Lo que el viento se llevó (1939). La película es una adaptación de Becky Gardiner y John Meehan de la obra de Willard Mack, que está basado en el libro de Adela Rogers St. Johns. Alma libre se convirtió en una película muy famosa por 14 minutos ininterrumpidos donde Barrymore hace un monólogo, que le valió el premio Oscar al mejor actor ese año 1931. Norma Shearer fue nominada al Oscar a la mejor actriz y Clarence Brown a la mejor dirección.
  • Gran Hotel (Grand Hotel, 1932) de Edmund Goulding. Un verdadero hito del cine estadounidense por tres razones: por ser la primera película en cuyo reparto se encuentran reunidas todas las grandes estrellas del estudio (Greta Garbo, John Barrymore, Lionel Barrymore, Joan Crawford, Wallace Beery, Lewis Stone...), por su fascinante halo romántico (entre la Garbo y John Barrymore) y por ser una de las superproducciones más exitosas de su tiempo. Las diferentes historias de los huéspedes de un elegante hotel es el argumento de esta película de brillante reparto. Obtuvo tan sólo un Oscar, pero fue el de mejor película. Realmente notable.
  • Tarzán de los monos (Tarzan the Ape Man, 1932) de W. S. Van Dyke. La adaptación del famoso personaje de Edgar Rice Burroughs, protagonizado por un imponente campeón olímpico de natación, supuso un título clave del género de aventuras. La película que inauguró una de las series más longevas de la historia del cine. La Metro rodó solamente las primeras (desde esta hasta Tarzán en Nueva York en 1942), pero el actor protagonista —mítico Johnny Weissmüller— siguió en el rol que le había inmortalizado hasta 1945. Sobresalen, además de esta primera entrega, Tarzán y su compañera (1934), Tarzán y su hijo (1939) y El tesoro de Tarzán (1941), con la inolvidable Maureen O'Sullivan como compañera en pantalla del forzudo personaje central.
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