sábado, 9 de marzo de 2013

Mujeres y literatura

Recordamos a mujeres que dejaron su marca en la historia de la literatura. Por distintos motivos: desafiar el poder establecido, inventar nuevos géneros, ampliar los límites del lenguaje o ser pioneras en logros que tradicionalmente se reservaban a los hombres. 
Aquí van lagunas de las elegidas (¡y claro que podrían citarse muchas otras más... ya tendrán oportunidad de sugerirlas ustedes!):

Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) 


Nació en México bajo el nombre Juana de Asbaje y Ramírez, pero se hizo más conocida por su nombre religioso. Precoz en su habilidad para leer y escribir, y ávida de conocimientos, de muy joven ingresó a la corte del virrey para ser dama de compañía de Leonor de Carreto, su esposa, y luego se introdujo en la Orden de las Jerónimas. Eran épocas en que no era posible para una mujer acceder a los claustros académicos de otra forma. Escribió obras religiosas y profanas; las primeras, bajo la forma de coplas y villancicos; las segundas, bajo la forma de sonetos y redondillas. Y también escribió cartas; la más memorable, aquella encendida autodefensa de su tarea intelectual dirigida al obispo Manuel de Santa Cruz, escondido bajo el seudónimo de Sor Filotea, en el escrito que se dio en llamar Respuesta a Sor Filotea de la Cruz. Murió tempranamente en una epidemia.

María Rosa de Gálvez (1768-1806)

Aunque su producción literaria se inscribe en la primera década del XIX, María Rosa de Gálvez, nacida en la localidad malagueña de Macharaviaya en 1768, es la escritora más destacada del siglo XVIII. El pensamiento ilustrado y los esquemas formales del neoclasicismo se encuentran en la base de su obra: cultivó la poesía, magnífico ejemplo de la lírica de entresiglos, y el teatro, y dentro de este género, la comedia de costumbres y la comedia sentimental, además de la tragedia bíblica, la de inspiración histórica o el drama. La mayor parte de sus textos dramáticos, que pueden leerse en nuestra Biblioteca, tratan de manera monográfica sobre la experiencia femenina en general y, en concreto, sobre la posición de las mujeres en los inicios del siglo XIX.

Mary Wollstonecraft Shelley (1797-1891) 


Pionera en el género del terror con su temprana obra Frankenstein o el moderno Prometeo, Mary Shelley fue también capaz de instaurarse como escritora profesional e independiente en la Inglaterra del siglo XVIII. Se la considera una de las precursoras de la filosofía feminista.

Amandine Aurore Lucile Dupin, baronesa Dudevant... o George Sand, su seudónimo (1804-1876) 

George Sand fue una escritora francesa. No satisfecha con ser culta y divorciada (dos novedades para la época), Aurore Dupin comenzó a vestir con ropa masculina para circular con toda libertad por todos los círculos sociales de París. Amante de Alfred de Musset y Federico Chopin, escribió, entre otras, las novelas Indiana (1832), Lelia (1833), El compañero de Francia (1840) y Los maestros soñadores (1853). Pero tal vez pueda decirse que su lucidez como pensadora ya queda acreditada en estas frases: 
"La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón" 

"Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado". 
"He leído en alguna parte que para amarse hay que tener principios semejantes, con gustos opuestos".

Rosario de Acuña (1850-1923)

La autora madrileña, de cuyo fallecimiento se conmemora este año el 90.º aniversario, fue una reconocida literata que triunfó en su época, pero también una de las mujeres que con mayor fuerza y determinación luchó contra la anquilosada sociedad burguesa en la que le tocó vivir. Su fuerte personalidad está muy presente en una producción en la que, junto a la poesía y el teatro, destacan conferencias, ensayos y artículos que publicó en algunas de las principales cabeceras españolas, como El ImparcialEl Socialista o El País. Sus títulos más destacados en distintos géneros se ofrecen en el espacio que le dedica la Cervantes junto a una colección de estudios críticos a cargo de los mejores especialistas en su obra.

Emilia Pardo Bazán (1851-1921)


Nacida en La Coruña, Emilia Pardo Bazán fue la única mujer del importante grupo de escritores (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas “Clarín”, Juan Valera, José María de Pereda…) que recuperó la tradición novelística española y la condujo a uno de los mejores momentos de su historia, en la segunda mitad del siglo XIX. Obras como Los pazos de Ulloa o La madre naturaleza bastarían para acreditar a una escritora que, a su rica y variada producción novelística, añade ser la más prolífica autora de cuentos de la literatura española. Practicó asimismo el ensayo, la crítica literaria, el periodismo, la poesía y el teatro. La Biblioteca de Autor que le dedica la Cervantes pone al alcance de los usuarios la mayor parte de su obra y un amplio catálogo tanto de investigaciones sobre su producción como de imágenes o testimonios audiovisuales a cargo de distintos especialistas.

Clorinda Matto de Turner (1852-1909)

La fundadora del indigenismo literario en el Perú  figura en los anales de la literatura de su país como paradigma de mujer intelectual, perseguida por sus ideales de justicia social y adelantada de su época. Aunque sus primeras publicaciones se enmarcan en el género de las tradiciones (en la estela de Ricardo Palma, quien la consideraba “su mejor discípula”), lo más destacable de su obra es su producción novelística, especialmente Aves sin nido (1889), que forma parte del catálogo de la Cervantes, al igual que otros importantes títulos, como las novelas Índole y Herencia, sus Bocetos al lápiz de americanos célebres o Viaje de recreo, donde relata su recorrido por Europa en 1908.

Gabriela Mistral (1889-1957) 

En 1945, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral, se convirtió en el primer escritor latinoamericano en recibir el premio Nobel (y en la quinta mujer en el mundo). Además de poeta y destacada pedagoga, fue cónsul de su país, Chile, en varias ciudades del mundo.

Pilar Paz Pasamar (1933- )

Nacida en Jerez de la Frontera, en , Pilar Paz Pasamar estudió Filosofía y Letras en Madrid, donde conoció y trabó amistad con Juan Ramón Jiménez, quien ejerció gran influencia en su formación académica. En 1951 publicó su primer libro poético, Mara, con el apoyo de Carmen Conde. Dos años más tarde resultaba finalista, con Los buenos días, del Premio Adonais que obtenía Claudio Rodríguez con Don de la ebriedad. Considerada por la crítica una de las voces más representativas de la poesía española contemporánea, es miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Letras.

Alejandra Pizarnik (1936-1972) 


Notable poeta argentina, que se suicidó tempranamente, a los 36 años. Vivió muchos años en París y se relacionó con muchos escritores y escritoras de su época. Se le puede reconocer el mérito de ampliar, con su trabajo poético, los límites del lenguaje convencional. Como ejemplo, dos botones:los poemas 11 y 13 del libro Árbol de Diana



11

ahora

en esta hora inocente

yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada 


13
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

Ema Wolf (1948-)
El humor es un rasgo constante en los escritos de Ema Wolf (Buenos Aires), quien renuncia a toda pretensión didáctica y recupera el placer como principal motivación para leer. Esta autora, galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil en su país, publicó en 1984 su primer libro, Barbanegra y los buñuelos, al que han seguido más de cuarenta títulos. La página que le dedicamos recoge varios de sus textos literarios, además de conferencias, ensayos y artículos, así como una aproximación biobibliográfica y una galería de imágenes.

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