Basada en una novela de Pierre Boulle publicada cinco años antes, El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968), dirigida por Frnklin J. Schaffner e interpretada por Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter, Maurice Evans y James Whitmore. La cinta narra la historia del astronauta George Taylor que ve cómo la nave espacial en la que viaja se estrella en un planeta desconocido. Pronto descubrirá que el lugar está gobernado por una raza de simios que utiliza a los seres humanos como esclavos, pero esa no será la única sorpresa que se lleve...
El planeta de los simios fue un enorme éxito en todos los sentidos, consiguiendo muy buenas críticas -fue además recompensada con un Oscar honorífico por el gran trabajo de maquillaje de John Chambers- y arrasando en taquilla. Todo eso llevó a que apenas un par de años más tarda se estrenase Regreso al planeta de los simios (Beneath the Planet of the Apes,1970), de Ted Post, la primera secuela de la saga.
Desde entonces hemos visto varias secuelas más de la película original, un par de series de televisión, un muy criticado remake de Tim Burton, y un reboot cuya cuarta entrega, El reino del planeta de los simios, llegó a los cines el año pasado. Además, hay prevista otra película más para 2027, por lo que la saga sigue muy viva 57 años después.
Volviendo a la película original, lo cierto es que hay muchas cosas que celebrar en el largometraje protagonizado por un carismático Charlton Heston, desde aspectos técnicos como el ya mencionado maquillaje hasta su componente como gran espectáculo de masas. No me olvido tampoco de la genial banda sonora de Jerry Goldsmith o del ritmo impecable que Franklin J. Schaffner dota al guion de Michael Wilson y Rod Serling. Sin embargo, el final de El planeta de los simios brilla por encima de todo lo demás, hasta el punto de que es habitual que sea desvelado incluso por la propia productora de la película cada vez que toca promocionarle. Eso no es problema si ya la has visto, pero para el resto de espectadores es una falta de respeto fácilmente evitable.
Por cierto, el desenlace en cuestión es diferente al de la novela de Boulle, pero creo que nadie a estas alturas va a criticar el cambio, ya que encaja a la perfección con el mensaje que transmite la película y además es una base perfecta para que ese universo haya podido expandirse a lo largo de los años.




No hay comentarios:
Publicar un comentario