Les enfants vont bien (2025), de Nathan Ambrosioni, su tercer largometraje, recién estrenada, comienza una tarde de verano, Suzanne, acompañada de sus dos hijos pequeños, visita inesperadamente a su hermana Jeanne. Jeanne queda completamente sorprendida. No solo no se ven desde hace varios meses, sino que Suzanne parece completamente desconectada de sí misma. Al despertar, Jeanne se queda atónita al descubrir la nota que le dejó su hermana. La conmoción se transforma en ira cuando, en la comisaría, Jeanne se da cuenta de que no puede iniciarse ninguna búsqueda: Suzanne ha tomado la insensata decisión de desaparecer... Con esta película, Nathan Ambrosioni se planteó a sí mismo y a sus actores varios retos. A sus 26 años, nos presenta una película sumamente original con Les enfants vont bien, que juega con la emoción a la vez que reflexiona sobre el vacío de las vidas dejadas atrás: una mujer (Juliette Armanet) desaparece, dejando a sus dos hijos con su hermana (Camille Cottin), cuya soledad es profundamente conmovida. Una película que reconoce no sólo la irreversibilidad de ciertas decisiones, sino también la capacidad únicamente humana de volver a empezar.
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