Tal como éramos (The Way We Were, 1973), de Sydney Pollack
Un drama romántico en toda regla, que cuenta con una magnífica pareja protagonista en plenitud de facultades, Robert Redford y Barbra Streisand. Una incursión en los recovecos del enamoramiento, que Pollack desarrolla con agudeza. De este director es conocida su peculiar manera de trabajar: comienza sus películas sin un guión cerrado, y lo va elaborando durante el rodaje. La canción de Marvin Hamlisch obtuvo el Oscar.
El gran Gatsby (The Great Gatsby, 1974), de Jack Clayton
La quintaesencia del cine romántico. Francis Ford Coppola –antes lo había intentado Truman Capote– adapta para Jack Clayton la mejor novela de Francis Scott Fitzgerald. Clayton atrapa esa atmósfera dorada y decadente típica que rodea a los personajes encumbrados, en los que se cumple a la letra aquello de "más dura será la caída", y en que el lujo y el fasto no pueden ocultar que, al final, lo que todos buscamos es amor; y Gatsby lo que desea es llamar la atención de la mujer que ama. Cada fotograma de esta particular encarnación del "sueño americano" está impregnado de nostalgia, de anhelo de felicidad o del paraíso perdido. Robert Redford se revela como la elección ideal para encarnar al enigmático Gatsby.
Sydney Pollack dirige a Robert Redford en este thriller de espionaje, cuya acción no pla película acuse una estética muy marcada en los setenta, lo que contribuye a que se vaya desfasando con los años. Por otro lado, destaca la presencia de la enigmática Faye Dunaway y de secundarios de la talla de Max Von Sydow o Cliff Robertson.
George Roy Hill dirige un título de aviación y muestra los sueños de unos hombres y su amor por volar. Robert Redford encarna perfectamente al ídolo del aire, que antaño fue un heroico aviador, y le acompaña en pantalla Bo Svenson y una joven Susan Sarandon.
Todos los hombres del presidente (All the President's Men, 1976), de Alan J. Pakula
El especialista en thrillers políticos Alan J. Pakula adapta el libro homónimo, en el que los propios Bernstein y Woodward exponen su investigación. Se trataba de una película muy difícil, porque Pakula corría el riesgo de que el espectador se perdiera en un mar de datos, pero el cineasta filma con fuerza, aprovecha el carisma de sus protagonistas y secundarios, y exprime el inteligente guión de William Goldman, que resume con maestría el asunto. Su visión idealizada de la prensa ganó cuatro Oscar.





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