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16. Bitelchús (Beetlejuice, 1988), de Tim Burton
Bitelchús no es necesariamente para un público joven, que podría asustarse por el maquillaje horroroso de los personajes, pero sigue siendo un clásico atemporal de la época. Su humor absurdo ayudan a suavizar las escenas que podrían resultar algo aterradoras. La estética de la película influyó en toda una generación y catapultó la carrera de Tim Burton, que continuaría con su personal visión de los cómics de Batman.
17. La tumba de las luciérnagas (Hotaru no Haka, 1988), de Isao Takahata
Fue la primera película dirigida por Takahata con Studio Ghibli y el tercer largometraje del estudio. Está basada en la novela homónima del autor Akiyuki Nosaka publicada en 1967, la cual, a su vez, se basa en las propias experiencias de Nosaka vividas durante como una de las mejores y más poderosas películas sobre la II Guerra Mundial.
18. Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso, 1988), de Giuseppe Tornatore
Con esta película, Giuseppe Tornatore rindió un sentido homenaje al cine y su memoria. Son inolvidables la música de Ennio Morricone y el personaje del pequeño Totó, interpretado con inaudita expresividad por Salvatore Cascio.
19. La vida es un largo río tranquilo (La vie est un long fleuve tranquille, 1989), de Étienne Chatiliez
Está narrada con total naturalidad aunque es rabiosamente transgresora e implacable, utilizando además a un niño como elemento desestabilizador. El debut del director francés Etienne Chatiliez es una divertida comedia sobre las desigualdades sociales.
20. Cariño, he encogido a los niños (Honey, I Shrunk the Kids, 1989), de Joe Johnston
Divertida película familiar de la Walt Disney sobre un despistado científico que reduce a un tamaño casi microscópico a sus dos hijos y a los dos hijos del vecino. La factura técnica resulta correcta, el ritmo es ágil y el actor Rick Moranis lleva a cabo una divertida interpretación. Los efectos especiales fueron muy espectaculares en su época.
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