lunes, 11 de agosto de 2025

Cincuenta películas de culto de los años 1970 que debe (re)descubrir (III)

11. Solaris (Solyaris, 1972), de Andrei Tarkovsky

Chris Kelvin, psicólogo, es requerido en su dacha del campo, para que acuda junto a una estación espacial situada en la órbita del planeta Solaris, cuyos tres ocupantes están sufriendo extraños fenómenos. La cosa resulta especialmente intrigante, porque existe una teoría acerca de los océanos de Solaris, que algunos estudiosos consideran como `inteligentes´, dotados de autoconciencia. Los científicos más racionalistas consideran tal idea un disparate, pero algunos visionarios –o con más apertura de mente– no descartan la idea, e incluso han creado una disciplina, la solarística, para estudiar el tema más a fondo. Cuando Kelvin llega a la estación, descubre que sus ocupantes tienen extrañas visiones. Y él mismo, viudo, empieza a ver a una mujer que se parece mucho a quien fuera su esposa.
Adaptación del clásico de ciencia-ficción del escritor polaco Stanislaw Lem. La película es un drama psicológico meditativo que ocurre principalmente a bordo de una estación espacial que orbita el planeta ficticio Solaris. Fiel a la narrativa compleja y lenta de la novela, Tarkovski quería aportar una nueva profundidad emocional e intelectual al género, viendo la mayor parte de la ciencia ficción occidental como superficial.[

12. El padrino (The Goodfather, 1972), de Francis Ford Coppola

Cuenta la vida de la familia Corleone, que ha ascendido en la sociedad norteamericana de principios de siglo gracias a la ambición y a las agallas de su patriarca, Don Corleone (Marlon Brando), uno de los jefes de las familias neoyorquinas, que ejerce un enorme poder, que llega incluso hasta las altas esferas políticas. En un mundo de corrupción, Don Corleone es también el principal defensor del viejo orden moral de la mafia. Pero las nuevas generaciones no están dispuestas a acatar sus métodos, y el padrino no tiene fuerzas para imponerse.
Una película épica basada en la novela de Mario Puzo, guionista de la película junto a Coppola. Un impresionante retrato que sobre la mafia siciliana en Estados Unidos. En el año de su estreno fue un gran éxito en taquilla.

13. El hombre de mimbre (The Wicker Man, 1973), de Robin Hardy

Una carta que hace sospechar que una joven desaparecida ha sido asesinada lleva al sargento Howie de Scotland Yard hasta Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra. Allí el inspector se entera de que hay una especie de culto pagano, y conoce a Lord Summerisle, el líder religioso de la isla...
Impactante película de los años 1970 que establece un fuerte contraste entre las creencias cristianas del protagonista y las prácticas paganas a las que tiene que enfrentarse durante su investigación. Éstas se concretan en el culto a antiguos dioses de la naturaleza, sacrificios y rituales eróticos y depravaciones sexuales, algunas mostradas con explicitud. El final de la película es de los que quedan para siempre en la retina.

14. La montaña sagrada (1973), de Alejandro Jodorowsky

Extraño cuento acerca de los individuos más poderosos en el sistema solar, quienes están a punto de convertirse en dioses y controlar el universo.
Con un telón de fondo como de estado totalitario y militarizado, aquí toma como motivo de inspiración principal la iconografía religiosa, casi siempre de signo cristiano, y la usa de un modo cuando menos irreverente, si no abiertamente blasfemo, con una especie de Jesús de pacotilla, los conejos crucificados, las tallas de madera de crucificados y burdas imágenes de la piedad, todo ello trufado de desnudos frontales, musiquilla sicodélica y algunos motivos orientales, como de espiritualidad hindú. Un plato la mar de indigesto, que sólo apreciarán los incondicionales del cineasta, amantes de la transgresión por la transgresión. El chileno Alejandro Jodorowsky juega de nuevo a la provocación, de un modo más desagradable que nunca. Como el resto de su filmografía, el conjunto es una serie de escenas de cuidada y colorida composición visual

15. Lady Snowblood (Shurayukihime, 1973), de Toshiya Fujita

Una joven llamada Yuki Kashima, nació en la cárcel en una fría noche como instrumento de una venganza, ya que su padre, fue brutalmente asesinado al ser confundido con un asesino del gobierno Meiji, suerte que también compartió su pequeño hermano. Su madre logró vengarse de uno de los asesinos, pero por ese asesinato fue condenada a cadena perpetua y para continuar su venganza, se dedicó a acostarse con todos los presos y carceleros que pudo, hasta conseguir quedar embarazada para que su hijo (que resultó ser hija) terminase la venganza por ella. Saya murió al dar a luz a la pequeña Yuki, que fue educada y brutalmente entrenada por el monje Dokai.
Partiendo de la base del manga homónimo de Kazuo Koike, Fujita tuvo en Lady Snowblood la idea de alejarse de su terreno habitual para relatar una historia que habla de la humana necesidad de venganza, pero narrada como un cuento espectral.

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