Spy Game (Juego de espías) (Spy Game, 2001), de Tony Scott
Tony Scott firma uno de sus mejores filmes, junto a Marea roja y Amor a quemarropa. A la hora de narrar, sabe mezclar los hilos narrativos de lo que sucede en China y EE.UU., junto a recuerdos del pasado que nos indican lo que une a maestro y discípulo. Y junto a la apasionante intriga, plantea preguntas acerca de las disyuntivas morales que se presentan a los que se dedican al mundo del espionaje: ¿Pueden tener vida privada? ¿Vale todo? Resulta además muy inteligente la elección del reparto: Pitt parece un buen recambio al espía Redford, y por debajo subyace la idea-interrogante de si lo mismo ocurre entre ambos en lo que se refiere a su trabajo como actores.
La sombra de un secuestro (The Clearing, 2004), de Pieter Jan Brugge
El holandés Pieter Jan Brugge ha desarrollado una notable carrera de productor en Estados Unidos, con títulos como El dilema. Debutó en la dirección con un drama de aires clásicos, y pegado a la realidad, con personajes bien perfilados, que son un regalo para los protagonistas, unos Willem Dafoe, Robert Redford y Helen Mirren de lujo, lejos de las fantasías hollywoodienses, Brugge apuesta por la normalidad, una historia de personas vulgares con taras reconocibles, a las que una desgracia obliga a reaccionar. Maneja así un guión bien escrito, donde lo sorprendente son las pocas sorpresas. Sólo existen algunas dudas que deben ser despejadas, a las que alude el certero título original, The Clearing. Alrededor de la psicología del trío protagonista, su pena y amor por lo que se hizo y se dejó de hacer, la película avanza inexorable hasta su emotivo y sobrio final.
Una vida por delante (An Unfinished Life, 2005), de Lasse Hallström
Sólida película dirigida por el sueco Lasse Hallström, cuyo principal tema es la necesidad de perdonar y ser perdonado, la sabiduría de pasar página y aprender de los errores. El cineasta se toma el necesario tiempo a la hora de presentar a sus personajes, bien perfilados en el guión del matrimonio Mark Spragg-Virginia Korus. Se trata de papeles bien jugosos, que el magnífico reparto sabe hacer suyos sin problemas. El papel de cowboy maduro le va que ni pintado a Robert Redford, quien ya compuso un personaje de características similares, también en edad, en El hombre que susurraba a los caballos. Jennifer López sigue madurando como actriz, y está muy contenida en este papel dramático de mujer maltratada y valiente, que hará lo que sea necesario para sacar adelante a su hija. Morgan Freeman siempre lo borda todo, y aquí, en un papel secundario, viene a ser la ‘muleta’ que Redford necesita para salir del callejón sin salida del dolor y el resentimiento. También destaca la pequeña Becca Gardner, prácticamente una recién llegada, capaz de enternecer al duro corazón del ‘abuelo’ Redford.
Cuando todo está perdido (All Is Lost, 2013), de J. C. Chandor
Cuando todo lo tiene ya ganado, Robert Redford no necesita esforzarse demasiado para demostrar que se le puede considerar tal y como apuntaba el título de una de sus películas de los años 1980: El mejor. A pesar de todo, a sus 77 años el astro se atrevió a sumergirse en un espectáculo de un solo hombre...
La verdad (Truth, 2015), de James Vanderbilt
Película basada en hechos reales, dramatiza el revuelo causado por un reportaje de "60 minutes", el popular programa de la CBS, emitido dos meses antes de la elecciones presidenciales de 2004, cuando George W. Bush buscaba la reelección. El hecho de que Robert Redford haya sido escogido para encarnar a Dan Rather hace pensar que Vanderbilt quiere que el espectador piense en Todos los hombres del presidente, también por la idea de búsqueda de la verdad a toda costa, procurando que ésta salga a la luz, caiga quien caiga. La diferencia, por supuesto, estriba en que Nixon cayó por el Watergate, mientras que a Bush se le encomendó otro mandato.





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