martes, 27 de mayo de 2025

“La trama fenicia” en Cannes: el Wes Anderson que amamos ha vuelto, divertido e ingenioso (I)

El cineasta regresa con una epopeya digna de Tintín, la de Benicio Del Toro como un dandy rico que se reencuentra con su hija mientras intenta salvar el pellejo. Una producción encantadora, tribulaciones variadas y un mensaje profundo: un buen ejemplo de Wes Anderson.
Benicio del Toro, Mia Threapleton y Michael Cera en La trama fenicia (2025)
Las películas de Wes Anderson despiertan una singular impaciencia en quienes las aman: cuando las descubres, ya piensas en el placer de volver a verlas pronto. Presentada en competición en el Festival de Cannes el domingo 18 de mayo, diez días antes de su estreno en salas, La trama fenicia (The Phoenician Scheme, 2025), vuelve a hacernos arrepentir de haber tenido sólo dos ojos para devorar semejante mezcla de belleza e invención.
Benicio del Toro en La trama fenicia (2025)
Menos enrevesada y lineal que las dos últimas películas del cineasta estadounidense en Cannes, La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun) (The French Dispatch (of the Liberty Kansas Evening Sun), 2021) y Asteroid City (2023), esta comedia de aventuras, con sus líneas muy claras, tiene el aire de "Tintín en el país de los capitalistas". Ambientada en 1950 en el reino independiente de Gran Fenicia, tan imaginario como Zubrowka en El gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel, 2014), la película ve a un rico hombre de negocios europeo, Anatole “Zsa Zsa” Korda (Benicio Del Toro, como un tiburón en el agua), buscando dinero para salvar un proyecto faraónico y, de paso, su pellejo.
 Mia Threapleton en La trama fenicia (2025)
En su viaje, el elegante hombre de negocios, vestido de traje, fumando un puro y a bordo de un avión privado, embarca a una chica que apenas conoce: la suya. Liesl (Mia Threapleton, que interpreta a su madre Kate Winslet) fue internada en un convento cuando era niña y estaba a punto de tomar sus votos. Acepta un trabajo como heredera en período de prueba en un esfuerzo por identificar al asesino de su madre. Naturalmente, sus sospechas recaen sobre su padre... Su reencuentro, de una humorística intensidad, una conversación "sencilla" alrededor de una mesa, da testimonio de la genialidad de la dirección: el plano-contraplano sorprende y deleita en cada toma, elevado a la categoría de arte lúdico; punto y aparte, elevado, además, como lo demuestra el repentino contrapicado que revela, posados ​​en el balcón del palacio renacentista, a una multitud de hijos a los que Zsa Zsa apenas tiene tiempo ni ganas de amar.
(cont.)

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