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domingo, 10 de agosto de 2025

Cincuenta películas de culto de los años 1970 que debe (re)descubrir (II)

6. Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo's Johnny Got His Gun, 1971), de Dalton Trumbo

Un joven combatiente de la Primera Guerra Mundial despierta totalmente confuso en un hospital, confinado de por vida, ciego, sordo y mudo y con las piernas y los brazos amputados a causa de una explosión sucedida durante un bombardeo. Al principio no es consciente de lo que le ha sucedido y en qué condiciones está, pero poco a poco comienza a darse cuenta... 
Basada en la novela homónima del propio director. La película muestra una posición claramente antibelicista y podría ser interpretado como una apología a la eutanasia. 

7. La última película (The Last Picture Show, 1971), de Peter Bogdanovich

Corre el año 1951. La acción nos introduce en un pequeños pueblo de Texas, llamado Anarene. Un grupo de adolescentes están descubriendo la vida. Sus actividades habituales pasan por el cine y el único café del pueblo. Estos jóvenes, en el punto culminante de sus vidas, sirven como metáfora de Estados Unidos, que ejerce su hegemonía tras la Segunda Guerra Mundial. Pero una nueva guerra acecha a esta generación: la de Corea. De esta manera entramos en una nueva época, mucho menos inocente y desenfadada que la anterior. Unos símbolos se sustituyen por otros y el cine es pisoteado por la televisión, pero la esencia de la vida se mantiene inalterable.
Una excelente y nostálgica película basada en la novela de Larry McMurtry, que escribió el guión junto a Peter Bogdanovich. La fotografía, en blanco y negro, es digna de mención, de Robert Surtees. Un drama cautivador y sincero, con unos brillantes intérpretes principiantes, entre los que destaca el joven Jeff Bridges. Fue nominada para 8 Oscar. Una película de las llamadas de culto.

8. La naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971), de Stanley Kubrick

Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación que pretende anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.
Una de las películas más recordadas y una de las más violentas y políticamente incorrectas del desaparecido Stanley Kubrick. Las imágenes son sobrecogedoras y las acompaña una estupenda banda sonora del maestro Beethoven ("el gran Ludwig" para el protagonista). Fue tremendamente polémica en su estreno, pero también es considerada una de las mejores obras de su director. Obtuvo cuatro nominaciones a los Oscar, incluyendo mejor película. Está basada en la novela de Anthony Burgess.

9. La huella (Sleuth, 1972), de Joseph L. Mankiewicz

Andrew Wyke (Laurence Olivier) es un prestigioso escritor de novelas de intriga. Además, su pasión por los juegos de ingenio y las adivinanzas lo ha llevado a convertir su gran mansión en una especie de museo, donde se exponen los juguetes y mecanismos más extravagantes. Una tarde, invita a su casa a Milo Tindle (Michael Caine), amante de su mujer y propietario de una cadena de salones de belleza, para proponerle un ingenioso plan del que ambos podrían salir beneficiados.
Genial película de Joseph L. Mankiewicz, basada en la obra teatral del prestigioso Anthony Shaffer. Es plenamente cinematográfica, aunque parta de una obra escénica, se nota que el director tiene un gran dominio del oficio, digno colofón a su espléndida filmografía.

10. Defensa (Deliverance, 1972), de John Boorman

Cuatro amigos que viven en la ciudad deciden pasar un fin de semana en los Montes Apalaches, lejos de sus familias y los problemas de la oficina. Quieren bajar en canoa un río que atraviesa un bosque que pronto será inundado para la construcción de una presa. Todo parece ir bien pero, tras una jornada placentera, el encuentro con los locales convierte la excursión en una angustiosa pesadilla.
James Dickey guioniza su propia novela, que describe un mundo masculino y varonil, en el que las adversidades que propicia la naturaleza desata las tensiones entre el grupo. El film da un giro monumental en la trama. Unos hombres maduros, con sus familias y sus vidas, dejan el ajetreo de la ciudad para disfrutar de la paz del bosque, pero es en la propia naturaleza donde pueden hallar la mismísima muerte, y la lucha por vivir se convierte en una carrera a contrarreloj donde hasta los instintos más bajos y violentos del hombre florecen.

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